Opinión
No me reconozco
Cuando alguien me pregunte «¿de dónde eres?» o «¿de dónde vienes?», contestaré de aquí y de allá
Lina Morgan contestaba en una entrevista, al ser preguntada por la edad: «No me acuerdo de verdad, ¿eh? Debo tener unos triccis o por ahí, más o menos». Cuando le repreguntaban si eran 35, decía: «¡Ay, qué grosero, qué grosero!», y zanjaba el asunto con un: «Mire, lo dejamos en 17 y medio, me planto y ni uno más, ni uno más, ni uno más». Uno de los momentos brillantes que nos dejó la actriz. Jugaba –se lo podía permitir– con el humor para esquivar su vida personal.
Koldo, Ábalos y Cerdán deben de haber visto muchas obras de Lina Morgan o directamente creen que la justicia es tonta. Koldo no reconocía su letra en el manuscrito sobre obras preadjudicadas presentado por Aldama. Para justificarlo, llegó a presentar al Tribunal Supremo un total de 21 informes médicos, alegando que su caligrafía se volvió ilegible por múltiples operaciones de codo, hombro y cervicales (casi como el parte médico de un torero tras una mala tarde).
Ábalos, por su parte, dice no reconocerse en los audios que Koldo le grabó, incautados por la UCO y entregados al Tribunal Supremo, dejando caer que podrían estar manipulados mediante Inteligencia Artificial. Cerdán también niega reconocerse en los audios y, mientras permanece en prisión, se declara víctima de una persecución política.
La prensa internacional, por supuesto, no ha tardado en hacerse eco del esperpento nacional. «The Miami Herald» titulaba: «Sexo, corrupción y cintas: el escándalo sacude al Gobierno socialista español». Y si, a todo esto, sumas las críticas a Sánchez por su actuación en la OTAN, con calificativos como «villano», «paria» y «fanfarrón», en los medios extranjeros, estoy por acogerme al «no me reconozco» cuando esté fuera del país. Cuando alguien me pregunte «¿de dónde eres?» o «¿de dónde vienes?», contestaré de aquí y de allá. Sinceramente, tampoco me reconozco.