Elecciones generales

Sánchez abandona su «burbuja»

Pisa calle por primera vez desde que comenzó la caravana electoral.

El presidente del Gobierno y candidato del PSOE, Pedro Sánchez, ayer durante una comida-mitin en Orense
El presidente del Gobierno y candidato del PSOE, Pedro Sánchez, ayer durante una comida-mitin en Orenselarazon

Pisa calle por primera vez desde que comenzó la caravana electoral.

La palabra «crisis» está compuesta en japonés por dos caracteres que significan «oportunidad» y «peligro». Un afán por buscar la vis positiva de un evento negativo que ha guiado los designios del arranque de campaña de Pedro Sánchez. El PSOE ha modulado este mensaje para imponer la máxima de que «quien evita la oportunidad, evita el peligro». Al partido, actualmente en La Moncloa, le interesa que se mantenga el «status quo» y ha optado por una campaña conservadora: perfil bajo y «riesgo cero». «¿Quién necesita golpes de efecto en nuestra posición?», se preguntan desde el entorno del presidente. Sánchez va ganando el partido y solo debe ocuparse de aguantar el resultado hasta el final.

El candidato, que lleva a sus espaldas una prolongada precampaña, no ha incorporado una dosis de ambición en esta recta final. Su plan para las dos semanas que restan hasta las urnas es nítido: la reiteración hasta la extenuación de mensajes enlatados y una agenda de actos medidos al milímetro, rodeado de militantes afines y sin dejar espacio a la improvisación ni a la contestación. En el arranque, Sánchez se ha limitado a acudir a mítines en los que ha volcado sus ideas fuerza, pero al margen de los mensajes dirigidos a sus fieles, Sánchez no salió de su «burbuja» hasta ayer cuando participó en un paseo por las calles de Orense.

Una exposición mediática también muy dirigida, pues aunque el candidato se comience a prodigar por plazas y mercados, la caravana de periodistas que le sigue durante la campaña –por cuestiones logísticas– apenas podrá cubrir uno de estos paseos. Es más, fuentes socialistas evitaron confirmar la celebración del paseo por Orense hasta veinte minutos antes de que se produjera. Se ha buscado, por tanto, limitar al máximo la posible contestación que el líder socialista pueda recibir en la calle. Ésta se ha limitado en estos días a manifestaciones minoritarias de sectores muy concretos como el policial o los funcionarios de prisiones. De hecho, el candidato se encontró ayer con la protesta más numerosa y ruidosa a las puertas del Auditorio Mar de Vigo, a cargo de la empresa maderera Ence.

La calle se está convirtiendo en uno de los frentes de campaña para los candidatos. Los escraches vividos por Albert Rivera en Rentería, Cayetana Álvarez de Toledo en la Universidad de Barcelona o Santiago Abascal en San Sebastián y Bilbao han dado buena muestra de ello. Sin embargo, el PSOE no quiere forzar este tipo de situaciones porque no obtiene rédito electoral alguno de la confrontación. En el partido creen que Sánchez no se verá sometido a situaciones de este tipo en lo que resta de campaña, aunque tiene previstos paseos por San Sebastián, Lleida y Tarragona en los próximos días de campaña.