Industria

España inicia la reorganización de su industria de Defensa

El Gobierno pide al sector menos fragmentación y más músculo para competir en el exterior

Los jóvenes podrán conocer el Programa FCAS, del que Indra es el coordinador industrial español
Los jóvenes podrán conocer el Programa FCAS, del que Indra es el coordinador industrial españolIndraIndra

España no quiere ser un país de segunda en la Defensa internacional y para eso necesita ganar músculo. El mensaje del Gobierno está claro: las empresas tienen que ser más fuertes, la fragmentación no es buena y hay que ser más competitivos. Los datos son demoledores, según ha explicado el consultor internacional Enrique Navarro, si se une la facturación de las 100 mayores empresas españolas del sector, incluida la parte nacional de Airbus, no sumarían ni la mitad de lo que ingresan anualmente grupos como la italiana Leonardo y quedaría a años luz de otros como la americana BAE o la francesa Thales.

No es un problema de tecnología, de eso hay de sobra y algunas de las empresas más punteras del continente, como Arquimea, están en este país. De hecho, en la red nacional de pymes hay empresas tremendamente innovadoras pero con muy poco músculo. Es un problema de fragmentación y el peligro no está solo en perder los grandes programas internacionales por falta de capacidad, sino en que esa red de empresas innovadoras termine en manos de terceros pues, pese al contexto europeo, la autonomía estratégica en Defensa y la no dependencia de terceros sigue siendo irrenunciable. Está pasando, hace apenas unos días la alemana Rheinmetall ha comprado a la española Expal, una de las principales fabricantes de munición del mundo, en un momento, con la guerra de Ucrania abriendo ojos, en el que la munición es el objetivo principal de los planes de adquisición de todos los países. Por cierto, también hay empresas españolas comprando otras más pequeñas en el extranjero. Esto va en todas direcciones.

El mercado occidental pivota sobre grandes empresas con capacidad de congregar a su alrededor y alimentar a la pequeña industria, pero en España no existe nada parecido (con la excepción de las compañías paneuropeas en las que se tiene una participación, como Airbus o MBDA), así que si se quiere un trozo del pastel hay que tener al menos un jugador que pueda abrirse sitio hasta la mesa donde se sirve.

Acto de presentación de los siete primeros VCR 8x8 Dragón al Ministerio de Defensa y al Ejército de Tierra
Acto de presentación de los siete primeros VCR 8x8 Dragón al Ministerio de Defensa y al Ejército de TierraJosé Manuel VidalAgencia EFE

La cuestión es cómo hacerlo. En principio las vías son dos y ambas son factibles en paralelo: las alianzas coyunturales y las permanentes, por ser suaves y no decir fusiones y absorciones. Y ambas se subdividen a su vez en otras dos: nacionales e internacionales.

Las alianzas coyunturales permiten a las empresas ganar músculo para presentarse a programas concretos sin dejar de lado sus propios proyectos. Pueden ser acuerdos internacionales, como la firma de Sener con Raytheon con el programa de modernización del Patriot de fondo, o nacionales, como los consorcios Tess Defence, surgido para el programa español del vehículo de transporte de tropas 8x8 Dragón, o Satnus, creado para el programa del caza europeo FCAS.

Con las permanentes pasa algo parecido, si bien el resultado final es el de una gran empresa única. Es lo que se conoce popularmente como campeón nacional. En España, Indra está dando pasos en este sentido, si bien por el momento son pequeños y cautelosos. Para empezar, Escribano ha entrado en su accionariado, donde ya estaba Sapa, también ha firmado una alianza industrial con Navantia para comercializar y desarrollar juntas sus soluciones digitales, y otra con el Grupo Oesía para diseñar junto radares y equipos de guerra electrónica. Por cierto, que Oesía a su vez ha cerrado hace poco la compra de DAS Photonics. Y por cierto también, la protección de un gigante nacional a la pequeña empresa tiene un ejemplo en Indra, que incluso está en proceso de recuperar ITP para España después de que la empresa terminara a manos británicas.

José Vicente de los Mozos, consejero delegado de Indra, y el presidente de la compañía, Marc Murtra
José Vicente de los Mozos, consejero delegado de Indra, y el presidente de la compañía, Marc MurtraIndra

¿Pasos previos de una fusión a gran escala? Lo que está claro es que la multinacional tecnológica española está preparándose para crecer aunque ellos, en vez de hablar de campeón nacional, hablan de “referente”. Se llame como se llame los primeros pasos están dados. La compañía tiene nuevo CEO, José Vicente de los Mozos, el área de defensa está liderada ahora por Borja Ochoa, y además ha fichado al director de Tess Defense, Miguel Morell, y a Pedro Fuster de la Dirección General de Armamento y Material (DGAM). Lo más reciente es el anuncio por parte de la dirección de una nueva estrategia para los próximos años que se dará a conocer el año que viene. Un anuncio de un anuncio, suficiente para buenos entendedores a expensas de interferencias políticas.

El Ministerio de Defensa también acaba de redactar una nueva estrategia de Defensa y en ella no solo habla de la necesidad de crear consorcios y alianzas industriales, sino de priorizar las compras a las empresas españolas y, si no es posible y hay que comprar fuera, siempre con la condición de que se generen capacidades en España. Por el momento, el Gobierno ya ha hecho su parte y ha puesto sobre la mesa proyectos por valor de más de 20.000 millones de euros del nuevo ciclo inversor, pero para conseguir contratos internacionales hace falta más.