
PSOE
Fernández, «preocupado» por dejar en manos de las bases la abstención
Lamenta que le «entiendan mejor fuera que dentro» de su partido

Los actos con motivo de la Fiesta Nacional se convirtieron ayer en la antesala del Comité Federal del PSOE. Todos los presidentes autonómicos socialistas, a excepción del valenciano Ximo Puig, acudieron al desfile y a la recepción posterior, por lo que se pudo percibir el clima que primará en la reunión del máximo órgano entre congresos que, con toda probabilidad, se celebrará el próximo 23 de octubre. El presidente asturiano, Javier Fernández, también hizo las veces de líder interino del partido y, aunque se mostró reacio a explayarse con los periodistas sobre el peculiar momento que vive su partido, sí reconoció –en una conversación informal con ellos– estar «preocupado» porque en el PSOE haya calado la idea de que hay que someter a los militantes la decisión de abstenerse para facilitar la investidura a Mariano Rajoy y evitar así terceras elecciones.
La consulta a las bases era la bandera de la anterior dirección, más partidaria de la democracia directa que de la representativa, sin embargo, la gestora que tomó las riendas de Ferraz tras la dimisión de Pedro Sánchez prefiere asumir las responsabilidades que derivan del cargo en primera persona, en lugar de delegarlas en la militancia. Esta determinación ha provocado que un sector del PSOE, alineado con el ex secretario general, se haya «alzado» para que «se escuche la voz de las bases», a quienes corresponde –en su opinión– decidir «el futuro del partido». Desde estos círculos se jalea a los militantes y se deslegitima la labor de la gestora, señalando que no lo someten a su juicio, porque «saben que ganaría el ‘‘no’’ al PP».
No obstante, la posibilidad de que se llevara a cabo una consulta sobre la abstención entre la militancia no es real, pues no existe ya margen temporal para promoverla y que su resultado estuviera a tiempo para el Comité Federal que debe ratificarlo. Aunque los tiempos son inhábiles, desde varias federaciones se sigue alimentando la corriente de opinión de que sean las bases quienes decidan. Estas federaciones son las mismas que se posicionan de manera inamovible en el «no» a Rajoy y que están imposibilitando que el PSOE articule una posición unánime en torno a la abstención. Estas discrepancias se vieron también ayer en el Palacio Real donde Javier Fernández mantuvo una tensa charla con la presidenta balear, Francina Armengol, defensora acérrima de mantener el veto a Rajoy. Ella y otros dirigentes como los secretarios generales de País Vasco, Idoia Mendia; Castilla y León, Luis Tudanca y el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, defienden una vía alternativa a la abstención y que se cuente con el criterio de las bases como arbitraje en cualquier decisión. Armengol afeó ayer al presidente de la gestora que se traslade a la opinión pública la opción de permitir un ejecutivo de Rajoy, cuando este asunto ni siquiera se ha tratado en los órganos internos del partido, pues es el Comité Federal el encargado de pronunciarse en este sentido. Sin embargo, el objetivo del presidente de la gestora es «hacer pedagogía» de la abstención, para que los votantes y los militantes del partido entiendan que el objetivo es evitar unas terceras elecciones en las que el PP se reforzaría y el PSOE quedaría en una situación muy comprometida. «Tengo la sensación de que me entienden más fuera que dentro –del partido–», lamentó. No en vano, se siguen produciendo movimientos para recoger el número de firmas necesario para forzar al Comité Federal a convocar un congreso extraordinario inmediato, en el que los militantes elijan al secretario general en primarias. Iceta apuntó el martes que Sánchez no valora ya presentarse a este proceso.
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