Análisis

¿Qué se juega cada partido en las elecciones gallegas?

Feijóo pone a prueba su liderazgo con una estratégica defensiva en Galicia. Sánchez busca nacionalizar la campaña para "agotar" al PP y a su izquierda queda por ver si penaliza o no la división

Arranca la campaña electoral. La primera de 2024 y tras las elecciones generales del año pasado, lo que convierte, a todas luces, unas elecciones que se entienden como un plebiscito a nivel nacional. Los populares juegan en casa, pero se enfrentan a conseguir una quinta mayoría absoluta, después de cuatro conseguidas por Alberto Núñez Feijóo. La izquierda puja, esta vez, por arrebatar la presidencia de la Xunta a Alfonso Rueda, aunque saben que, de momento, no cuentan con los números. La irrupción de Sumar, podría cambiar el tablero, pero, a la vez, la división de la izquierda, lastra la posible ecuación. Vox y Sumar aspiran a entrar en el Parlamento y BNG sueña con ser la primera presidenta gallega.

PP:Revalidar la mayoría y evitar al clon de Frankenstein

El PP juega en casa. El feudo gallego en el que Alberto Núñez Feijóo consiguió revalidar hasta cuatro mayorías absolutas entra en campaña con la estrategia defensiva en Galicia y al ataque a nivel nacional. Los populares gallegos buscan reeditar la mayoría suficiente para gobernar en uno de sus territorios hegemónicos y así evitar que el clon del monstruo de Frankenstein tome la Xunta.

Estos comicios son una doble prueba para el PP de Feijóo y, en realidad, quien más se la juega, ya que no puede permitirse perder esta plaza.

Por un lado, el que fuera presidente de la Xunta, medirá la respuesta que los gallegos dan a su marcha cuando, en abril de 2022, tras la crisis en la que estaba inmerso el PP, bajo el mando de Pablo Casado, tomó el relevo y dejó Galicia para presidir el partido a nivel nacional. Con él se llevó a Madrid a su círculo más cercado, el «clan gallego», donde destaca el portavoz parlamentario, Miguel Tellado que en Galicia era el secretario general del partido. Por ello, estos comicios también pondrán a prueba su liderazgo a nivel nacional y es que todo lo que ocurra en la tierra natal de Feijóo será interpretado como el examen de la acción política del jefe de la oposición.

 El CIS de Tezanos en su última encuesta se encargó de arrebatar al PP gallego la mayoría absoluta como una fórmula de incentivar la movilización de la izquierda, pero los populares gallegos están tranquilos, aunque, después de los resultados de los comicios del 23J, tanto Feijóo como Alfonso Rueda apelan a la prudencia y a no confiarse porque para ellos la única encuesta fiable está en las urnas el próximo 18-F. Lo cierto es que solo hay dos opciones: o una mayoría fuerte de los populares o, un bipartito o tripartito de la izquierda formado por los mismos que dan apoyo a Sánchez en su Gobierno: el BNG o Sumar.

También estos comicios son un examen para Alfonso Rueda quien se enfrenta por primera vez a unas elecciones gallegas siendo el candidato a la Xunta lo que pondrá a prueba el relevo de hace menos de dos años y su peso ante el electorado. El PP sabe que una de las cosas que más valora el votante gallego es la estabilidad y que se solucionen sus problemas y los que afectan al territorio algo que Feijóo siempre supo ejecutar tras nacer en Os Peares, la denominada como tierra de las boinas y vivir en la tierra de los birretes (Santiago de Compostela). Ante esto, los populares apuestan su campaña a la continuidad de las políticas que implementó

Feijóo durante sus cuatro mayorías absolutas con nuevas propuestas como la de la gratuidad de la matrícula universitaria o la subvención de las extraescolares, iniciativas en materia educativa en las que son pioneros, entre otras.

El líder del PP se volcará en campaña con una presencia muy alta que, en su mayoría, será a pie de calle para estar con sus paisanos, escucharles y recordarles que no les ha abandonado. Y es que los resultados del hoy líder del PP han sido indiscutibles durante estos años, y también lo fueron los del expresidente Mariano Rajoy, a quien también han pedido su implicación en estos quince días. Para los populares el objetivo es estar presente en todo el territorio y paralelamente para poderlo cubrir por completo, así que diseñaron dos caravanas simultáneas. Este mismo sábado, primer fin de semana de campaña, Rueda, Feijóo y Rajoy, estarán juntos pisando el albero de la plaza de toros de Pontevedra, el talismán de sus victorias eternas.

