Defensa

El submarino S-83 que Navantia construye para la Armada comienza a embarcar el sistema AIP que le permitirá estar tres semanas sumergido y ser casi indetectable

Este sistema opera a cualquier profundidad y en todas las condiciones, lo que permite adaptarse a cualquier misión de la Armada y lo convierte en el sistema AIP más avanzado del mercado.

Vista del submarino Isaac Peral (S-81), a 17 de noviembre de 2023, en Navantia, Cartagena, Murcia (España). El Isaac Peral (S-81) es un submarino de la clase S-80 perteneciente a la Armada Española, construido por Navantia en Cartagena y el cuarto submarino de la Armada en portar el nombre Isaac Peral. Con su entrega a la Armada Española para finales de mes, el submarino S-81 Isaac Peral ha completado las pruebas de mar de maniobra snorkel. 17 NOVIEMBRE 2023;NAVANTIA;CARTAGENA;MURCIA;ISAAC P...
Submarino S-81 de la Armada EspañolaMartín C. Europa Press

El astillero de Navantia en Cartagena ha comenzado a embarcar en el submarino S-83, el tercero de la serie S-80, los equipos que componen el novedoso sistema de propulsión independiente del aire (AIP), una tecnología que convierte esta clase en uno de los modelos de sumergibles convencionales más avanzados del mercado.

Este sistema, único en el mundo, genera hidrógeno a partir de un alcohol generado de forma sostenible (bioetanol) y almacenado a bordo del submarino. Este proceso lo realiza el Sistema de Procesamiento de Bioetanol. Este hidrógeno, combinado con oxígeno almacenado también a bordo, genera electricidad a través de una pila de combustible capaz de cargar las baterías del submarino y mantenerlo en inmersión entre dos y tres veces más que cualquier otro submarino convencional.

Este sistema AIP es capaz de operar a cualquier profundidad y en todas las condiciones operativas, lo que permite adaptarse a cualquier misión de la Armada y lo convierte en el sistema AIP más avanzado del mercado. El sistema AIP es el BEST (Bio Ethanol Stealth Technology), que resuelve el problema de la autonomía en los submarinos modernos al generar hidrógeno a demanda a partir de bioetanol almacenado en condiciones normales de temperatura y presión.

El AIP BEST de Navantia proporciona una solución más eficiente y segura, eliminando la necesidad de almacenar hidrógeno en cilindros de hidruros metálicos. Esto facilita el mantenimiento y reduce el riesgo de detección química. El sistema genera energía para cargar las baterías del submarino, permitiendo patrullas prolongadas con el máximo sigilo.

En los años 90, la tecnología de pilas de combustible con almacenamiento de hidruros metálicos representó un avance significativo en los sistemas anaeróbicos. Sin embargo, esta tecnología de segunda generación solo proporciona autonomía para unos pocos días, lo que limita su eficacia en submarinos oceánicos de mayor desplazamiento.

Los nuevos programas de construcción de submarinos oceánicos requieren un salto cualitativo en tecnología para aumentar la autonomía operativa sumergida. Esto implica la necesidad de integrar cámaras de baterías adicionales con tecnología de iones de litio, permitiendo semanas de autonomía en lugar de días. La mayor densidad de potencia es crucial para mejorar la capacidad de los submarinos sin comprometer su diseño ni otras funcionalidades.

Los submarinos de la clase S80 son los únicos de 3.000 toneladas dotados de este sistema en todo el mundo. Este sistema sumado a una diseño y sistema de producción orientado a crear un submarino casi indetectable abren la puerta a oportunidades de exportación, reforzando el posicionamiento internacional de la compañía y de todo su ecosistema de colaboradores.

En julio de este año, Navantia culminaba exitosamente las pruebas de este sistema, presentado para el programa P75I de India, el cual tiene como objetivo la construcción de seis submarinos convencionales equipados con esta tecnología avanzada. En este ambicioso proyecto, Navantia colabora con su socio local, Larsen and Toubro (LT), ofreciendo un submarino basado en el modelo S-80. Este modelo incluye el mismo sistema AIP que los cuatro submarinos encargados por el Ministerio de Defensa español para la Armada. Las pruebas contaron con la presencia del Comité Técnico de Evaluación (TEC) del Ministerio de Defensa de India, así como representantes de Larsen and Toubro.

