Estrategia

Díaz se "cura" ante la oposición interna: será elegida por su dirección

Sumar no limita los mandatos de sus dirigentes y excluye a su militancia de elegir al líder del partido

La vicepresidenta del Gobierno y líder de Sumar, Yolanda Díaz, interviene durante un acto de campaña de Sumar, en el Hotel Bahía, a 9 de febrero de 2024, en Vigo, Pontevedra, Galicia (España). Este encuentro se enmarca dentro de los actos previos a los comicios gallegos, del próximo 18 de febrero, que celebra la formación que lidera Yolanda Díaz para conseguir votos en la región. 09 FEBRERO 2024;18F;ELECCIONES;COMICIOS;MITIN;GALLLEGOS;GALLEGAS;POLÍTICOS;CAMPAÑA ELECTORAL;CAMPAÑA Adrián Irag...
Yolanda Díaz arropa a Marta Lois en un acto de campaña en Vigo (Pontevedra)Adrián IragoEuropa Press

Sumar se consolidará como partido político-movimiento social en menos de un mes. Será entonces cuando empezará a regirse como cualquier partido al uso, con sus cuotas de poder, su dirección y, también, con su reglamento para «curarse» en salud y poder implantar su modelo político con sus más afines sin apenas contestación interna.

El Reglamento de la I Asamblea de Sumar, que tendrá lugar el próximo 23 de marzo especifica los mecanismos de control que tendrá la formación de Yolanda Díaz para garantizar que ella, o la propuesta de líder que esboce la dirección sea la que quede ratificada sin apenas oposición interna.

La propuesta organizativa que ha definido Sumar asegura a la vicepresidenta y líder del partido, Yolanda Díaz, el control total y la capacita para ser nombrada sin limitación de mandatos. Según los mismos documentos, será una limitada dirección la que tenga en su poder la decisión. El grupo de coordinación, –el máximo órgano de dirección y decisión de Sumar– está formado por 110 personas, 75 que responderán al núcleo más cercano a la vicepresidenta y 33 dirigentes que representarán a todos los partidos. Ese grupo será quien elija por mayoría simple a la coordinadora general, es decir, a la líder del partido. En el caso de disputarse el liderazgo Díaz, lo hará también en un trámite calmado, dado que solo podrán proponerse candidaturas a la coordinación general las personas que estén integradas en el grupo de coordinación, de las cuales, el 70% estarán de su parte. No será la militancia quien deba ratificar su cargo, como ocurre en otras formaciones. De esta manera, la líder queda blindada y evitará el desgaste de una contienda por el poder de su organización. Precisamente, la coordinadora general es quien ostenta el máximo poder dentro de Sumar, tanto a nivel político como institucional. Entre sus competencias estarán las de actuar como máxima portavoz del partido, representante legal, política e institucional. Propondrá la composición del Grupo Ejecutivo –su dirección reducida–, presidirá el grupo de coordinación y ejecutivo y convocará la asamblea general.

Un procedimiento con el que se diferencia totalmente de Podemos. En el partido morado, la elección de la secretaría general, depende de la Asamblea Ciudadana, que estará formado por todos los inscritos del partido. Esa es la principal diferencia con Sumar, donde solo elegirá a su líder los miembros de pleno derecho y no los inscritos o miembros de Sumar. En el caso de que se solicite la revocación del poder de la máxima figura de Sumar, será un 51% de las personas miembros del partido de Yolanda Díaz, quienes deban solicitarlo. En el caso de Podemos basta con el 25% de los inscritos.

Además, Sumar también se garantiza que su primer grupo de coordinación y sus miembros serán elegidos por mayoría simple tras presentarse las candidaturas en listas. Será una «secretaría» no especificada quien aceptará o rechazará las listas y la que obtenga la mayoría simple integrará el citado órgano. Podemos, por ejemplo, elige sus candidaturas a través de un sistema de proporcionalidad, «el método Desborda» en el que existen listas abiertas a las que los inscritos pueden presentarse. Después, la lista ganadora puede integrar al resto.

En Sumar, a diferencia de Podemos, solo podrán votar en las consultas para dirigir el rumbo político de la formación, aquellas personas que decidan ser «miembros» y se encuentren al corriente de pago. Según el documento organizativo, son las personas inscritas que adquieren un compromiso mayor al querer participar activamente en la toma de decisiones a través de las Asambleas Generales con derecho a voto. Serán miembros los militantes que sean mayores de edad, asuman el Código Ético del partido y abonen una cuota periódica que todavía no está definida. En el partido de Ione Belarra, pueden participar de las decisiones políticas de la formación cualquier inscrito que esté debidamente registrado con sus datos personales. Podemos no diferencia entre inscritos –no pagan– y militantes –sí lo hacen– a la hora de realizar sus consultas políticas.

De momento, Sumar no obliga a sus dirigentes a donar parte de su sueldo. Sí lo hace Podemos, quien desde sus inicios utilizaba el baremo del Salario Mínimo Interprofesional. Podemos confeccionó más adelante un sistema diferente para blindar a sus más altos dirigentes. A más cuota de poder, menos obligación económica con su partido. El entonces secretario general de Podemos decretó que los ministros, consejeros autonómicos o concejales de Gobierno donarían un 15% de su salario. Mientras, quienes ocupan cargos de secretarías, subsecretarías de Estado, viceconsejerías, direcciones o subdirecciones generales, ceden entre un 15% y un 35 por ciento.