
Caso Pujol
La hermana del ex presidente desconocía la herencia paterna
Pese a ir económicamente «ahogados», Pujol nunca les habló del dinero

El goteo de decepciones que ha levantado el caso Pujol ha trascendido lo institucional y lo social para volverse personal. Si con su confesión el viernes admitía haber defraudado al fisco y, por ende, conseguía defraudar a todos los catalanes , el pasado lunes su «hijo político», su delfín y sucesor, Artur Mas, reconocía sentirse dolido ante la noticia.
Este símil utilizado por el presidente del ejecutivo catalán queriendo reflejar la carga personal que supone para su persona, a través de un parentesco familiar, se volvió realidad al conocerse que la primera engañada por el jefe del clan Pujol, era su propia hermana, María Pujol.
Según desveló el diario Ara, Pujol tuvo a bien expiar su culpa con su hermana directamente afectada, habida cuenta que, según Pujol , lo defraudado responde a una herencia del padre de ambos. Era viernes por la tarde y el ex presidente confesaba en la intimidad antes de hacer público el escándalo que había guardado durante tres décadas.
«¿De qué herencia hablas?», respondía su hermana atónita que desconocía la existencia de los fondos familiares. Tras el estupor , llegó la indignación que llevó al cuñado de Pujol, Francesc Cabana, amigos desde los tiempos de Banca Catalana a decirle lo que pensaba de él. «Lo acepto, perdón, perdón...», asumió Pujol. «Estaba hudido», narró su cuñado.
Cabanas reconocía que si hay catalanes que quedaron en choque tras el comunicado, él había quedado «en estado de doble choque». No es para menos. Junto con su esposa se quedaron al cargo de la madre de los Pujol teniendo que pedir un crédito para hacer frente a sus cuidados. Además, hace una año y medio, tuvo que hacer frente a una inspección de Hacienda que le obligó a hipotecar su casa. «Cuatro millones de euros. ¡Dios mío! En la vida, a veces, sabes. Otras no sabes, pero te lo hueles. Pero ese dinero, nosotros, ni olerlo», se lamentó. «Se lo van a comer. Puede que se lo haya ganado», zanjó
Huevos y chorizos ante la sede de Convergència
Decenas de catalanes expresaron ayer su indignación ante la sede de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) en Barcelona tras la confesión del ex presidente de la Generalitat Jordi Pujol de que tenía cuentas en el extranjero sin declarar. La concentración transcurrió sin incidentes, aunque algunos manifestantes lanzaron varios huevos contra la fachada de la sede de CDC y uno de ellos sesgó una bandera «estelada» independentista. Según, Somatemps, el grupo convocante del acto, querían denunciar «la corrupción endogámica en la casta política nacionalista» y reclamar «una regeneración inmediata de la clase política».
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