Exteriores

Pobre balance de la «etapa inédita» con Rabat

La apertura de las aduanas de Ceuta y Melilla encabeza la lista de promesas incumplidas

El delegado del Gobierno en Ceuta, Rafael García Rodríguez (2i), habla por teléfono en las inmediaciones de la frontera del Tarajal antes de la tercera prueba piloto de la futura aduana comercial entre España y Marruecos
El delegado del Gobierno en Ceuta, Rafael García Rodríguez (2i), habla por teléfono en las inmediaciones de la frontera del Tarajal antes de la tercera prueba piloto de la futura aduana comercial entre España y MarruecosAntonio SempereEuropa Press

Tras poner fin a la crisis bilateral y encarar la apertura de una etapa llamada a ser “inédita” y “ambiciosa”, el balance para los intereses españoles de la relación con Marruecos tras el giro histórico en el Sáhara Occidental presenta un balance más que discreto. A pesar de las dos ocasiones en que los gobiernos de Marruecos y España se reunieron en Rabat, la primera en abril de 2022 y la segunda, con rango de Reunión de Alto Nivel (RAN), en febrero de 2023, de poco puede presumir el actual Gobierno al margen de la colaboración de Rabat en materia migratoria (y que, coincidiendo con la reelección de Sánchez el Gobierno de Marruecos se encarga en las últimas semanas de ponderar) y la aparente normalidad institucional.

Encabeza la lista de promesas incumplidas por parte del Gobierno la apertura de las aduanas comerciales de Ceuta y Melilla –en el caso de la primera ciudad autónoma sería un hecho inédito—, anunciada para el inicio del año que está próximo a concluir por el ministro de Exteriores José Manuel Albares. Tras varias “exitosas” pruebas piloto, sigue aguardando, pues, una iniciativa destinada a estimular las economías de las dos ciudades –que Marruecos sigue reclamando periódicamente en público a pesar de que ambas administraciones pactaron “evitar lo que ofenda a la otra parte”—tras un lustro marcado por la desaparición del contrabando y el largo cierre de fronteras, abiertas en la primavera de 2022 para el tránsito de personas y en un más que estricto régimen para viajeros. Después de varias reuniones del grupo de trabajo creado al efecto a finales de 2022, no se conoce avance sustancial en las negociaciones para la delimitación del espacio marítimo entre Marruecos y el archipiélago canario. Poco se sabe, por otra parte, del elenco de acuerdos bilaterales, la mayoría de escasa trascendencia, firmados en el marco de la Reunión de Alto Nivel hispano-marroquí. Con todo, el ministro de Exteriores aseguraba que “la hoja de ruta está siendo un éxito”.

A pesar del optimismo del titular de Exteriores, el presidente del Gobierno anunciaba recientemente en la red social X la conversación telefónica mantenida con el jefe del gabinete marroquí Aziz Akhannouch –que, aun siendo formalmente homólogo, carece de las atribuciones ejecutivas que el cargo tiene en España— para anunciar su voluntad de “impulsar la agenda bilateral ya acordada y explorar las nuevas oportunidades que ofrece esta relación renovada”.

Entretanto, continúa pendiente la visita oficial del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a Marruecos; “muy pronto” aseguró el rey Mohamed VI que se produciría en una llamada telefónica a Sánchez en vísperas de la Reunión de Alto Nivel de Rabat (y en la que el monarca no recibió al jefe del Ejecutivo español). Sí estuvo, en cambio, el presidente en Marruecos, concretamente en las ciudades de Marrakech y Tánger, pasando unos días de vacaciones junto a su familia a comienzos del pasado mes de agosto, aunque en ningún momento fue recibido por Mohamed VI a pesar de que el monarca pasa gran parte del estío en la costa mediterránea de su país. Como ya ocurrió al inaugurar la anterior, Sánchez decidió no abrir la legislatura con el tradicional viaje a Marruecos, optando en este caso por una gira por Oriente Próximo que ha acabado abriendo una crisis diplomática inédita con Israel.