Videos

PP y CS frenan la tramitación exprés de los Presupuestos

El revés de la Cámara Baja complica los planes de Sánchez para tener las cuentas al inicio de 2019

Pablo Casado, junto a Dolors Montserrat y Teodoro García, se reunió ayer en el Congreso con representantes de las asociaciones de jueces y fiscales / Gonzalo Pérez
Pablo Casado, junto a Dolors Montserrat y Teodoro García, se reunió ayer en el Congreso con representantes de las asociaciones de jueces y fiscales / Gonzalo Pérezlarazon

El revés de la Cámara Baja complica los planes de Sánchez para tener las cuentas al inicio de 2019.

Nuevo varapalo para el Gobierno. La debilidad parlamentaria del Ejecutivo no se limita únicamente al Pleno, sino que también es extensible al equilibrio de fuerzas en la Mesa del Congreso –con mayoría de PP y Ciudadanos–, que ayer rechazó la tramitación por vía de urgencia y en lectura única de la reforma de la Ley de Estabilidad Presupuestaria presentada por PSOE y Unidos Podemos. Con este trámite exprés, ambas formaciones pretendían agilizar la aprobación de las cuentas públicas, eliminando la capacidad de veto a los objetivos de déficit que en la actualidad se reserva el PP en el Senado. La decisión de la Mesa provocará que PSOE y Podemos muevan ficha y activen alguna de las alternativas que han estudiado en las últimas semanas para evitar la tramitación ordinaria de una reforma que, según el análisis del partido de Pablo Iglesias, busca arrebatar al PP su «última palanca de poder» en el Senado.

El revés, no obstante, complica las previsiones que manejaba Moncloa de tener aprobados los Presupuestos, si los socios de la moción de investidura no lo impiden, a principios de 2019. El «timing» que se había impuesto el Gobierno suponía tener a punto la Ley de Estabilidad en menos de tres meses (entre 70 y 80 días) para poder remitir al Congreso su anteproyecto de Presupuestos en noviembre. Sin embargo, el nuevo calendario impuesto por PP y Ciudadanos podría dilatar hasta en seis meses la aprobación de las cuentas. Tanto populares como naranjas consideran que la reforma de una ley orgánica debe hacerse por vía ordinaria y rechazan la urgencia que quiere imprimir la izquierda al proceso. Por su parte, PSOE y Podemos acusaron a Ana Pastor de «filibusterismo» político y anunciaron que darán la batalla para revertir esta decisión.

El enfado de los socialistas era notable. La portavoz de la formación en el Congreso, Adriana Lastra, calificó de «inaudito» que la Mesa «que es el órgano de Gobierno y de calificación, pero no es un órgano político», haya actuado al dictado del PP. El PSOE volverá a la carga cuando la proposición de ley se tome en consideración en el Pleno. Entonces, volverán a exigir otra vez a la Mesa la urgencia y la lectura única. Pero es este órgano sobre el que recae de nuevo la potestad de proponer o no ese debate en el Pleno, por lo que PP y Ciudadanos podrían –como ahora– volver a impedirlo. «Esperamos que a nadie se le pase por imaginación y mucho menos a la presidenta de esta Cámara, hurtar el debate al Pleno del Parlamento», advirtió. En tal caso, los socialistas no descartan pedir la dimisión de Ana Pastor. En la práctica, se trata de un conflicto por la forma y no por el fondo. El Gobierno será capaz de sacar adelante la proposición de ley más adelante, porque cuenta con el aval de Ciudadanos para ello. El problema reside en que no lo hará en el plazo que estimaba, porque los naranjas quieren que se haga por la vía ordinaria y no por la de urgencia.

Desde Podemos advierten de que después de ser tomada en consideración la reforma de la ley por el Pleno del Congreso –en 15 días se puede volver a llevar a la Cámara, de nuevo, su urgencia y lectura única–, no se sostendría el argumento que ayer llevó a Ciudadanos y PP a bloquear en la Mesa la propuesta. «Estamos convencidos de que el compromiso del Gobierno es firme y exploraremos todas las vías», aseguró la portavoz adjunta de la formación morada Ione Belarra. La otra opción que manejan en Podemos no anticiparía la tramitación de la reforma. Y es que actualmente se encuentra en fase de enmiendas una reforma de la Ley de Estabilidad que reinterpreta la regla de gasto para los ayuntamientos que cumplen con ella. Se barajó la posibilidad de introducir una enmienda en esta reforma –que fue aprobada inicialmente por el Congreso en diciembre– y así eliminar el veto del Senado. «Esto no acortaría los plazos, al revés. Sería una vía más lenta», aseguran en Podemos.