El PSOE: Nacionaliza la campaña ante otra posible mayoría de PP

El PSOE asiste a las elecciones entendiéndolas como un plebiscito nacional. Solo así pueden tratar de disputarle la presidencia de la Xunta a Alfonso Rueda. El objetivo es doble, además, tratar de dejar tocado al líder nacional del PP.

Es el primer examen desde el 23J y en Ferraz creen que aupados por la acción de Gobierno, podrán ganar la Xunta. Así, el PSOE buscará echar el resto con presencia destacada del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y de varios ministros durante toda la campaña. En el PSOE preparan la campaña en clave nacional con la presencia de ministros de la rama económica para tratar de confrontar el modelo económico de Rueda en Galicia. Explotar las medidas económicas lanzadas desde Moncloa como la subida de las pensiones, la implantación del Ingreso Mínimo Vital o la negociación del Salario Mínimo frente a lo que entienden como las recetas económicas de la derecha de «recesión». En Ferraz creen que a Feijóo le pesará su voto en contra de la subida de las pensiones y es algo que usarán en campaña. «Ha jugado a la política con cosas de comer de los gallegos», dicen en Ferraz.

Los socialistas llegan, sin embargo, con encuestas que todavía no reflejan posibilidad de cambio de color en la Xunta. El reto es luchar contra la abstención. En el PSOE analizan que la división a su izquierda les puede hacer perder la oportunidad y creen que el cambio está a dos diputados y cinco puntos de intención de voto. Se centrarán en movilizar a su electorado porque creen que ahí está la clave para ganar. «Hay partido», repiten. Si consiguen movilizar igual que en las generales, donde el PSOE llegó al 30% de voto, ven posible el cambio. Respecto al BNG, ven muy difícil superarles. Los socialistas creen que el «no» a Junts para introducir sus enmiendas a la ley de amnistía, les puede dar rédito electoral. No haber cedido y haber mantenido el discurso de que no apoyarán una ley inconstitucional serán sus mantras en los mítines electorales que protagonice Sánchez, que viajará hasta tres veces en quince días al norte.

BNG: aspira a ser la primera presidenta de la Xunta

La líder del Bloque Nacionalista Galego (BNG) podría convertirse por en la primera presidenta de la Xunta. Tras los buenos resultados que obtuvo en las elecciones autonómicas de 2020, en la que consiguió 19 escaños y se convirtió en la segunda fuerza más votada de la comunidad por delante del Partido Socialistas de Galicia, los de Ana Pontón «sueñan» con arrebatarle la Xunta al Partido Popular después de 16 años.

La lucense llega a la cita electoral del próximo 18 de febrero como la líder mejor valorada del CIS y con parte del electorado convencido de que es la oportunidad para que los intereses de Galicia se atiendan en Madrid. Ahora bien, necesitará de todas las fuerzas de la izquierda para poder formar gobierno, con las dificultades que supone un gobierno autonómico formado por una macedonia de fuerzas políticas. En definitiva, el BNG y el PSdeG buscan replicar el modelo nacional en Galicia. Es decir, poder sumar juntos para que pese a la victoria del PP, de la que ninguna encuesta duda, poder desbancar a los populares.

Este hipotético escenario no sería nuevo en la comunidad gallega. Entre 2005 y 2009, el socialista Emilio Pérez Touriño fue presidente de la Xunta gracias al apoyo de los nacionalistas gallegos. Entonces Manuel Fraga se quedó a solo un escaño de su quinta mayoría absoluta y fue desalojado de la Xunta. El panorama actual se parece al de entonces, ya que puede que un solo escaño decida el próximo inquilino de la Xunta. No en vano, también perdura en la retina de los gallegos las desavenencias entre el presidente y el vicepresidente en aquellos años. Sin embargo, 19 años después, los liderazgos son a la inversa.

En caso de que Pontón logre esa ansiada victoria, también colocaría a los nacionalistas en una posición fuerte en Madrid. Los nacionalistas gallegos cosecharon unos malos resultados en las elecciones generales, ya que no consiguieron aumentar su representación en el Congreso de los Diputados donde solo tiene un diputado. Si desbancan al PP su agenda gallega tendrá más peso.

