Constitución

El relato de las primeras diputadas constituyentes

El relato de las primeras diputadas constituyentes
El relato de las primeras diputadas constituyenteslarazon

► Juana Arce (Diputada por Albacete)

Reconoce haber vivido el momento de las primeras elecciones de manera «intensa» y con «tremenda ilusión». Ella había viajado por distintos países y al haber conocido diferentes formas de gobierno sintió tristeza por el «estancamiento» que estaba sufriendo España en la época de la dictadura. Después, tras la muerte de Franco, «todos estábamos en alerta, y con la incógnita de qué iba a ocurrir, pero desde el primer momento el Gobierno de Adolfo Suárez se veía muy sólido, y fuimos conscientes de que iba a desembocar en una democracia», reconoce. Lo más complicado para ella fue al comenzar a formarse los partidos porque «todos estaban de acuerdo pero nadie se atrevía a sacar su DNI y reconocer que formaba parte de él». Superado el escollo, otro de los retos fue el de confeccionar las listas electorales, «porque nadie quería, y menos formar parte de las del Senado». El siguiente paso fue el de ganar las elecciones y con ello llegó el trabajo en las Cámaras para «aprobar el texto de la Constitución y el de ir derogando leyes e ir legislando de nuevo». Arce recuerda que para todos los diputados fue un momento «importantísimo» y que el trabajo realizado fue satisfactorio. «Cumplimos esa pequeña misión que nos había tocado», aseguró.

► Mercedes Moll de Miguel (Diputada y senadora por Granada)

Su historia fue de superación. A esta diputada por Granada le tocó pilotar y asistir al nacimiento de la democracia en unos momentos muy dolorosos para ella. A sus 24 años se quedó viuda con cuatro hijos pequeños. Logró salir adelante en Granada con esfuerzo, donde se ganó una gran reputación gracias a la fundación de una asociación de mujeres empresarias y otra dedicada a las que habían perdido a sus esposos. Conocida su sobrada valentía, Federico Mayor la animó a aceptar el reto de ser una de las primeras diputadas constituyentes. «Esto desencajó mi vida, pero pensé que era una forma de hacer un servicio». Mercedes Moll de Miguel pasó por momentos más duros aún, como cuando recibía insultos de todo tipo, motivo por el que tuvo que separarse de sus hijos para protegerlos. «La vida parlamentaria fue gratificante, pero mi vida personal fue muy dura».

Su balance sobre su paso por la política es provechoso, y deja además un consejo para las generaciones actuales y venideras: «Me siento muy satisfecha de estar aquí y de haber contribuido con mi esfuerzo y persona al servicio de España. Se trata de ser generosos y de que nos tomemos la política como un servicio. Vale la pena porque el que da, recibe mucho más».

► María Teresa Revilla (Diputada por Valladolid)

Apodada la «madre de la Constitución», María Teresa Revilla fue la única mujer que participó en la Comisión Constitucional encargada de redactar la Carta Magna. Recuerda la débil posición de las mujeres en el Congreso, donde de los 350 diputados sólo 21 eran mujeres. Con especial entusiasmo recordó aquellos días de la Transición en los que el único objetivo era conseguir un «cambio político sin violencia». Para ella, la palabra Transición significó «reconciliación y consenso en busca de la libertad» que era la democracia. Comparando la situación que le tocó protagonizar con los momentos que vivimos en la actualidad en las instituciones parlamentarias, Revilla lamenta que ahora exista «cierto disgusto y desconfianza hacia la clase política». Unas actitudes que según explicó se deben al «evidente desconocimiento del significado de la palabra democracia». La ex diputada criticó también que en la actualidad no haya una clara separación de poderes, que el Legislativo estuviera «sometido al Ejecutivo» y que la Justicia se encuentre «politizada». A su entender, en la actualidad, son muchas cosas las que podrían arreglarse «mejorando lo que tenemos sin necesidad de grandes transformaciones», finalizó.

► Belén Landáburu (Senadora por designación Real)

Fue procuradora en Cortes de representación familiar elegida por la provincia de Burgos. Su pasión por la política comenzó ya cuando cursaba sus estudios universitarios, donde participó en protestas que pedían la democracia en la universidad. Belén Landáburu fue una gran luchadora por los derechos de la mujer y la única que participó en la reforma política del año 1977, la ley que permitió articular la transición española. «Mi principal objetivo fue siempre la salida del régimen franquista y la condición de la mujer», afirmó en el acto.

Miembro de la Comisión de Justicia, de la Comisión de Leyes Fundamentales y de la Comisión General de Codificación, su participación fue decisiva para que se rebajara la mayoría de edad de la mujer de los 25 a los 21 años para poder dejar la casa paterna, igualable a la del hombre. También inició la reforma en el Código Civil en materia de capacidad jurídica de la mujer. Especial relevancia tuvo en la Transición a la democracia, siempre cerca de Torcuato Fernández. Landáburu afirmó que aquellos años significaron la «devolución de la soberanía al pueblo» y que la elaboración de la Constitución fue signo de que «España encontró el camino» para vivir «en convivencia, en paz, en respeto» y como «base de progreso».