Estrategia

Puigdemont irá por libre tras la amnistía en clave electoral

Moncloa espera que los recursos judiciales retrasen su golpe definitivo en la mesa: «No le vale con su aprobación, necesita que se haga efectiva»

Carles Puigdemont in the Minority Intergroup meeting in the European Parliament Strasbourg. Photograph By Mathieu Cugnot.
Carles Puigdemont en el Parlamento europeoAfp

El equipo del presidente del Gobierno anda a marchas forzadas buscando la fórmula para aparentar que son capaces de mantener en el redil al expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont en este arranque de la legislatura. Pero el problema va más allá de la votación de esta semana de los primeros decretos ley aprobados por el Consejo de Ministros. Moncloa sabe desde antes de la investidura que Puigdemont no está dispuesto a ser una copia de ERC, y, aunque en el entorno del presidente del Gobierno se esfuerzan en dar sensación de normalidad, y en restar importancia a los órdagos del líder independentista, la realidad es que en ese círculo de confianza de Sánchez han visto ya las orejas al lobo y son plenamente conscientes de con quién juegan la partida. Puigdemont irá a por la independencia una vez que salga adelante la amnistía, y utilizará esta baza en clave electoral de cara a las próximas urnas en Cataluña. Estas elecciones autonómicas son el punto de inflexión oficial, pero la presión sobre Moncloa comenzará antes porque una vez que se pruebe la ley de impunidad, Puigdemont tiene decidido ir a por todas en la mesa bilateral de negociación sometida a verificación internacional.

Moncloa se prepara para esta segunda etapa, que se abrirá de manera inmediata, antes de que acabe este semestre político. Puigdemont quiere hechos que demuestren que es capaz de hacer que se avance en la dirección del referéndum. No se fía de Sánchez, comentan en su entorno, ni de los socialistas, y ha colocado ya en la diana a uno de los enviados del presidente, el ministro de Justicia, Félix Bolaños. La vicepresidenta y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, también será metida en el mismo saco, advierten desde Junts, en cuanto dé las primeras señales de que flaquea en los acuerdos sobre financiación para Cataluña que Puigdemont entiende que sostienen la investidura de Sánchez.

Los portavoces del presidente difunden el mensaje de que la situación es similar a la de la pasada legislatura, y que bajo el ruido hay espacio para el entendimiento porque Puigdemont no tiene una alternativa mejor a la coalición. Pero este planteamiento tiene un fallo de raíz, el expresidente de la Generalitat no quiere jugar la partida con las mismas cartas que lo hizo ERC, y esto afecta también a los movimientos que se han producido ya en el ámbito empresarial para utilizar los escaños de Junts en favor de sus intereses. En cuanto se apruebe la ley de amnistía, y Puigdemont pueda exhibir este triunfo ante su parroquia, y ante el conjunto del electorado catalán, el suelo temblará bajo los pies del presidente y de sus colaboradores, y el posible pragmatismo de Puigdemont, en el que confían en determinados ámbitos económicos, se desvanecerá. En el PSOE lo ven claro, a pesar de que el mensaje oficial lo niegue y en Moncloa aseguren que serán capaces de ganar tiempo antes de que Puigdemont fuerce un adelanto electoral.

El clima preelectoral en Cataluña es la razón principal por la que el expresidente de la Generalitat apretará con el tema de la independencia a fin de que vuelva a ser un eje de la próxima campaña. ERC ya ha entrado en la competición por ver quién reclama con más fuerza el referéndum, y esto hace que el marco de discusión vire de temas más tangibles, como Rodalies, al referéndum de autodeterminación, a pesar de que los republicanos independentistas reconocen el cansancio de la sociedad catalana con este tema.

En Moncloa confían en que el retraso en la aplicación de la amnistía juegue a su favor y les permita ganar tiempo antes del golpe definitivo en la mesa de Puigdemont. Su explicación es que a este no le vale solo con que la ley se apruebe en el Parlamento, sino que necesita que la amnistía se haga efectiva antes de romper definitivamente con ellos, y esto «él sabe que va para largo», porque no hay manera de evitar, como así dicen que se lo han explicado, todo el proceso de recursos, tanto ante el Tribunal Constitucional español como ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea. En el entorno del presidente del Gobierno aseguran que Puigdemont no debe arriesgarse a sacar demasiado los pies del tiesto, porque son ellos los que seguirán teniendo la llave de gestionar los mecanismos de respuesta a estos recursos.

Un posible entendimiento con el PP estaría sometido a las mismas condiciones, por lo que el canal de diálogo que el expresidente de la Generalitat dice que tiene abierto con los de Génova no tiene más margen de salida que el de hacer pinza en la desestabilización de la coalición en todos los demás temas ajenos a la independencia.