Gobierno de España

Cogobernanza: el último señuelo para Pablo Iglesias

Sánchez ofrece a Podemos que encabecen instituciones y órganos «no supeditados al Consejo de Ministros» y un mecanismo de control del posible pacto. Hace guiños prográmaticos a los morados pero deja fuera el referéndum en sus 370 medidas.

Pedro Sánchez, ayer durante la presentación de las 370 medidas con las que quiere lograr el apoyo de Podemos. Foto: Alberto R. Roldán
Pedro Sánchez, ayer durante la presentación de las 370 medidas con las que quiere lograr el apoyo de Podemos. Foto: Alberto R. Roldánlarazon

Sánchez ofrece a Podemos que encabecen instituciones y órganos «no supeditados al Consejo de Ministros» y un mecanismo de control del posible pacto. Hace guiños prográmaticos a los morados pero deja fuera el referéndum en sus 370 medidas.

Nueva oferta de los socialistas a Podemos para evitar la repetición electoral. Pedro Sánchez ofreció ayer a Pablo Iglesias un acuerdo programático que se sometería a un férreo control, así como un importante protagonismo de los morados en la gobernanza del país mediante su participación en instituciones y órganos del Estado fuera del Consejo de Ministro. Es la triple oferta de los socialistas o los tres pilares –en palabras de Sánchez– a falta de 19 días para la disolución de las Cortes que precipitaría otra convocatoria electoral. Mañana se reunirán sendos equipos negociadores para analizarla en un encuentro que se prevé crucial.

El jefe del Ejecutivo en funciones aprovechó la presentación de su programa «Las 370 propuestas para un gobierno común y progresista» en Madrid –un acto con tintes electoralista que reunió a ministros, diputados y agentes de la sociedad civil– para lanzar este nuevo órdago. Es la última oferta de los socialista que, en cierto modo, nace muerta dada la insistencia de los morados en formar un gobierno de coalición con ministros de su formación en el Consejo de Ministros. De hecho, ayer poco antes de la presentación de esta nueva propuesta, Pablo Iglesias volvió a repetir que su apoyo a Sánchez pasa por formar parte del Ejecutivo.

Con esta propuesta los socialista rebajan al mínimo su oferta. Ni ministerios, ni secretarías de Estado. El presidente subrayó que pueden participar en la «gobernanza» del país, que no el Ejecutivo. Le ofrece «instituciones» que están al margen del Consejo de Ministros y que abarcan diversos ámbitos de responsabilidad que «completan y complementan» –en palabras del Sánchez–el ejercicio del poder. No detalló qué instituciones pueden ser estas, pero sí excluyó de ellas a aquellas que se centren en «políticas de Estado», lo que descartaría materias como Exteriores o Defensa, así como política territorial. De hecho, el socialista volvió a subrayar su diferencia con Iglesias en torno a Cataluña y la posibilidad de celebrar un referéndum, algo que los socialista rechazan tajantemente y que los morados ven como una posibilidad de cara a desbloquear la situación en la comunidad catalana.

De momento, el PSOE guarda silencio sobre a la cabeza de qué instituciones estaría dispuesto a dar paso a Unidas Podemos, aunque el socialista se refirió a instituciones que pueden abarcar desde el ámbito político al energético. Mañana, probablemente, tras la reunión de los equipos negociadores se conocerán las áreas concretas.

Para convencer a los morados, Sánchez, les ofrece además una especie de mecanismo de verificación de su posible pacto de gobierno. En este sentido, anunció varias fórmulas de supervisión para cubrir, –señaló–, las «garantías» de cumplimiento que exige Iglesias. Por un lado, les planteó la creación de una Oficina de Cumplimiento del Acuerdo que dependerá del Ministerio de Hacienda. Y, por otro, la puesta en marcha de dos comisiones de seguimiento y actualización del pacto en el Congreso y el Senado. Y, como tercer elemento de garantía que actores de la sociedad civil evaluen el cumplimiento del pacto durante su vigencia.

El líder socialista aseguró que este nuevo guiño cumple las exigencias de los morados «o, como lo expresan ellos, una negativa tajante a los votos gratis en una nueva investidura». Al tiempo, que hizo hincapié en que con esta oferta se descartan la coalición y el gobierno en solitario, optando por un «camino intermedio». Sin embargo, este nuevo envite se produce en un momento de desconfianza total entre los dos socios preferentes. Prueba de ello, es que solo unos minutos antes de la presentación de las 370 propuestas y la nueva oferta para la posible investidura, Iglesias aseguró en una entrevista en los Desayunos de TVE que le «suenan bien» pero entiende que ese documento se lo puede «llevar el viento» como ocurrió con compromisos anteriores. «¿Cuánto vale la palabra de Pedro Sánchez?», se preguntó antes de volver a subrayar que Sánchez busca unos nuevos comicios.

Y es que antes de lanzar su batería de propuestas, Sánchez ofreció durante varios minutos su relato de cómo hemos llegado hasta este punto. Lo primero que hizo al subirse al escenario del espacio polivalente de la Estación de Chamartín en el que se llevó a cabo el acto de presentación fue cargar contra los partidos constitucionalista y culparles del bloqueo. «Estamos donde estamos, no por desencuentros sino porque independentistas y conservadores hicieron caer a un gobierno progresista al no aprobar los Presupuesto Generales del Estado», aseguró. También los morados fueron diana de su crítica: un gobierno de coalición como el que exige el líder de UP, supondría en realidad constituir «dos gobiernos en uno, un ejecutivo compartimentado y dividido en un momento crítico para el país», en referencia a la crisis económica que se avecina, los retos de un Brexit duro y el conflicto catalán. Sobre la imposibilidad de trasladar el acuerdo del 25 de julio a la actualidad, Sánchez fue tajante: «como consecuencia de lo sucedido aquellos días, lo que entonces se comprobó inviable, hoy sigue siendo inviable porque con el rechazo a nuestra propuesta confirmamos que la voluntad de coalición de UP se basa en el recelo y la desconfianza», aseguró.

Con esta nueva oferta, arranca la cuenta atrás para la formación de gobierno con un nuevo escenario. Por delante, tres semanas frenéticas en las que el líder socialista y su equipo negociador mantendrán encuentros con PNV, PRC, ERC y Podemos. Los morados tiene ahora que elegir si aceptan o no esta nueva oferta, un tanto modificada respecto a la primera que se les ofreció y que no incluye el gobierno de coalición que reclaman los de Iglesias. Empieza la cuenta atrás para una estabilidad en el punto de mira o para volver a las urnas.