Conciliación

¿Cómo concilia una diputada?

Sandra Moneo, diputada del PP por Burgos
Sandra Moneo, diputada del PP por Burgoslarazon

Sandra Moneo, diputada del PP por Burgos, ha tenido que hacer encaje de bolillos para poder conciliar su vida familiar y su vida política

La presencia del bebé de Carolina Bescansa en el Congreso de los Diputados ha dado lugar a la duda: ¿cómo concilian los diputados? Sandra Moneo, diputada del PP por Burgos, ha tenido que hacer encaje de bolillos para poder conciliar su vida familiar y su vida política, aunque «no es nada que no hagan otros padres que trabajan fuera de casa». Su hija mayor, Macarena, que ahora tiene cinco años, acudió hasta los tres a la guardería del congreso. «Se trata de de un servicio extraordinario que nos facilita la conciliación y que cubre las necesidades que podamos tener durante el pleno. No sólo de los diputados, sino de todo el personal de la cámara: secretarias, mecanógrafas, letrados...», afirma Moneo.

La diputada explica que este centro, que cuenta con más de 50 plazas, «trata a los niños igual que cualquier escuela infantil. La dinámica es la misma, la escolarización, la educación, los cuidados... Todo el programa de atención y aprendizaje». El precio es de unos 150 euros al mes, que, «teniendo en cuenta el precio de las escuelas infantiles y la demanda, es más que razonable». Habitualmente, Moneo dejaba a Macarena en esta guardería hasta las 15:00, «aunque si se alargaba una comisión, era posible dejarla más tiempo». Sólo una vez llevó a Macarena consigo fuera de la guardería, pero no fue en el hemiciclo: «Sólo por alguna urgencia, alguna vez la he llevado conmigo a mi despacho».

Además de Macarena, Moneo tiene otra hija, Lucía, de 2 años y con síndrome de Down. Nunca la ha llevado a la escuela del congreso. «Nunca solicité su plaza por una cuestión de operatividad», dice. Y es que Lucía, además de acudir a una escuela infantil pública, acude también dos días a la semana a las sesiones de estimulación temprana de la Fundación Down Madrid, y otro día más a fisioterapia.

Entonces, ¿cómo es su día a día? «Mi marido y yo nos turnamos cada mañana para llevar a las dos niñas al colegio. A las sesiones de estimulación solemos acudir los dos. A la hora de recoger a Lucía, que sale sobre las 15:30, suele hacerlo una persona que nos ayuda en casa desde hace mucho tiempo. A Macarena, que suele salir entre 17:00 y 18:00, ayer mismo la he podido recoger. Durante esta campaña electoral no pude, al estar fuera de Madrid, y mi marido se hizo cargo. A veces la recojo y vuelvo al despacho... En la vida política no existe un horario fijo, pero no es nada extraordinario, nada que no hagan las familias españolas».

En su opinión, el gesto de Bescansa «fue absolutamente innecesario. Es poner a un bebé en una estancia con cerca de 400 personas, en una situación que yo no desearía para mi hijo. Cuando estás trabajando, estás trabajando, que es lo que le ocurre a la mayoría de hombres y mujeres de nuestro país. Que se lo digan a los padres que trabajan en una cadena de montaje, un hospital, o la que trabaja en un supermercado...». Y es que «a todos los madres y padres les sería de mucha utilidad tener una escuela infantil en su lugar de trabajo, algo que hoy es más difícil en la pequeña y mediana empresa. Nosotros tenemos la suerte de tener esa posibilidad».