Análisis

Calendario de la investidura de Feijóo: las fechas que evitarían o acercarían votar en Navidad

Si el pleno de investidura se celebra el 27 de septiembre la repetición sería el 14 de enero.

El Rey ha encomendado a Feijóo la labor de presentarse a la investidura. ¿Cuándo puede producirse la primera votación?

Ayer por la mañana se analizaba la posibilidad de que si el Monarca proponía al líder del PP la tarea de formar gobierno, éste optara por presentarse de manera inmediata, la próxima semana. Así, la primera sesión de investidura podría ser el 31 de agosto, jueves, y la segunda el 2 de septiembre, sábado. Sin embargo, Feijóo ha confirmado en rueda de prensa tras entrevistarse con el Rey su intención de esperar a que los grupos parlamentarios estén conformados de manera oficial. Este hecho sucederá el próximo viernes, después de que la presidenta del Congreso, Francina Armengol, ampliara el plazo para que los grupos pudieran registrarse en el Congreso de los Diputados de manera oficial. En principio, el plazo acababa ayer, pero la expresidenta balear lo alargó hasta el viernes. Esto supone, de facto, más tiempo para Feijóo para buscar los cuatro «síes» que necesita para ser investido presidente del Gobierno.

¿Quién decide la fecha de la investidura?

La potestad de poner fecha al pleno de investidura sí es exclusiva de Armengol, según el artículo 170 del reglamento del Congreso de los Diputados. Tradicionalmente, la presidenta del Congreso consensúa con el candidato la fecha final para presentarse al examen ante el Congreso.

¿La Constitución da un plazo determinado sobre cuándo debe celebrarse la primera sesión de investidura?

No. La Carta Magna no ofrece plazos en este sentido. Solo marca una fecha a partir de la primera convocatoria como momento clave para que se active el reloj electoral con vistas a una repetición electoral si ningún candidato logra la confianza del Congreso de los Diputados para formar gobierno. «Si transcurridos dos meses, a partir de la primera votación de investidura, ningún candidato hubiere obtenido la confianza del Congreso, el Rey disolverá ambas cámaras y convocará nuevas elecciones con el refrendo del presidente del Congreso». Es decir, una vez que Feijóo se presente a la primera votación de investidura se activará ya este plazo de dos meses. Si resulta fallida, Sánchez dispondrá de dos meses para conseguir la confianza de la Cámara Baja. Si se agotara este tiempo y ningún candidato obtiene el respaldo del Congreso, las nuevas elecciones tendrán lugar entonces 47 días después de la disolución de las Cortes.

¿Puede evitarse de antemano la posibilidad de que si hay repetición electoral, suceda en plenas Navidades?

Sí. Si se quiere evitar que unos nuevos comicios se celebren en Navidades, el primer intento de investidura debería ser antes del 8 de septiembre o después del 21 de septiembre. En el caso de sucederse a partir de esta fecha, las elecciones generales se producirían entre Nochebuena, Nochevieja y la festividad de Reyes. Con estas fechas, el Congreso podría fijar la investidura para la próxima semana o esperar hasta la semana del 25 al 30 de septiembre. La primera posibilidad se ve imposible, dado que Feijóo ya ha dicho que esperará a la conformación de los grupos parlamentarios. Así que lo más probable es que, si se quiere evitar que las elecciones caigan en Navidades, sería que la primera sesión de investidura se convocase la semana del 27 de septiembre. Así, de fracasar la investidura y otro intento de otro candidato, los comicios serían el 14 de enero. Sin embargo, si la primera sesión de investidura fuera el 8 de septiembre, las elecciones caerían en Navidad, mientras que si Feijóo intenta presentarse a la investidura la semana del 13 de septiembre, la cita con las urnas sería en Nochevieja.

Una campaña más corta

Si finalmente, España se ve abocada a una repetición electoral, a diferencia de dos semanas de campaña electoral como ocurre con las elecciones ordinarias, la campaña se acortaría a ocho días según marca la ley electoral. Además, la repetición electoral también costaría menos dinero a las arcas públicas, puesto que, según la LOREG, las cantidades previstas para subvencionar los gastos que originen las actividades electorales se reducirán en función de los votos y escaños obtenidos por cada candidatura en hasta un 30 por ciento. El límite de los gastos electorales se reduce en un 50%.