Castilla-La Mancha
Page, único barón socialista crítico que revalida la mayoría absoluta
La disputa final con el PP podía haber supuesto un vuelco electoral. Los socialistas bajan dos escaños y el PP sube dos. Vox entra con cuatro y Cs desaparece
Castilla-La Mancha era, junto a Extremadura, el último reducto de poder absoluto del PSOE. Una mayoría que Emiliano García-Page logró revalidar este domingo en una noche de infarto. Cumple sus expectativas y refuerza su figura política.
Se alza como único barón socialista crítico con mayoría absoluta, después de que Extremadura haya quedado en manos del PP. Además, logra aval después de que los resultados hayan dado un claro vuelco hacia el bloque de la derecha con victorias muy claras, como en la Comunidad Valenciana. Los socialistas pueden gobernar ahora, aparte de en Castilla-La Mancha con su mayoría absoluta, en Asturias y podrían revalidar el Gobierno de Navarra, a base de pactos.
Los socialistas han logrado 17 escaños, la mayoría absoluta, pero se han dejado dos escaños por el camino en tres años. Los populares han subido dos escaños, hasta los doce y han estado a punto de rivalizar a los socialistas la primera plaza. Vox, por su parte, entra con fuerza en la comunidad castellanomanchega con cuatro escaños. Ciudadanos, como en el resto de territorios, desaparece, después de haber obtenido cuatro escaños en 2019. Page no necesita pactar ahora para volver a gobernar.
Emiliano García-Page ha hecho una campaña personalista, en la que ha escondido las siglas del PSOE y, sobre todo, a Pedro Sánchez, con quien su distancia es abismal. El líder castellanomanchego se ha borrado de las últimas –y cada vez menos frecuentes– reuniones del Comité Federal, ha criticado abiertamente la política gubernamental –con especial énfasis en las reformas de la malversación y derogación de la sedición para beneficiar a los independentistas– y solo ha coincidido en un acto con el presidente del Gobierno en campaña, el domingo 14 de mayo en Puertollano, en el que dejó claro su rechazo a llegar a cualquier entendimiento con EH Bildu.
La figura del dirigente crítico queda reforzada y demuestra que su estrategia de renegar de Sánchez sin complejos ha sido exitosa entre su electorado. En clave interna, el castellanomanchego sale reforzado y será uno de los puntales del poder territorial del PSOE, al lograr revalidarlo.
No obstante, Page jugaba con desventaja en estos comicios. A la mayoría absoluta que consiguió en 2019 como base de la comparativa, se suma la reforma electoral que hizo en su día María Dolores de Cospedal y la imposibilidad de apoyarse en otras formaciones con las que llegar a sumar, porque tiene aniquilada una opción a su izquierda.
Eran las elecciones más decisivas para Emiliano García-Page, que gobierna desde hace ocho años. En 2015 accedió al palacio de Fuensalida apoyado por Podemos, alianza que solo un año después quedaba destruida debido a la falta de sintonía entre ambas formaciones en Castilla-La Mancha. Los socialistas han ganado en Castilla-La Mancha todas las elecciones autonómicas desde 1983, aunque no de manera continuada, en 2011, María Dolores de Cospedal se alzó con el poder durante cuatro años.
Su objetivo era revalidar la mayoría absoluta en un ciclo clave, con la que, a su vez, se consolidaría su fórmula de barón socialista más alejado de las consignas de Ferraz, crítico directo con la gestión del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, como con la reforma del delito de malversación, o por sus pactos para gobernar junto a Podemos en Moncloa y ERC y Bildu en el Congreso de los Diputados. La última polémica fue por las listas de Bildu con condenados de ETA. «Con los asesinos de ETA ni a la vuelta de la esquina», llegó a decir Page en presencia de Sánchez en un mitin electoral en Puertollano.
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