Gobierno de España

José Antonio Alonso, amigo leal y fiel a Zapatero

El salto a la política le llegó en marzo de 2004, cuando aceptó la oferta de su amigo Zapatero para encabezar las listas del PSOE por León

José Antonio Alonso, fallecido hoy a los 56 años de un cáncer de pulmón, fue desde su infancia en León un amigo fiel y leal de José Luis Rodríguez Zapatero, que le convenció para que dejara la judicatura y ejercer la política, donde le asignó cargos de máxima confianza.

Por su carácter riguroso y conciliador, que le daba su formación jurídica, Alonso fue siempre respetado por sus adversarios, tanto en su etapa como ministro del Interior y, después, de Defensa como por los años en los que fue portavoz socialista en el Congreso.

Alonso no fue ministro de Justicia, la cartera que como juez le hubiera gustado ocupar, por su lealtad a Zapatero, quien le encargó ser primero ministro del Interior, donde vivió los últimos años de ETA, y la de Defensa, que ocupó tras la dimisión de José Bono.

Como portavoz, el Congreso recuerda su discreción, su moderación en el tono y su capacidad negociadora. Como ministro, siempre se mantuvo alejado de las polémicas y los enfrentamientos públicos.

Nacido en el barrio ferroviario del Crucero de León en 1960, se licenció en Derecho en su ciudad y comenzó a ejercer su profesión de juez en Torrelavega, Santoña y Pamplona, antes de ascender a magistrado y ser trasladado a Las Palmas de Gran Canaria, primero, y más tarde, a la Audiencia Provincial de Madrid.

Fue portavoz de la asociación Jueces para la Democracia y vocal del Consejo General del Poder Judicial a propuesta del PSOE.

El salto a la política le llegó en marzo de 2004, cuando aceptó la oferta de su amigo Zapatero para encabezar las listas del PSOE por León y ser elegido diputado apenas un mes antes de que el nuevo presidente del Gobierno le confiara la cartera de Interior.

Como titular de esta cartera, aprobó el carné de conducir por puntos y consiguió éxitos policiales contra ETA, que no causó ninguna víctima mortal en esta etapa. Dejó el Ministerio dos semanas después de que la banda terrorista anunciara un alto el fuego permanente.

Pasó a sustituir al dimitido José Bono al frente de Defensa, un periodo en el que vivió los peores momentos de su carrera política, cuando un atentado terrorista segó la vida de seis cascos azules españoles en el Líbano.

Sustituyó también al histórico Alfredo Pérez Rubalcaba en el Congreso, al aceptar la propuesta del presidente del Gobierno para convertirse en la cara visible de la bancada del PSOE en la Cámara Baja.

Siendo portavoz parlamentario, Alonso, que no llegó a militar nunca en el PSOE, recibió el cariño de los socialistas y de todo el Congreso cuando, en junio de 2011, tuvo que ser ingresado en un hospital por un tipo de cefalea erróneamente diagnosticado al principio como un ictus.

Un fuerte aplauso de todos los miembros del grupo socialista a su regreso al Congreso testimonió entonces el respeto y el aprecio de sus compañeros.

Año y medio después, en diciembre de 2012, anunciaba que dejaba la política. En un comunicado, agradecía a todas las personas con las que trabajó y compartió esos años que le hubieran ayudado “a representar a los ciudadanos y trabajar por los intereses generales de nuestro país”.

Casado, padre de una hija y jurista de reconocido prestigio, Alonso anunció en diciembre de 2012 su intención de dejar la política por motivos personales y familiares, y poco después pidió el reingreso como magistrado de la Audiencia Provincial de Madrid.