Podemos: Demostrar si solos pueden y lograr fuelle hasta junio

Podemos ha llevado su divorcio en el Congreso de los Diputados a Galicia. Tras la ruptura en Madrid, el pulso tuvo lugar en Galicia. Los morados llevaron al máximo sus exigencias de no firmar una coalición sin primarias para elegir a los candidatos y sin seguridad de que todas las fuerzas tendrían su lugar dentro de la marca.

Ante las escasas oportunidades de conseguir Podemos escaño en el parlamento gallego, el propio exlíder, Pablo Iglesias, llamó a su electorado a votar al BNG en estas elecciones. Una decisión que la secretaria general, Ione Belarra, no respaldó y decidió, junto a la dirección gallega, presentarse a las elecciones con la candidatura de Isabel Faraldo.

Podemos viene de estar desaparecido en el parlamento gallego y, otra vez, las encuestas no ofrecen a día de hoy su entrada en el parlamento gallego y, todas las miradas se posan en el resultado que logre Sumar para poder, junto al BNG, dar la vuelta al marcador.

El partido, lo que si deberá demostrar es si funciona o no su apuesta por no renunciar a su identidad y si pueden caminar en solitario con éxito. Si en un momento político donde la izquierda alternativa al PSOE ha entendido que debe unir sus fuerzas para salvarse, ellos pueden o no ser independientes. Necesitan conseguir representación para contener músculo militante de aquí a las elecciones europeas, la que será su gran batalla contra Yolanda Díaz.

Sumar: Salvar la marca y ser útil al PSOE

Sumar afronta unas elecciones decisivas. Deben demostrar si el proyecto nacional está preparado para extrapolarlo a las comunidades. Si el experimento de fusión de partidos a la izquierda del PSOE puede ser una repetición de la fórmula de las elecciones generales del 23 de julio. Es decir, si pueden ser útil para arrebatar a la derecha el Gobierno.

Además, Galicia es especialmente importante. Es la cuna de la líder de Sumar, la vicepresidenta segunda Yolanda Díaz. Una comunidad donde su influencia no sirvió en 2020 para salvar a Podemos de la irrelevancia. La división de candidaturas en la izquierda puede penalizar en su espacio, aunque Sumar niega este extremo. El partido se ve «llave», la fuerza clave para arrebatar al PP gallego la Xunta. Sus encuestas les otorgan entre dos y tres escaños, los que ven imprescindibles para que Alfonso Rueda no vuelva a ser presidente.

Se ven como la fuerza imprescindible para que haya cambio en Galicia y creen que son la herramienta que puede seducir a los votantes que no se comprometen con el BNG ni con el PSOE. Al igual que el PSOE, jugarán esta campaña electoral a tratar de movilizar al votante progresista, que en Galicia suele ser más abstencionista, según analizan. No buscan una competición con el PSOE sino una suma, un tripartito (con el BNG). Fían todo a lograr el resultado de las elecciones generales, tercera fuerza y un 10 por ciento de voto.

Vox: Entrar en el parlamento para ser decisivos

El partido que lidera Santiago Abascal tiene una máxima: intentar entrar en el Parlamento Gallego. De momento, a pesar de la vinculación familiar del líder de Vox con esta tierra, es un territorio que se les resiste. Tienen poco que perder y mucho que ganar en estos comicios ya que parten de cero diputados.

El partido concurre a las elecciones con unos candidatos desconocidos por lo que volverán a fiar su fuerza en el liderazgo de Abascal y de sus políticas nacionales, una estrategia que van a implementar sobre todo en territorios como Pontevedra o La Coruña donde creen que tienen más posibilidades.

En Vox buscan reeditar los pactos que mantienen con el PP en hasta seis comunidades y así ser decisivos también en Galicia con el simbolismo que ello tiene. Esto les serviría de balón de oxígeno a nivel nacional ya que debilitaría a Feijóo en su feudo más preciado y les daría la opción de forzar a revertir las políticas que viene adoptando y que Vox considera que, en algunos casos, son indistinguibles de las del PSOE a nivel nacional.

En Vox fían su objetivo en lograr mantener a los votantes que en las elecciones generales apostaron por su marca y no por la de los populares o cualquier otra opción. Consideran que si quienes les votaron en Galicia el 23-J vuelven a hacerlo el 18-F, entrarán «con fuerza» en el Parlamento regional. Para ello, Abascal y su Ejecutiva estarán muy presentes en la campaña.