Parlament
Illa sale airoso del debate de política general ante un Junts desdibujado
El president de la Generalitat fue acusado de "anestesiar" a Cataluña y se puso de manifiesto la falta de presupuestos
Salvador Illa ha superado su segundo debate de política general en el Parlament. El martes pronunció un discurso de una hora y cuarenta minutos que recordaba al “listín de teléfonos” de Jordi Pujol en el que enterró el discurso de la queja y del maltrato envuelto en la bandera, estelada evidentemente. “Cataluña es demasiado pequeña para que desprecie a ninguno de sus hijos y lo bastante grande para que quepamos todos”, dijo Illa en un remake de Josep Tarradellas. Defendió la aplicación de la amnistía y el retorno de Carles Puigdemont. A partir de aquí seguridad, inmigración, sanidad, educación, catalán, Rodalies y como guinda vivienda.
La atención política estaba centrada en la segunda jornada. Todos esperaban un golpe de efecto de Junts que había amenazado con un puñetazo encima de la mesa anunciando “un antes y un después”. Sin embargo, Albert Batet no se salió de un guion previsible. Acusó a Illa de “anestesiar” a Cataluña, que el país “chirría” y que “está en la UCI” amén de supeditado a Pedro Sánchez, y planteó propuestas genéricas como bajada de impuestos, suprimir sucesiones, bonificar transmisiones y una propuesta estrella: 10 años de empadronamiento para acceder a una vivienda social, mirando por el retrovisor a Aliança Catalana. Para rubricar su intervención el hombre de Puigdemont en el Parlament pidió a Illa romper con sus socios. En su respuesta Illa enseñó la puerta de salida a Batet: “Cataluña está mejor que hace un año” y la ruptura del pacto de investidura “no podrán tenerse en consideración”. Se acabó el debate y nadie en el Parlament supo ver la nueva estrategia de Junts, y menos se vio a Illa acorralado por el principal partido de la oposición. La prueba del algodón fue el mensaje de Junts “si las negociaciones no avanzan -en Madrid- exploraremos otras vías”, una amenaza que parece ya oxidada.
Josep María Jové, ERC, tampoco se salió del guion. Clamó en favor de un nuevo proyecto independentista, en línea con lo dicho por Oriol Junqueras, y advirtió a Illa de estar en tiempo de descuento porque sin acuerdos ERC “no negociará presupuestos ni en Madrid ni en Barcelona”. Y apuntó a que el PSOE votará en el Congreso la iniciativa republicana para que el IRPF se recaude en Cataluña. Illa no dio respuesta a la petición pero informó a ERC de un acuerdo con la SAREB para que la Generalitat gestioné todo su patrimonio en Cataluña.
Alejandro Fernández, PP, buscó el cuerpo a cuerpo con Illa acusándole de falta de principios por aceptar la amnistía y poniendo el acento en sospechas sobre su relación con Koldo y Ábalos en materia de corrupción. Illa reaccionó airado: “usted no me da lecciones”. Ignacio Garriga rompió el debate de guante blanco con exabruptos acusando al Govern de subir impuestos “para pagar la fiesta de la inmigración” “de entregar vivienda de protección oficial a inmigrantes” “que los CAP parecen delegaciones de Marruecos o Argelia” para acabar acusando a Illa de “cobarde”, lo que hizo que el presidente de la cámara le llamara al orden. Illa no se amilanó y fue duro con Garriga acusando a Vox de ser un “fracaso rotundo”. Josep Rull tuvo que volver a llamarlo al orden cuando Garriga tildó de “barco negrero” a Open Arms. “Entre Vox y Open Arms, Open Arms”, le espetó Illa.
Los Comunes en boca de Jéssica Albiach pidieron un amplio pacto que no vincule inmigración y delincuencia y contra la extrema derecha porque el “debate de nuestro tiempo es entre democracia y fascismo. Los Comunes abrieron también el debate sobre Palestina e Israel que siguió la CUP y Aliança Catalana. Su líder, Silvia Orriols, lucia una estrella de cinco puntas en la solapa. La ultraderechista criticó a Illa por no hablar de Cataluña hasta 15 minutos después de iniciar su intervención, aunque el presidente arrancó hablando de la amnistía. El cruce de reproches fue duro y acabó con un Illa afirmando “Cataluña ganará y su proyecto fracasará”.
Mañana los grupos plantearan sus propuestas de resolución y no parece que el Govern tenga problemas. Junts no cosechará apoyos para sus propuestas y en este debate no ha logrado que Illa les permita entrar en la política catalana donde se mantienen al margen ni hayan puesto al president en una difícil tesitura. Los socios han mantenido el discurso de apretar para no ahogar y más allá de la retórica de las palabras es posible que se abran conversaciones sobre los presupuestos. La extrema derecha sale bien parada del debate porque lo ha centrado en la inmigración a la que presentan como gran beneficiada de los servicios sociales en detrimento de los catalanes. El PP no sale bien parado porque ha sido eclipsado por los ultras a pesar de la buena esgrima de Alejandro Fernández.