Política

Elecciones andaluzas

Barones del PP sobre las exigencias de Vox: "hay líneas rojas que no pueden traspasar"

Subrayan que no se pueda dar un paso atrás en violencia de género y lamentan que el partido de Abascal no esté a la altura

Alberto Núñez Feijóo y Alfonso Alonso se han mostrado críticos con las propuestas de Vox /Efe
Alberto Núñez Feijóo y Alfonso Alonso se han mostrado críticos con las propuestas de Vox /Efelarazon

La división y el malestar interno que está generando en el PP la negociación de Génova con Vox para conseguir el asalto histórico a la Presidencia de la Junta de Andalucía han empezado a pasar del terreno de lo privado a lo público por necesidad estrictamente electoral

La división y el malestar interno que está generando en el PP la negociación de Génova con Vox para conseguir el asalto histórico a la Presidencia de la Junta de Andalucía han empezado a pasar del terreno de lo privado a lo público por necesidad estrictamente electoral. El perfil del votante del PP cambia según el territorio, y dirigentes autonómicos y referentes municipales toman posición y marcan su terreno frente al partido de Santiago Abascal y la negociación de su cúpula con esta formación, y lo hacen atendiendo a sus intereses electorales.

El martes, cuando se abrió la última fase de la negociación del PP con Vox para el acuerdo de investidura de Juan Manuel Moreno, ya empezaron a surgir voces de advertencia sobre el riesgo de que errores en la gestión de la competencia con Vox revienten al partido por dentro por la división de opiniones sobre la estrategia a seguir. El problema de Ciudadanos es estrictamente electoral, no de convivencia de sensibilidades internas. La dirección nacional del PP tiene que manejar los dos problemas a la vez, en equilibrio, además, con el objetivo de dirigir el liderazgo de la negociación con Vox del “experimento” andaluz de gobierno en coalición con Ciudadanos, y apoyo externo de Vox, que es, inevitablemente, un escapare a nivel nacional a cinco meses de las elecciones autonómicas y municipales.

El discurso de Vox puede conectar no sólo con una parte del electorado del PP, sino también con parte de su estructura orgánica que vive con “pánico” la pérdida de votos del partido que siguen pronosticando las encuestas públicas y privadas. Este bloque más a la derecha se ha mantenido en la retaguardia mientras los resultados electorales acompañaban, y ahora asoman la cabeza, en competencia con una mayoría de poder territorial y orgánico educada en el “centro” y que se siente incómoda tanto política como electoralmente con los planteamientos de Vox.

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, se ha señalado ya al frente de la advertencia de no caer en la copia de los planteamientos de Vox en temas tan sensibles como la lucha contra la violencia de género. Pero ayer continuaron los pronunciamientos.

En la Región de Murcia, el presidente Fernando López Miras ha asegurado que no le gusta la lista de reivindicaciones presentadas por la formación de extrema derecha, y ha insistido en que si esas condiciones se presentaran para favorecer un gobierno en Murcia «no las firmaría. No podemos dar ni un paso atrás».

En su mano está, según ha dicho, favorecer que gobierne el PP y que se desaloje al PSOE tras haber estado 40 años al frente de la Junta de Andalucía. «Ya hay un acuerdo firmado con Cs. Ahora necesitan el apoyo de Vox, y está en sus manos favorecer el cambio».

Con respecto a los puntos presentados para la investidura del candidato popular Juan Manuel Moreno, el jefe del Ejecutivo murciano ha asegurado que, entre otras cuestiones, no está dispuesto a dar ni un paso atrás. «Por poner un ejemplo, en materia de violencia machista, no podemos retroceder, sino avanzar y mejorar».

La presidenta del PP valenciano, Isabel Boning, ha advertido en la Cadena Ser que es una realidad objetiva que las mujeres están siendo maltratadas por los maltratadores, y los políticos deben dar respuesta apartando del debate estas cuestiones, no dando pasos atrás en la lucha contra esta lacra social.

El presidente del PP vasco, Alfonso Alonso, se ha sumado a estas críticas a Vox y ha señalado que algunas de sus propuestas “no tienen ni pies ni cabeza” por lo que no merece la pena “gastar saliva” hablando de ellas. También ha asegurado que al partido de Santiago Abascal “le falta un hervor” y, por eso, sitúan en primer plano iniciativas que es muy difícil que pasen de la propaganda a la política. Abascal viene del PP vasco, donde lleva militando toda su vida política Alfonso Alonso. Sólo que en la escisión que en la primera etapa de liderazgo de Mariano Rajoy se produjo entre el “PP duro” y el “PP blando”, Abascal quedó enmarcado en el primero, y Alonso siempre se ha significado por defender posiciones más centristas.