Extremo centro

Mortadela de oferta en pleno agosto

La evidencia nos dice que la gente más cruel e hija de puta es la que se dice mejor persona. Son más mala gente quienes más justa creen su causa

El Comisionado Especial del Gobierno para la Reconstrucción y Reparación de los daños provocados por la Dana, José María Ángel Batalla, informa en su primera rueda de prensa sobre la inminente constitución del Comité de Personas Expertas para la Reconstrucción y sobre la evolución de los trabajos.
El Comisionado Especial del Gobierno para la Reconstrucción y Reparación de los daños provocados por la Dana, José María Ángel Batalla, informa en su primera rueda de prensa sobre la inminente constitución del Comité de Personas Expertas para la Reconstrucción y sobre la evolución de los trabajos.Ana EscobarAgencia EFE

Se viraliza un niño texano de 13 años que critica al presidente de USA en redes. Pensaba que después de Greta la izquierda ya había entendido que en este tiempo de paganismo la técnica de los niños apocalípticos solo impacta a los neuras.

A los padres normales, al ver a un niño de la edad de nuestros hijos dándonos lecciones nos pasa como con el chimpancé fumeta, que ya que el ojo busca la diferencia nos puede generar curiosidad, pero en lo esencial nos da risa o grima.

Se han dado lecciones con los niños y menores con disforia de género. Desde los activistas de lo trans, los directores de cine, sus terapeutas y profesionales de una visión torturada de la salud que obtienen bonus extraordinarios de la medicalización de cada cuerpo infantil que convence.

A veces nos quieren dar lecciones también sus padres sufrientes, que han encontrado en la ideología una explicación al dolor de la existencia. La realidad es que el 39% de las personas transexuales ejecutan tentativas de suicidio. Quizás usted no sepa que dos gemelas trans de 12 años se suicidaron hace un año y poco en Barcelona.

Los activistas siempre que alguno de los tratados se quita la vida corren a explicarnos que la culpa recae en la transfobia y en que no se les da suficientemente rápido los tratamientos y la medicación. Que esa versión coincida con los intereses de los laboratorios e industria farmacéutica que suministran los tratamientos es una de esas líneas de puntos que la izquierda nunca va a unir porque cree que no les da votos.

Las administraciones holandesas suicidan al cinco por ciento anual de su total de fallecidos. Logro conseguido gracias a la ley más veterana en lo de dar muerte mediante procedimiento público al que lo pida. Otro avance es que el año pasado ya mataron a Zoraya una chica de 29 bastante resultona que sufría depresión crónica.

Aquí, hemos tenido un intento de suicidio de un político socialista, y como estamos a mediados de agosto la bandada de murciélagos ciegos que configura la comunicación digital han empezado por cagarse encima de todos nosotros soltando por las redes que la culpa del intento es mía. Más allá del ridículo espantoso de intentar colocar mortadela de oferta en pleno agosto. El propio intento describe lo desorientados que se encuentran hoy los sociópatas funcionales que por no saber ya no saben ni emular los comportamientos de una «buena persona».

La conducta esquizo a señalar es que, esos comentarios de sociópatas «low cost» que me imputan una cacería contra alguien, son emitidos por los mismos diputados y cargos socialistas que celebraron e hicieron chistes con la muerte de Rita Barberá.

A la alcaldesa de Valencia la recuerdo saliendo por la puerta del Palacio en dirección a la Carrera de San Jerónimo. La izquierda había ejercido toda su fuerza mediática y destructiva contra ella. Nadie la saludó en aquel último trayecto hacia el Palace.

Tampoco recibió acompañamiento David, el joven agricultor que intentó levantar una explotación en Aragón y acabó quitándose de encima la vida. Podría jugar a decirles que fueron los impuestos o la Agenda 2030, pero eso sería robarle importancia al cáncer que supone para el alma la soledad.

La evidencia nos dice que la gente más cruel e hija de puta es la que se dice mejor persona. Son más mala gente quienes más justa creen su causa. Es ley vieja que los que se exhiben en sus virtudes son en realidad los peores de nosotros.

Quienes cargamos a la espalda con una sombra visible, los que llevamos colgando por fuera los vicios que nos acompañan, avisamos de una manera indirecta a los demás para que se protejan de nosotros. Eso no nos vuelve buenas personas, simplemente nos hace un poco menos peligrosos.

No es esta una columna fresquita de verano. Lo cierto es que entre playa y playa, disculpen el lugar común, pero estoy realmente preocupado por el mundo que les vamos a dejar a mis hijos. No sé qué queda en pie en lo moral en un mundo de reflejos y simulacros. De celdas solipsistas que nos ofrecen la posibilidad de vivir prisioneros, consumiendo y ofreciendo fentanilo emocional a los más necesitados.

Supongo que poco queda más allá de decir la verdad, acompañar a la gente en su soledad e intervenir con toda la fuerza que podamos sobre aquello que nos quede a la distancia del brazo.