
Opinión
Lo que no le mata, le engorda
Si el PP cree que adelantando y juntando elecciones de varias comunidades en marzo debilita a Pedro Sánchez, se equivoca

Como era previsible, a Pedro Sánchez se le acumulan los problemas a cada día que pasa. Si la semana pasada la noticia era la decisión del juez Peinado de juzgar a Begoña Gómez por el procedimiento del jurado popular, en los últimos días se ha conocido que entre el los próximos días 3 y 13 de noviembre el fiscal general del Estado se sentará en el banquillo.
Pero no han sido las únicas novedades en el ámbito judicial que ha tenido Sánchez. Otro informe de la UCO describe el presunto pago de sobres del PSOE a Ábalos y Koldo, cuestión que da fuerza a las sospechas de que la organización socialista ha tenido financiación irregular.
Si la investigación sigue aportando pruebas suficientes para que se abra causa judicial, será interesante comprobar si el apoyo parlamentario de Sumar, PNV y ERC se mantiene intacto o se resquebraja.
Desde el tablero político, se ha terminado el plazo para presentar los presupuestos sin que María Jesús Montero haya sido capaz de presentar un anteproyecto de estos, consolidándose como una procrastinadora de libro. Lo peor de todo es que ya se sabía que no habría cuentas públicas para 2026 desde que Puigdemont, que es el que manda, se pronunciase hace unos días.
Por otra parte, las diferencias entre Sumar y PSOE siguen escenificándose, esta vez con respecto a la guerra en Gaza. Yolanda Díaz rechazó el plan pactado entre Trump y Netanyahu en tanto que Sánchez se mostraba satisfecho, pero la mayor controversia se ha centrado en torno a la flotilla dirigida a Gaza escoltada por la armada.
Las instrucciones que dio Defensa fueron no penetrar en aguas israelíes, pero desde Sumar y Podemos exigían que sí lo hiciese despreciando las consecuencias de lo que podría haber interpretado Israel como una agresión militar española.
No es de extrañar que los estudios electorales publicados señalen una caída del PSOE y la izquierda y el crecimiento del PP y la derecha. La impresión generalizada es que si hubiese elecciones habría cambio de Gobierno, incluso el propio Pedro Sánchez dejó claro que no anticipaba las elecciones porque no estaba dispuesto a dejar que la derecha gobierne, dando por sentado que perdería en las urnas.
Tezanos intenta dar munición con la que Sánchez pueda contrarrestar al resto de encuestas, pero no es suficiente y, además, ha llevado al CIS a tal pérdida de prestigio que será muy difícil de recuperar la institución.
Según el sondeo de Opina 360, una empresa demoscópica creada por el exasesor áulico de Pedro Sánchez Iván Redondo, el PSOE ganaría las elecciones. Redondo enseñó al líder socialista que lo importante no es la verdad sino lo que los demás crean y ha salido en su defensa nuevamente a ver si recupera los favores de Palacio.
Mientras tanto, parece que en la calle Génova se está valorando seriamente la posibilidad de celebrar un «superdomingo» electoral en Andalucía, Extremadura, Baleares, Aragón y Castilla y León en marzo.
Uno de los argumentos más repetidos por García Page, cuando exige a Sánchez convocar anticipadamente elecciones, es que deben celebrarse antes que las autonómicas y municipales porque los votantes socialistas enfadados van a castigar al PSOE a la primera ocasión que tengan.
No le falta razón al presidente manchego. En 2023 se comprobó cómo fueron derrotados alcaldes y candidatos autonómicos y tres meses después el castigo a Sánchez fue más suave. El presidente lo sabe, por ello su objetivo no es tanto llegar a 2027 como esperar a que la sociedad española se desahogue en unos comicios locales anteriores para llegar en mejores condiciones.
La estrategia de los populares no contempla este factor. La aversión por Sánchez es muy elevada en sitios como Madrid, en donde la valoración de Sánchez es bajísima. Quizá esto lleva a Feijóo a la convicción de que mostrando músculo en el próximo mes de marzo, mermarán las expectativas socialistas para las generales.
Pero el comportamiento electoral de España no es exactamente idéntico al de Madrid y la celebración de un superdomingo es una buena noticia para Sánchez. El líder socialista no tiene interés alguno por el poder territorial; de hecho, prefiere no gobernar en las comunidades autónomas. Si el PSOE tuviese más presidentes con mayoría absoluta tendría más voces críticas como la de Emiliano García Page.
Por otra parte, jugará a convocar legislativas en la fecha en que muchos votantes socialistas se sientan arrepentidos de haber castigado al PSOE a la vista de un mapa de España teñido de azul.
Para Feijóo tampoco es la mejor operación. Con sus barones territoriales fortalecidos, se lo jugará todo a una carta y, aunque revalidase victoria, no hay que olvidar que fue el claro vencedor en julio de 2023, los problemas internos comenzarían a minarle. Si el PP cree que adelantando y juntando elecciones de varias comunidades en un domingo de marzo debilita al socialista, se equivoca. En realidad a Sánchez lo que no le mata, le engorda.
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