Política

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«¡Fui ministro por un día! El ascensor se estropeó y la presidenta me autorizó a sentarme en la bancada azul»

Ignacio Tremiño, ex diputado: "Cuando se hace accesible para las personas con discapacidad se convierte en accesible para todo el mundo»

Ignacio Tremiño
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Ignacio Tremiño fue diputado en la undécima Legislatura por el Partido Popular, el segundo político en la historia de la democracia en España con movilidad reducida que tuvo que enfrentarse a serias dificultades para acceder al Hemiciclo debido a la falta de accesibilidad del mismo.

Ignacio Tremiño fue diputado en la undécima Legislatura por el Partido Popular, el segundo político en la historia de la democracia en España con movilidad reducida que tuvo que enfrentarse a serias dificultades para acceder al Hemiciclo debido a la falta de accesibilidad del mismo. No pudo, como ahora le ocurrirá a Pablo Echenique, alcanzar el púlpito de oradores para realizar sus intervenciones en las sesiones plenarias.

Este diputado, en conversación con este diario, reconoce que acceder a un escaño en silla de ruedas «es muy difícil», puesto que no podía sentarse en la bancada azul junto al resto de sus compañeros de partido y los servicios de la Cámara Baja le acomodaron su escaño en la última fila del Congreso –en el «gallinero»– a dónde sí podía acceder gracias al ascensor instalado en el año 2004 para que su predecesor, Francisco Vaño, pudiera ejercer de pleno derecho su trabajo en el Congreso. Sin embargo, para él no fue «incómodo» sentarse en la última fila, ni tampoco se sintió discriminado por ello. «Te hacen sentirte así las personas más que la accesibilidad», lamenta. El político aprovecha esta nueva ocasión en la que un diputado se verá limitado por las «barreras» del Congreso para reclamar la proclama por la que él y el CERMI llevan luchando durante años: «Cuando se hace accesible para las personas con discapacidad se convierte en accesible para todo el mundo», denuncia. Es consciente, sin embargo, de que «dar una solución a la sala de Plenos implicaría una obra de gran envergadura».

Su día a día en el Congreso era complicado, «pero no imposible», apunta. «Cada vez que debía votarse en urnas una iniciativa, al no poder yo desplazarme, era la presidenta del Congreso, Ana Pastor, la que lo hacía», recuerda. Tremiño relata que cuando le tocaba intervenir en el Pleno, utilizaba el ascensor y entraba por la puerta principal del Hemiciclo, donde los servicios de la Cámara habían colocado una mesa auxiliar, al lado de las copistas. A pesar de estas limitaciones de movilidad, Tremiño es bastante optimista, y aunque pide «facilidades» para los que cómo él se mueven en silla de ruedas, destaca que por el resto de dependencias del Congreso él se podía trasladar «sin dificultades». Repasa el ex diputado las obras que sí se han implementado para que personas con movilidad reducida puedan transitar hoy por el resto de la institución pública. «Me muevo con la silla perfectamente por otras salas, por las ampliaciones del Congreso, por la cafetería, o a las salas de las comisiones. Eso no supone problema alguno». Con su llegada al Hemiciclo, trató trasladar un mensaje «positivo», no sólo al colectivo de discapacitados, sino al conjunto de la sociedad.

De su paso por la Cámara Baja, Tremiño también se lleva anécdotas, cómo cuando se estropeó el ascensor que le llevaba a su escaño y no podía sentarse en la última fila, en un pleno que implicaba votación manual. Entonces, cuenta, «la presidenta autorizó a que me sentaran en los bancos azules reservados a los ministros para poder votar desde ahí. ¡Fui ministro por un rato!», recuerda entre risas.

¿Podremos, entonces, ver alguna vez en la historia a una persona con movilidad reducida presidiendo la mesa del Congreso de los Diputados? Tremiño lo tiene claro. Cree que «si se diera la circunstancia» ese espacio seguro que se adaptaría para la nueva situación. Aunque, bromea, sobre los que como él tienen movilidad reducida. «A los que vamos en silla de ruedas no nos hacen ministros», asegura a este diario.

El ex diputado no tendrá que poner a prueba ahora la Asamblea, donde sí podrá desplazarse sin dificultad a partir del 26-M si resulta elegido diputado autonómico en la Comunidad de Madrid.