El personaje

Koldo García: el oscuro conseguidor

El exasesor de Ábalos da nombre a un caso que crece y salpica cada día más al PSOE y al Gobierno

Ilustración Koldo.
Ilustración Koldo.PlatónLa Razón

Protagonista de una «trama» corrupta que crece y salpica cada día más a la organización socialista, Koldo García Izaguirre da nombre a un caso que se extiende por doquier con presunta implicación de ministros y altos cargos del PSOE. Las últimas informaciones que apuntan al registro por parte de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil (UCO) en un inmueble ubicado en el municipio alicantino de Polop de la Marina, propiedad del antiguo asesor del extitular de Fomento José Luis Ábalos, ponen los pelos de punta. En esta casa de Koldo fueron encontrados un arsenal de armas de fuego, entre ellos rifles, escopetas y una pistola, más de 20.000 euros en efectivo, cantidad de teléfonos móviles y criptomonedas, según figura en el atestado de la investigación. En este lugar fue detenido García Izaguirre junto a su actual mujer, Patricia Uriz, estallando un enorme escándalo sobre comisiones ilegales en la compra de mascarillas durante la pandemia para el Ministerio de Transportes, donde era asistente y asesor personal de Ábalos. Una madeja envenenada con ramificaciones en presidentes autonómicos socialistas, entre ellos la actual tercera autoridad del Estado y presidenta del Congreso, Francina Armengol, adjudicaciones arbitrarias y el cobro de comisiones millonarias por parte de quien fuera su estrecho colaborador.

Koldo García está en el ojo del huracán de una presunta trama de corrupción envenenada. Pero no es el único, dado que el sumario que instruye el juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno y las investigaciones de la UCO agrandan cada día el escándalo. Su antiguo jefe y ministro cesado, José Luis Ábalos; la presidenta del Congreso en su etapa al frente del Gobierno de Baleares, Francina Armengol; el anterior presidente de Canarias y hoy ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres; el titular de Interior, Fernando Grande-Marlaska; directivos del conglomerado de empresas de Fomento (Adif, Renfe, Puertos del Estado, Emfesa); empresarios como Víctor de Aldama, José Ángel Escorial o Juan Carlos Cueto; comisionistas beneficiados por los contratos y hasta la exmujer de Koldo, circulan por la escena pública en medio de correos electrónicos, teléfonos intervenidos y pesquisas judiciales. De esta lupa tampoco se escapa el secretario de Organización del PSOE y sustituto de Ábalos, el navarro Santos Cerdán, en el punto de mira del exministro por, según afirma, haber sido quien le presentó y aconsejó el fichaje de García Izaguirre. El que fuera asesor áulico, en su citación ante el juez Ismael Moreno se acogió a su derecho a no declarar.

De momento, el único cargo cesado por el ministro de Transportes, Óscar Puente, el ex secretario general de Puertos del Estado, Álvaro Sánchez Manzanares, en su declaración del pasado 21 de febrero aseguró a la Guardia Civil que Koldo García «fue quien consiguió el reparto de mascarillas en el Ministerio del Interior» y que intervino para solucionar una incidencia con Aduanas. Según funcionarios del Ministerio de Fomento y sus empresas, estos conocían a Koldo como «un gran conseguidor», siendo la sombra permanente del exministro José Luis Ábalos. Entre el personal del departamento se definía su actuación con una frase: «Maniobras en la oscuridad». Su influencia sobre Ábalos, como asesor y chófer personal, era evidente, pese a que el exministro ha insistido en que él «no tenía ni idea» de todo este entramado. Sin embargo, las imágenes difundidas en el restaurante «La Chalana» y en otro local propiedad de Aldama revelan lo contrario. Dirigentes socialistas y barones con peso como Emiliano García-Page, que se negó a comprar las mascarillas, expresan su honda preocupación y reclaman que se investigue hasta el final «caiga quien caiga». La marea negra podrida se extiende por el Gobierno y el PSOE a velocidad de vértigo.

Nacido en Baracaldo, García Izaguirre era vigilante jurado de profesión y realizó trabajos de escolta. Afiliado al PSOE y a la UGT, entre los años 2011 y 2015 fue concejal del municipio navarro de Huarte, etapa en la que coincidió con Santos Cerdán, su valedor ante José Luis Ábalos. En junio de 2011 fue condenado por la Audiencia Provincial de Navarra a pagar 900 euros de multa por agredir a un menor de 16 años durante la final del Mundial de Sudáfrica que ganó España. Miembro de la plataforma Stop Desahucios, el propio Pedro Sánchez le calificó en su día como «un gigante de la militancia en tierras navarras». En otra ocasión alabó su porte de «guerrillero de grandes dimensiones» y le definió como «el último aizkolari», es decir, aquel que utiliza el hacha en competiciones deportivas tradicionales en el País Vasco. En aquel tiempo, en el partido veían a Koldo como «un socialista de raíz» y un «luchador contra la derecha». Ábalos ha insistido en que fue Santos Cerdán quien le presentó a Koldo, y lo cierto es que pronto se convirtió en su asesor y hombre de confianza.

Fue consejero de Renfe Mercancías, una de las cuatro sociedades mercantiles de la Compañía, desde noviembre de 2019 hasta agosto de 2020, y vocal del consejo rector de Puertos del Estado. Detenido por la Guardia Civil el pasado 21 de febrero, fue puesto en libertad al día siguiente sin poder salir de España y obligado a comparecer cada 15 días en el juzgado. Según la querella de la Fiscalía Anticorrupción, existen indicios de que Koldo García se habría enriquecido ilícitamente durante 2020 y 2022, es decir en plena pandemia, al intermediar para que la empresa Soluciones de Gestión se llevase varios contratos para la adquisición de mascarillas. Pero, según todos los indicios de la investigación y el sumario judicial, la trama se agiganta como una gangrena entre ministerios y organismos socialistas, sin que nadie se atreva a vaticinar su desenlace. Entre dirigentes y barones del PSOE subyace un gran temor por todo lo que pueda aflorar todavía y muchos vaticinan que, al igual que su antiguo jefe, Koldo García Izaguirre «no se comerá el marrón solito».