Durante las pruebas, se realizaron diversas operaciones con las baterías del submarino S-81 Isaac Peral, actualmente en servicio. El sistema AIP fue evaluado a través del sistema de control de plataforma del submarino, demostrando su eficiencia. Infodefensa.com confirmó que se probaron distintas condiciones de funcionamiento, incluyendo la operación del Motor Eléctrico Principal (MEP) a diversas velocidades y profundidades.

Una vez completadas las pruebas, el TEC redactó un informe que recogía los resultados de las evaluaciones de Navantia y de TKMS, otro competidor en el programa de submarinos indio.

"Los resultados han mostrado que el AIP de tercera generación de Navantia es el más avanzado, compacto y seguro del mercado, además del de mayor capacidad", afirmaron desde la empresa española.

Los submarinos de la clase S-80 tienen un desplazamiento en inmersión de casi 3.000 toneladas (2.965 t), una eslora de 81 metros y un diámetro de casco resistente de 7,3 metros. Su velocidad en la superficie será de 10 nudos y en inmersión de 19 nudos. En su interior alberga 180 sistemas y 60 km de cables.

El sumergible está dotado con un sistema de propulsión principal basado en un motor eléctrico (MEP) de 3.500 kw y un motor diésel compuesto por tres grupos generadores de 1.200 kw que producen la energía que alimenta al MEP. En las consolas de la sala de mando y control se maneja desde la propulsión del buque, hasta el aire acondicionado, pasando por los equipos y armamento que forman parte del sistema de combate o las comunicaciones.

La dotación del submarino está compuesta por 32 marinos, aunque tiene capacidad para acoger otros ocho efectivos más para, por ejemplo, operaciones especiales. La alta automatización de los equipos y sistemas ha reducido prácticamente a la mitad la dotación con respecto a los submarinos de la serie S-70, pese a ser un submarino de un desplazamiento y complejidad muy superior.

Por su parte, el sistema de armas incluye seis tubos lanzatorpedos y capacidad para embarcar 18 armas (misiles, torpedos y minas). El sonar cilíndrico ubicado en la proa es el principal sensor acústico pasivo para operaciones en inmersión.

Pero, ¿por qué es tan importante para España contar con submarinos? Desde un punto de vista tecnológico, para nuestro país es muy importante reforzar su autonomía estratégica al convertirse en uno de los escasos países que diseñan y construyen sus propios sumergibles. Navantia se convierte en Autoridad Técnica de Diseño.

El S-80 supone un salto tecnológico para el arma submarina española, con un sistema integrado de control de plataforma, un sistema de combate y un sistema de armas con capacidad de lanzar misiles tácticos, una capacidad única entre los submarinos no nucleares de la OTAN.

Pero, mas allá del plano puramente tecnológico, los submarinos se consideran sistemas de armas de características estratégicas por la capacidad que otorgan para mantener una presencia discreta en zonas de operaciones alejadas, incluso con anterioridad a que estalle una crisis, con el objetivo de adquirir inteligencia, proteger, llegado el caso, el despliegue de una fuerza terrestre y de proyectar el poder naval sobre tierra.

Por si todo esto fuera poco, son adecuados como fuerza disuasoria, pues son capaces de alejar a buques enemigos de determinadas zonas solo con la sospecha de que se encuentre presente en ellas un submarino.

Además, añaden la capacidad de interrumpir selectivamente el tráfico marítimo, tanto a lo largo de las rutas más previsibles (preferiblemente en los estrechos de obligado paso) como mediante el bloqueo de los puertos enemigos.

Y, por último, pero no menos importante, se encuentra la posibilidad de bombardear territorio con misiles de ataque a tierra, para lo que los submarinos anaerobios son particularmente idóneos debido a su relativa indetectabilidad.

