Defensa

Cuenta atrás para la entrega del submarino S-81 a la Armada: 13 días

Navantia ha concluido hoy las pruebas del «Isaac Peral» de cara a su entrega el día 30. «Es gratificante poder decir: "Aquí está el submarino, está perfecto"», destaca la compañía

Menos de dos semanas. Concretamente, 13 días. Es el tiempo que falta para que lo que en 2003 se concibió como un reto –incluso un sueño– sea ya una realidad: la entrega a la Armada del primero de los cuatro submarinos de la clase S-80, el S-81 «Isaac Peral». Más de 20 años después de que el Gobierno de José María Aznar autorizase su construcción, la cual concluyó a principios de 2021, el buque ya está preparado para servir en las Fuerzas Armadas tras superar con éxito las numerosas y exigentes pruebas de mar a las que ha sido sometido. Las últimas, esta misma mañana, en la bahía de Cartagena (Murcia)

«Es ilusionante porque es el final de un camino que llevamos muchos años recorriendo», ha asegurado Ignacio Núñez, director de producción del astillero de Navantia, quien no pierde la sonrisa en ningún momento, sabedor de lo que supone la finalización del primer submarino de fabricación española, algo que otorga a nuestro país autonomía estratégica al asumir el rol de autoridad técnica de diseño.

Pero el camino hasta llegar aquí, con Navantia presentando a los medios de comunicación el S-81 el día en el que concluye su última fase de pruebas, no ha sido fácil. Atrás quedan numerosos problemas, retrasos y dudas, muchas, sobre un programa que ha sido todo un desafío para la industria nacional.

El S-81, esta mañana, en Cartagena
El S-81, esta mañana, en CartagenaGinés SorianoInfodefensa

Eso es lo que también ha querido destacar Núñez, quien ha recordado todos los hitos que han ido superando durante todo este tiempo: «Es gratificante poder decir: "Aquí está el submarino, está perfecto"». Y esa perfección la han alcanzado gracias a los miles de trabajadores que se han involucrado en este ambicioso proyecto, con hasta 7.000 personas como máximo trabajando a la vez y, de media, unas 2.000 diarias, como ha detallado.

Últimos preparativos

Y ahora, tras estas últimas pruebas en mar abierto, consistentes en unas inmersiones y una prueba de remolque, en la que ha colaborado el buque de salvamento y rescate «Neptuno» de la Armada, tan solo queda ya pintarlo y dejarlo todo preparado para el acto de entrega que, salvo un contratiempo de última hora, tendrá lugar el próximo día 30 en Cartagena, con la presencia en principio de su madrina, la Princesa Leonor.

Pero Navantia también tiene la vista puesta en su comercialización y confirma que ya hay "clientes interesados", como son Canadá, India, Turquía o Filipinas, entre otros. "Vienen muchos ministerios interesados", ha apuntado Núñez.

20 largos años

El programa S-80 arrancó oficialmente el 5 de septiembre de 2003, cuando el Consejo de Ministros autorizó al Ministerio de Defensa a iniciar las actuaciones necesarias para la adquisición de cuatro submarinos (el S-81 «Isaac Peral», el S-82 «Narciso Monturiol», el S-83 «Cosme García» y el S-84 «Mateo García de los Reyes»). Era el inicio de uno de los programas de armamento más ambiciosos de las Fuerzas Armadas, pues era la primera vez que España se enfrentaba en solitario al diseño de un submarino. Los planes iniciales hablaban de un coste de 1.800 millones y de su entrega a la Armada en 2013. Sin embargo, los numerosos contratiempos que se han ido encontrando por el camino fueron retrasando esta fecha y, con ella, el coste del programa, que finalmente aumentó hasta los 3.900 millones.

Y uno de esos problemas surgió en 2013, cuando Navantia descubrió que el submarino tenía un exceso de peso de entre 75 y 100 toneladas, lo que afectaba a su capacidad de volver a la superficie. Así que la solución fue alargar su eslora de los 71 metros iniciales hasta los 81 para equilibrarlo. Y esto provocó, por ejemplo, la prolongación de los muelles de la base de Cartagena e incluso un cambio en su nombre, pasando de ser el S-80 al S-80 «Plus».

Superados todos los contratiempos y retrasos, el programa comenzó a coger carrerilla y en su última etapa no se ha detenido, salvo retrasos puntuales y ajenos, como los derivados de la pandemia del coronavirus.

Así, una vez finalizada su construcción fue amadrinado por la Princesa Leonor en abril de 2021 y apenas un mes después llegó su primer contacto con el agua con su puesta a flote. Y a partir de ahí, pruebas en puerto, en mar abierto, las primeras inmersiones... hasta llegar a la navegación a cota máxima operativa a mediados del pasado mes de octubre. De hecho, la ministra de Defensa en funciones, Margarita Robles, visitó al astillero de Navantia el pasado día 3, asegurando que se iba «satisfecha de la visita y las sensaciones» transmitidas por la dotación, confirmando el 30 de noviembre como fecha de entrega a la Armada.

Sistema de propulsión único

Sin embargo, este S-81 no llevará de serie el sistema que lo convertirán en uno de los submarinos más avanzados del mundo: el Sistema de Propulsión Anaerobia (AIP, por sus siglas en inglés), el cual le dotará de una discreción casi total, pues le permitirá cargar las baterías en inmersión y podrá navegar sumergidos durante semanas sin tener que salir a la superficie. Un sistema, explicó Navantia en su día, que proporcionará a la Armada unas capacidades tácticas y de discreción «no existentes a fecha actual». Tecnología desarrollada por Abengoa que a día de hoy no posee ninguna otra potencia mundial. Se incluirá de serie en el S-83 y el S-84, mientras que el S-81 y el S-82 lo recibirán en su primera gran inmovilización (carena).

Una vez entregada la primera unidad, las siguientes están previstas en diciembre de 2024, octubre de 2026 y febrero de 2028. De hecho, el S-82 ya está cerca de la fase de cierre del casco resistente.

Y a partir de ahora, la Armada, con el capitán de corbeta Manuel Corral Iranzo como comandante del S-81, someterán al «Isaac Peral» a más pruebas antes de su entrada en servicio, sobre todo, para que su dotación conozca todos los detalles y secretos de uno de los más modernos submarinos del mundo y que muchos comparan con una nave espacial.