La noria
Los indignados del 15M: 5.110 días que han "cambiado" el mundo
Se cumplen 14 años de aquella acampada en la Puerta del Sol que fue el germen de Podemos. Todos los eslóganes que lanzaron se volvieron contra ellos: "No nos representan"
El jueves se cumplen ya 14 años del 15M, aquel festival en la Puerta del Sol en el que se lanzaron consignas de la altura intelectual de Sócrates. A partir de aquellas, vamos a recordar cómo nos cambiaron la vida a día de hoy –5.110 días después– esas mañanas que pretendían ser Woodstock, donde todos alzaban las manitas, aporreaban guitarras y se respiraba amor y otras cosas, y esas noches que se convertían en las fiestas del PCE en las que, litrona en mano y con música de Javier Krahe, se balbuceaban discursos ininteligibles al compás de cabezas «asentidoras» mientras los más buscaban una tienda de campaña en la que compartir olor a calcetín.
«PSOE y PP, la misma mierda es» fue de las más coreadas. Tiempo después, y tras mucho hacer la rosca, aquel indignado de coleta que supo erigirse en líder supremo del movimiento (siendo el más cansino con sus peroratas y tirando pedantemente de preparación académica) estaba convirtiéndose en vicepresidente del Gobierno con aquel que consideraba el mojón de la rosa. Dejó de rodear el Congreso para repanchigarse en sus sillones de piel.
A día de hoy, su partenaire, Irene Montero, sigue apoltronada en la Eurocámara, pero queriendo volver a acomodar las posaderas en el Consejo de Ministros. Mientras, seguro que por sus cabezas pensantes revoloteaba aquella frase, recitada hasta la náusea: «Entre capullos y gaviotas nos han tomado por idiotas». Un inciso: son charranes.
«Los políticos nos mean, los medios dicen que llueve», fue una épica soflama que le viene al pelo a Pablo Iglesias. Mira por dónde, acabó con incontinencia en La Moncloa para posteriormente fundar un medio llamado Canal Red y aceptar agüitas amarillas previo pago de su importe –a 300 euros por programa– en distintas tertulias televisivas (les recuerdo otra sentencia de aquellos de la acampada: «Apaga la tele. Enciende tu mente»).
"Los políticos nos mean, los medios dicen que llueve". Iglesias, fundador de un canal, fue vicepresidente con incontinencia
La siguiente es muy buena: «Sin vivienda no hay viviendo». Un juego de palabras digno de Quevedo o de Cortázar. Se lo tomaron en serio Iglesias y Montero y, para seguir viviendo o bienviviendo, se trasladaron a la ya famosa y modesta casita de Galapagar, obra del arquitecto José Ignacio Rubio, pagando una hipoteca de unas decenas de miles de euros al año. ¿Hipoteca? Sí, hipoteca, y así entraron los dos ratoncillos en la ruedecita capitalista. De haber mantenido el ritmo de pago, el préstamo debería estar satisfecho el próximo año, si es que no lo está ya. De todas maneras, siempre les quedará el crowdfunding para no terminar siendo «Rebeldes sin casa».
Todo quedó en agua de borrajas
Toda esa parafernalia para mejorar el sistema social también se quedó en agua de borrajas. «Vamos despacio porque vamos lejos», decían. A su lado, las tortugas han resultado ser Usain Bolt. «Nietos en paro, abuelos trabajando». Esa proclama ha derivado incluso en que alrededor del 40% de las personas de entre 55 y 64 años no trabaje ni estudie, según un reciente informe de la Fundación BBVA. Vamos, que ahora ni abuelos ni nietos.
Pero, ¿y lo bonitos que nos dejaron los barrios con esos huertos urbanos construidos con material reciclado (lo que pilles por ahí), para entretenerse plantando tomates ecológicos en las contaminadas ciudades? Seguro que si te comes una hortaliza de esas te salen tres ojos. «Tejiendo barrios, cambiando el presente», ja, ja y ja.
Su última protesta «eco» de gran calado fue hace unos días ante el Congreso, de la mano de su excoleguita Yolanda Díaz, por un proyecto de macrocelulosa de una empresa en un municipio lugués. Por cierto, Yolanda ha avanzado que no acatará su propia reducción de jornada laboral: «Los servidores públicos estamos a tiempo completo», dice. En fin... «No nos representan», ¿verdad?
«Ya tenemos Sol. Ahora, ¡la luna!», decían enfervorecidos. Pues en la Puerta del Sol está una presidenta del PP, y ellos aún siguen en la luna intentando reflotar ese partido que nació de aquella revuelta de indignados y que tiene visos de descalabrarse más pronto que tarde. «Si no nos dejáis soñar, no os dejaremos dormir». Pues a seguir soñando.
No me quiero ni imaginar cómo puede ser la celebración el próximo año, que como en el cupón del once de la ONCE, serán los 15 del 15. No hay peor ciego que el que no quiere ver.