Elecciones generales

Rajoy vuelve a confiar en Moragas y sólo prevé sustituir las «bajas»

El líder del PP afrontará la campaña del 26-J con las mismas listas, el mismo programa y el mismo director de campaña

El presidente en funciones, Mariano Rajoy, con la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal
El presidente en funciones, Mariano Rajoy, con la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedallarazon

El líder del PP afrontará la campaña del 26-J con las mismas listas, el mismo programa y el mismo director de campaña

La estrategia de Mariano Rajoy para las elecciones del 26-J se sostendrá en una fidelidad absoluta hacia el principio de la continuidad. Igual que ha hecho en estos cuatro meses, fijar una posición, la del pacto con el PSOE y si no dar por hecho unas nuevas elecciones, para la nueva campaña que se nos echa encima Rajoy tampoco se moverá de su sitio. El líder popular no hará cambios de fondo en su discurso, más allá de adaptarlo a la realidad del balance de la legislatura que quedará concluida este fin de semana. Irá con el mismo programa electoral, con pequeñas incorporaciones que salen de las convenciones que el PP ha ido celebrando desde las elecciones de diciembre, pero sin cambiarlo en nada en lo que afecta a algunas de las cuestiones que han centrado el debate de la negociación postelectoral. Por ejemplo, el PP no modificará su programa para hacer ningún guiño a la reforma constitucional, pese a que ha estado en la mesa de la negociación entre el PSOE y Ciudadanos.

Tampoco habrá cambios en las listas con las que el PP se presentó a las elecciones de diciembre. Las bajas conocidas son las del ex ministro de Industria, Energía y Turismo José Manuel Soria, que renunció a todos sus cargos en política por aparecer en los «papeles de Panamá», y la de Pedro Gómez de la Serna, que pidió la baja en el PP por la polémica sobre sus negocios en el extranjero. Habrá algún ajuste más obligado por las circunstancias, como la necesidad de cubrir la baja del «número uno» por Málaga, que ha dimitido por motivos personales. Por ese puesto dio la batalla la ex ministra Celia Villalobos en los previos a la anterior contienda electoral.

La continuidad presidirá también la estrategia electoral y la dirección de la misma. Todo apunta a que Jorge Moragas repetirá como jefe de la campaña, responsabilidad que ya ejerció ante los comicios de diciembre. Rajoy ha convocado al Comité Ejecutivo de su partido para la próxima semana, y en principio ahí ya se hará oficial el nuevo comité de campaña. En Génova adelantan que no habrá muchos cambios. Rajoy es consciente de que durante estos meses hay quienes incluso dentro de su partido le han visto ya como un «cadáver político». Y el arranque de esta nueva etapa previa al nuevo examen electoral lo ha dirigido a reivindicarse a sí mismo y a sacar pecho por la posición de su partido, por su inmovilismo mientras los demás partidos participaban en el «teatro» de reuniones y negociaciones condenadas a la frustración porque las alianzas no sumaban los votos necesarios para materializar la investidura de un presidente del Gobierno.

Rajoy también va a amoldar su mensaje al objetivo de incidir aún más en la apelación al voto útil entre el electorado de centroderecha. En Génova están convencidos de que el pacto de Pedro Sánchez con Albert Rivera les abre un espacio en campaña para recuperar votantes que dieron por hecho el entendimiento entre el PP y Ciudadanos después de las elecciones de diciembre. La decisión de no insistir más en buscar el acuerdo con Rivera fue una postura por la que Rajoy apostó personalmente: sus votos no eran suficientes para sumar una mayoría de investidura, y el líder popular optó por dejar que los demás se retratasen, convencido de que sin acuerdo entre PSOE y PP no era posible evitar unas nuevas elecciones. Los hechos le dieron la razón y ahora cree que toca intentar jugar esa baza de colocar a Ciudadanos ante el espejo de sus «rectificaciones» y de sus pactos durante estos cuatro meses.

Después del Comité Ejecutivo de la próxima semana, Rajoy continuará con la agenda que ha seguido durante los últimos meses. Mucha visita territorial y actos de partido para movilizar a su organización. El PP no ha entrado aún en diseñar formalmente su campaña, pero asegura que no necesita que desde Ciudadanos les propongan reducciones de gasto porque ellos ya trabajan con el compromiso de que ésta sea una campaña austera. El buen tiempo permitirá hacer más actos en la calle, por ejemplo, y reducir costes en alquileres de infraestructuras para reunir a la militancia. Las nuevas elecciones han devuelto ánimos a las filas populares. El PP se ve hoy más cerca de seguir en La Moncloa que en las semanas previas a las elecciones de diciembre. Ningún sondeo les niega que serán de nuevo la lista más votada y el pesimismo se ha tornado en confianza. Al menos, de momento.