Opinión

Didier Reynders: el vigilante de la Justicia española

La ley de amnistía es otra patata caliente sobre la mesa del consejero europeo, quien todavía recuerda su tenso debate en la Eurocámara

Ilustración Didier Reynders
Ilustración Didier ReyndersPlatónLa Razón

Es un buen conocedor de nuestro sistema judicial. Y aunque será la Comisión Europea quien decida la figura del «supervisor», en palabras de Alberto Núñez Feijóo, sobre la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), todo indica que el actual Comisario del ramo, Didier Reynders, asumirá ese papel que el Gobierno de Pedro Sánchez define como «mediador», denominación rechazada tajantemente por el líder del PP. El dirigente belga se ha movido en estos meses entre sus encuentros con el ministro de la Presidencia y Justicia, Félix Bolaños, y los mantenidos con Feijóo y los eurodiputados populares que han denunciado el deterioro institucional del Ejecutivo y las mentiras de su presidente. Ello les ha obligado a la propuesta de acudir a la Comisión Europea para garantizar la independencia del poder judicial, como único organismo que puede abrir un expediente a un país miembro por incumplimiento del Estado de derecho. Tras la entrevista entre Sánchez y Feijóo, las espadas siguen en alto por el sistema de elección del CGPJ. Mientras el PP insiste en que sean los propios jueces quienes elijan a sus integrantes, el PSOE presentará ante la UE una fórmula mixta que permita también una elección por el Parlamento.

La ley de amnistía es otra patata caliente sobre la mesa de Reynders, quien todavía recuerda su tenso debate en la Eurocámara. Reynders tuvo que lidiar una monumental bronca entre los eurodiputados conservadores, contrarios a la polémica ley por inconstitucional, y los socialistas fervorosos defensores de la misma, que la definen como norma de «reconciliación nacional». Didier Reynders, comisario de Justicia de la Unión Europea, nadó entre dos aguas y anunció que vigilará la ley cuando le llegue el texto definitivo. «La Comisión analizará con mucho cuidado, de manera independiente y objetiva, para determinar su cumplimiento con el derecho de la Unión», aseguró. Para el PP, Ciudadanos y Vox su mensaje fue algo tibio ante las graves acusaciones de sus eurodiputados, en especial la portavoz popular, Dolors Montserrat. Sin embargo, los socialistas lo acogieron favorablemente, pues están plenamente seguros de que la ley se ajusta a la Constitución y respeta plenamente el Estado de Derecho en España. El superministro de Presidencia, Relaciones con las Cortes y Justicia, Félix Bolaños, acudió a Bruselas para entrevistarse con Reynders y explicarle el contenido de la amnistía exigida por los separatistas para apoyar la investidura de Pedro Sánchez.

El debate en el Parlamento Europeo provocó una trifulca entre los eurodiputados españoles, ante la indiferencia de sus colegas de otros países. Era una sesión sin efectos jurídicos o votaciones, sino más bien una discusión política de alto voltaje que permitió al PP atacar al PSOE, internacionalizar el conflicto, un fuerte rechazo de la amnistía y aumentar la presión sobre el belga Didier Reynders, comisario de Justicia, a quien Vox considera al servicio de Pedro Sánchez. El PP, a través de Dolors Montserrat, enfatizó toda su oposición a la norma que permitirá la vuelta a España del expresidente fugitivo Carles Puigdemont, y la total impunidad de todos los condenados por el «procés». Los populares españoles habían movido ficha y el PPE (Partido Popular Europeo), decidió llevar el asunto a la Conferencia de Presidentes de la Eurocámara para incluir un debate «sobre la amenaza del Estado de derecho como consecuencia del acuerdo de gobierno en España» para investir a Pedro Sánchez. Reynders se ciñó al guión previsto, recordó los informes que apelan a la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), pero retrasó cuanto pudo la concreta mención a la amnistía.

Admitió que ha recibido muchas quejas de ciudadanos y organizaciones, pero insistió en que este es un asunto interno de España, que debe gestionarse conforme a su orden constitucional. Añadió, no obstante, que los servicios jurídicos de la UE analizarán con detalle su contenido, que discutió la pasada semana en Bruselas con el ministro Félix Bolaños. Reiteró que la Comisión vigilará la ley con el derecho de la Unión Europea, aunque dejando claro que el escenario central será España y el Congreso de los Diputados, con los cambios y enmiendas que pueda sufrir la ley durante su proceso parlamentario, que el PP retrasará todo cuanto pueda merced a su mayoría absoluta en el Senado. El prófugo Carles Puigdemont, presente en el debate, no intervino, pero lanzó un duro mensaje en sus redes sociales sobre la «erosión de las instituciones europeas», y acusó a los populares de «una deriva populista que está arrastrando a la Comisión y al Parlamento Europeo a una situación insólita, en la que un pacto interno de investidura firmado por dos partidos se convierte en un asunto europeo». La reciente intervención de Pedro Sánchez en el Parlamento Europeo fue también muy tensa por su enfrentamiento con el presidente del PPE, Manfred Weber.

Didier J. L. Ryenders es un político belga, nacido en Lieja, Valonia, miembro del movimiento reformador (MR), del que fue presidente. Doctor en Derecho y profesor en la Universidad de Lieja, fue viceprimer ministro, de Finanzas y Reformas Institucionales en el Gobierno de Van Rompuy en 2008. Llevó al MR a la victoria en las elecciones de 2007, convirtiéndose en el partido belga francófono más votado del país. Considerado un buen negociador, el rey de los belgas le designó «informateur», es decir, encargado de las discusiones para formar una coalición federal de gobierno entre los partidos francófonos y nerlandófonos que mantuvo al país en una crisis sin precedentes durante siete meses. Ahora, es partidario de renovar con urgencia el CGPJ y de cambiar la ley con el consenso de los dos grandes partidos, PSOE y PP, lo que de momento se antoja difícil. Supervisor, mediador, ejecutor o facilitador, Didier Reynders es el vigilante de la Justicia española.