La coalición, en precampaña
Sánchez alaba las protestas de La Vuelta en Madrid y pide la expulsión de Israel de las competiciones internacionales
El presidente del Gobierno asegura que se puso la seguridad de los participantes "por encima de todo" y celebra que el boicot abra un debate en todo el mundo
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha alabado este lunes las protestas de La Vuelta en Madrid, que provocaron un final abrupto de la carrera, y ha pedido la expulsión de Israel de las competiciones internacionales. El Gobierno Tel Aviv cargó con dureza contra el Ejecutivo español por ello. La oposición, también.
"Rechazamos la violencia. Sentimos una profunda admiración por nuestros deportistas, por los ciclistas de La Vuelta, por eso se puso su seguridad por delante de cualquier otra cuestión. Pero también tenemos un total respeto y una profunda admiración por una ciudadanía que defiende los Derechos Humanos y sus ideas de manera pacífica. Por eso esas manifestaciones deberían crecer por otras partes del mundo", ha afirmado.
El líder socialista considera que España sigue estando en la vanguardia de la respuesta occidental a la invasión de Israel a la Franja de Gaza:"El debate que se ha abierto por lo sucedido debería crecer y llegar a todos los rincones del globo. Hemos visto cómo países europeos dicen que mientras dure la barbarie, Israel no puede blanquear su presencia. ¿Por qué se expulsó a Rusia y no a Israel tras la invasión de Gaza?", se ha preguntado.
Sánchez ya mostró este domingo, antes de los incidentes violentos en la capital, su admiración por la movilización de los españoles, lo que se ha criticado abiertamente por insuflar legitimidad a los sucedido. Y lo ha vuelto a repetir 24 horas después. El presidente ha reunido a los diputados y senadores de su partido en el Congreso para hacer balance y prepararles para lo que queda de mandato.
El jefe del Ejecutivo ha asegurado que su gobierno tiene una posición "clara y rotunda"que, a su juicio, "comparte la mayoría de los ciudadanos, porque están en el sentido común". "Hasta que no cese la barbarie, ni Rusia ni Israel deben estar en ninguna competición internacional más", ha espetado.
El respaldo del líder socialista es toda una declaración de intenciones, puesto que la mayoría de quienes sabotearon la carrera son simpatizantes propalestinos enraizados en grupúsculos de izquierda radical. El portavoz de las acciones es Ibon Meñika, un exmiembro de ETA.
Sánchez se ha propuesto seducir a todos los que gravitan a su izquierda con un discurso repleto de guiños a un electorado que, en estos momentos, carece de un referente fuerte tras el tortazo que se llevó la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, la semana pasada en el Congreso.
Cabe recordar que el jefe del Ejecutivo empezó la semana pasada acusando de genocidio a Israel pese a que corresponde a la Corte Penal Internacional verbalizar ese delito. Sánchez recurre a la política internacional para agitar el tablero nacional. Las encuestas de los últimos días reflejan una leve recuperación de los socialistas a costa precisamente de la izquierda. En Moncloa creen haber dado con la clave tras meses muy duros por el escándalo del «caso Cerdán».