PSOE

Cierre de filas terapéutico en el PSOE

La Comisión de Listas no dejó ninguna grieta a los socialistas valencianos para colar su posible acuerdo con Podemos

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y el presidente del grupo socialista, Jaume Collboni, ayer en Barcelona
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y el presidente del grupo socialista, Jaume Collboni, ayer en Barcelonalarazon

La Comisión de Listas no dejó ninguna grieta a los socialistas valencianos para colar su posible acuerdo con Podemos

La semana no empezó bien para Pedro Sánchez. Fernández Vara, el líder extremeño, aseguró que Susana Díaz le disputaría la secretaría general a Pedro Sánchez en el congreso federal que se celebrará tras las elecciones. Una noticia sabida pero que verbalizada en plena precampaña lanzaba un dardo -dicen en Ferraz que más que innecesario- a la línea de flotación de Pedro Sánchez. No disipada esta tormenta apareció Pablo Iglesias dispuesto a buscar rencillas en el PSOE, como dijo la presidenta andaluza, Susana Díaz, proponiendo una coalición electoral a los socialistas en el Senado. Valencia, Baleares y Aragón estaban negociando este acuerdo, que fue zanjado de forma abrupta por Pedro Sánchez con un «No, gracias». Ximo Puig, el presidente valenciano, intentó mantener un pulso al secretario general, pero éste dio un golpe de fuerza encima de la mesa y cerró el debate «las listas se aprobarán en el Comité Federal». Aragón y Baleares, ante el cariz de los acontecimientos, aceptaron sin más la voluntad de Ferraz.

El panorama no era el más adecuado para dar una imagen de unidad. Sin embargo, la semana no ha acabado mal para el líder del PSOE. El conjunto del socialismo español ha cerrado filas haciendo de la necesidad virtud. Este «prietas las filas» lo empezó a dibujar Sánchez de la mano de su rival interna más sobresaliente: Susana Díaz. La presidenta andaluza respaldó al secretario general en su pulso con Podemos y descalificó los acuerdos. «No somos la casta», dijo Díaz, para evidenciar que Pablo Iglesias sólo quería enredar. Pedro Sánchez en una entrevista en «El Periódico de Cataluña» se apuntó a esta tesis «en sus planteamientos -de Iglesias- hay mucho tacticismo mediático. Es evidente que Podemos nunca quiso candidaturas conjuntas en el Senado; sólo intentaba generar titulares. El PSOE es un proyecto autónomo y así se presentará a las elecciones». Y así ha sido. La Comisión de Listas no dejó ninguna grieta a los socialistas valencianos para colar su posible acuerdo con Podemos. De hecho, Valencia no tuvo el apoyo en la reunión que se celebró ayer en la calle Ferraz de ninguna federación. Su secretario de organización, Alfred Boix, defendió la alianza «porque el programa es únicamente valenciano», pero acató la postura mayoritaria, casi unánime, afirmando que «no vamos a ir contra el partido». No hubo votación y los socialistas valencianos no forzaron el pulso que se preveía en los últimos días, a tenor de las declaraciones de unos y otros. Desactivado el posible acuerdo, el presidente de Valencia zanjó la cuestión poniendo a Iglesias en la diana: «La operación de Pablo Iglesias de tratar de enredar en el PSOE nos ha perjudicado porque nuestra negociación era exclusivamente valenciana para trasladar el pacto de Gobierno y las políticas que necesitamos poner en marcha al Senado», en declaraciones a El País.

A pesar de la tensión palpable, Pedro Sánchez ha ido marcando su propia agenda. Primero anunció la presentación de su gobierno en la sombra -gobierno del cambio en argot socialista- para este domingo. Nombres como Josep Borrell, Rafael Bengoa, Gregorio Cámara, Ángel Gabilondo, Jordi Sevilla, Sami Naïr, Teresa Ribera y, la flamante, número dos por Madrid, Margarita Robles, anunciada el jueves por la mañana para minimizar los daños mediáticos del conflicto con Podemos y el socialismo valenciano. No serán los únicos. El domingo, jóvenes valores socialistas también acompañarán a los más experimentados en el acto de la Ciudad Condal para transmitir una imagen de transversalidad generacional. Sánchez eligió Barcelona porque en Cataluña los socialistas «se batirán el cobre» en favor de Meritxell Batet, persona muy vinculada al secretario general, y porque Cataluña necesita una solución «que no pasa ni por Rajoy ni por Podemos. Rajoy ha dejado que se pudriera sin aportar soluciones y Podemos plantea cuestiones inviables». Sánchez se muestra firme en su apuesta por la reforma constitucional y añade en la mencionada entrevista con El Periódico que «ayudará mucho un –nuevo– gobierno que tienda puentes –con Cataluña– y que no recurra leyes como la de emergencia social que demuestre respeto, estima hacia la sociedad catalana y vocación de diálogo».

La Comisión de Listas también cerró la incógnita por Madrid. La dirigente feminista Ángeles Álvarez ocupará el cuarto lugar, seguida de Rafael Simancas, la ex comandante Zaida Cantera y el ahora «deseado» por los más críticos a la gestión de Sánchez Eduardo Madina. Este puesto le dejó fuera el 20-D, pero los que le apoyan piensan que «entrará en el Congreso si Sánchez fracasa en las elecciones. Si fracasa deberá dimitir y su puesto lo ocupará Eduardo». Con estas tensiones latentes, Sánchez ha cerrado las listas socialistas en toda España. A la hora de cerrar esta edición, la Comisión de Listas del PSC sigue reunida en la calle Nicaragua de Barcelona. La nueva número uno de los socialistas catalanes, Meritxell Batet, ha propuesto un importante cambio de gran calado político. Se incluye como número dos a Manuel Cruz, el presidente de Federalistas de Izquierda, una asociación profundamente antinacionalista que defiende una reforma constitucional. En esta asociación hay numerosos militantes socialistas, de Iniciativa per Cataluña, sindicalistas, de Barcelona en Comú –el partido de Ada Colau– o de Podemos, como el ex fiscal y ex eurodiputado de la formación morada, Carlos Jiménez Villarejo.

Este movimiento importante en el tablero político catalán, que es un ataque en toda regla a la izquierda situada en torno a En Comú Podem, ha roto otra vez las costuras y los equilibrios en el PSC, seriamente dañados en la confección de la lista del 20-D por las imposiciones de Carme Chacón, que ahora ha renunciado a liderar la lista socialista por Barcelona, aunque sigue en la ejecutiva federal. Otro problema para Pedro Sánchez es que no figurará en la lista el ex primer secretario del PSC, Pere Navarro –también miembro de su ejecutiva– aunque sí parece confirmarse la presencia de José Zaragoza, ex secretario de organización del PSC.