Estas son las razones por las que son elementos claves y por las que cada vez es mayor el número de países cuyo objetivo es poseerlos o modernizar los que ya tienen con sistemas de generación de potencia independiente del aire que les proporcionan una mayor capacidad de permanencia en inmersión, sin necesidad de subir a cota periscópica.

Según un informe publicado recientemente en la revista “Paix et Sécurité Internationales”, editada por la Cátedra y el Centro de Excelencia ‘Jean Monnet’, de la Universidad de Cádiz (Editorial UCA), “en el Mediterráneo, ocho países cuentan con submarinos en sus flotas, además de compartir sus aguas con potencias no ribereñas pero que mantienen presencia de forma cuasi permanente. Su relevancia se pone de manifiesto en el deseo de quienes los poseen por modernizar e incrementar sus unidades y por adquirir esa capacidad quienes aún no disponen de ella. España, con el S-80+, aumentará su capacidad de acción submarina, teniendo en cuenta el salto tecnológico que supone la nueva serie, aunque requerirá un número mayor de las unidades previstas si pretende mantener una presencia activa en todo tiempo a ambos lados del estrecho de Gibraltar”.

Estos ochos países son Francia, Italia, Turquía, Grecia, Israel, Argelia y Egipto, además de España, de los cuales solo Francia dispone de submarinos nucleares.

Según el mencionado informe, en total, entre todos los mencionados países podríamos estar hablando de más de medio centenar de submarinos, “que deben compartir escenario con un número indeterminado, aunque no inferior a una decena, de submarinos de otras potencias ajenas a sus costas. La modernización del Arma Submarina de estas Armadas es constante, a lo que se suma el deseo de independencia tecnológica, lo que lleva a algunos de ellos a idear diseños propios, como son los casos de España, Italia y Turquía. Sin embargo, en la actualidad, se puede decir que Alemania manda en cuanto a la fabricación y diseño de submarinos por lo que al Mediterráneo se refiere”.

Paralelamente, otros países ribereños que no cuentan con ellos, como es el caso de Marruecos, aspiran a conseguirlos, sobre todo por que Argelia sí los tiene.

La concentración de submarinos en un mar limitado como es el Mediterráneo lleva a concluir que “disponer de costa y no de submarinos –o no suficientes- es una debilidad estratégica, a lo que hay que sumar la disponibilidad operativa de los mismos para poder contar con unidades en todo tiempo que puedan cubrir las necesidades concretas de cada país”.

Por otro lado, no hay que olvidar que de los mencionados países, no todos disponen de sumergibles con sistemas de generación de potencia independiente del aire que les proporcionan una mayor capacidad de permanencia en inmersión, sin necesidad de subir a cota periscópica.

“Tres países de la cuenca Mediterránea ya cuentan con estos sistemas y otros dos están en proceso de adquirirla. La capacidad de proyectar el poder naval sobre tierra, con misiles anti superficie, es otra capacidad que hasta el momento solamente han demostrado tener Israel y Argelia, y solo el primero a largas distancias. El resto de países, incluida España, podrán alcanzar blancos cercanos a tierra con sus misiles anti buque”.

Por el momento, los S-80 estaba previsto que integraran misiles Harpoon UGM-84 Block II, misiles antibuque con capacidad de ataque a tierra, equipados con un impulsor cohete de combustible sólido y encapsulados en un contenedor cilíndrico para realizar el lanzamiento en inmersión a través de un tubo lanzatorpedos. También se ha adjudicado un contrato de casi medio millón de euros para la integración en los S-80 del misil NSM (Naval Strike Missile) de la empresa noruega Kongsberg, los mismos que incorporarán también las fragatas F-100 y las futuras F-110. El contrato contempla integrar el misil NSM-SL, la versión de este proyectil para submarinos, para reemplazar al veterano Harpoon. Este sistema antibuque, aunque también tiene capacidad para atacar objetivos terrestres, tiene un alcance próximo a los 200 kilómetros.