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PSOE: El Comité Federal de la revancha

Con la aprobación de las listas del PSOE, Sánchez consuma la purga al último reducto crítico que quedaba en el partido. Más de la mitad de los diputados actuales no repetirán.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ultimará hoy el diseño de sus listas para el 28-A. Foto: CIPRIANO PASTRANO
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ultimará hoy el diseño de sus listas para el 28-A. Foto: CIPRIANO PASTRANOlarazon

Con la aprobación de las listas del PSOE, Sánchez consuma la purga al último reducto crítico que quedaba en el partido. Más de la mitad de los diputados actuales no repetirán.

«La defensa es para tiempos de escasez. El ataque, para tiempos de abundancia». Este extracto de «El arte de la guerra» de Sun Tzu parece propicio para describir el actual estado de situación en el PSOE. Las reuniones del Comité Federal, el máximo órgano entre congresos del partido, eran en otro tiempo asumidas por Pedro Sánchez con cierta ansiedad. La debilidad orgánica que el secretario general arrastraba desde que asumiera el liderazgo de la formación por primera vez en 2014 y la transformación de quienes eran aliados, en enemigos internos a los pocos meses de llegar a Ferraz, convirtieron su primera estancia en la dirección en una etapa de hechos consumados. Los favores debidos y los equilibrios de poder pujantes le dejaron sin margen de maniobra en el diseño de los equipos y, por ende, en la configuración de mayorías. Sánchez era el líder de un equipo que no era el suyo.

La divergencia quedó de manifiesto en el veto a un pacto con los independentistas que el Comité Federal le impuso en 2015 y que, tres años después, Sánchez rubricó sin estridencias. El nuevo escenario que se abrió tras las primarias de 2017, en las que el ahora presidente se impuso por más del 50% de los votos a Susana Díaz, no solo supuso su vuelta a la dirección sino que instauró una nueva época: de la escasez (y la defensa) a la abundancia (y el ataque).

Solo los Grupos Parlamentarios del Congreso y el Senado se mantuvieron como reducto crítico a Sánchez. No en vano, sus mayorías provenían de una época pretérita (2015) en la que no pudo imponer su criterio. Esta anomalía quedará resuelta hoy. El Comité Federal que en otro tiempo le era adverso le servirá a Sánchez de acicate para dar la puntilla a la hegemonía que Díaz todavía conserva en el PSOE. El secretario general de la militancia, se escudará en este órgano entre congresos para enmendar a las bases en la designación de las listas para el 28-A. La decisión la tomará la Comisión Federal de Listas, sobre la que Sánchez tiene plenos poderes y que se reunió esta semana en Ferraz con los territorios para llegar a un acuerdo en lo posible, antes de emitir su dictamen. Este dictamen se esperaba, en principio, para el viernes pero se retrasará hasta hoy para que la «purga» a los críticos sea avalada por el Comité Federal y no obedezca únicamente al bisturí de Sánchez. Solo entonces se sabrá si se trata de una escabechina o de un cirugía fina. Aunque los números resultan de por sí apabullantes, el porcentaje de renovación la bancada del Congreso superará el 50%. En concreto, llegan abiertas y con discrepancias las listas de Aragón, Andalucía, Galicia, Canarias y Castilla y León. A los otrora críticos, o alineados con Díaz se suman aquellos que fueron afines a Sánchez pero cambiaron de bando en las primarias. No repetirán César Luena, Antonio Hernando o María González Veracruz que fueron puntales del primer equipo del secretario general.

En Andalucía las discrepancias pilotan en torno a cuatro provincias, pero se recrudecen en Sevilla. Antonio Pradas, que fue el más votado por la militancia andaluza no es aceptado por Ferraz, que podría desplazarlo al Senado. En su lugar se incluirá a Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, que ya ha cesado como delegado del Gobierno en Andalucía, y a Paco Salazar como «cuatro», aunque ni siquiera fue incluido en las listas que remitió Díaz. En Aragón, lor problemas se dan por el «dos» por Zaragoza y el cabeza de lista por Teruel, que son vetados por la dirección. Más problemas hay en León donde el baile de candidatos ha pasado desde la ministra de Defensa, Margarita Robles, (que finalmente irá por Ávila) al secretario de Cultura, Ibán García del Blanco, aunque finalmente se prevé que se imponga el criterio de la militancia y encabece la lista Javier Alfonso Cendón. Palencia será para Luz Martínez Seijo –secretaria de Educación de Ferraz– no sin oposición.

«Purga» europea

El fin de ciclo será, si cabe, más evidente en la lista para las elecciones europeas, una candidatura sobre la que se ha impuesto un hermetismo total . Poco se sabe, más allá de que será capitaneada por Josep Borrell, junto a nombres como Iratxe García, Inmaculada Rodríguez Piñeiro, Eider Gardiazabal o Ignacio Sánchez Amor. Lo que se da por seguro es que no repetirá la que fuera mano derecha de Alfredo Pérez Rubalcaba, Elena Valenciano, y la permanencia de otros veteranos como el ex ministro José Blanco o la vuelta de Juan Fernando López Aguilar está en duda. Con estos movimientos, unidos a las bajas de, entre otros, Soraya Rodríguez o José María Barreda, Sánchez podrá diseñar un Grupo Parlamentario en el Congreso de afines y dejará en el Senado un mínimo reducto del poder andaluz (Antonio Pradas, Miguel Ángel Heredia o Micaela Navarro), desactivando así la única fuente de críticas internas que hasta hoy seguía viva en el PSOE.