«Pasar página»
Sánchez allana el camino a la amnistía y a la investidura
En plena negociación con Junts y ERC, el presidente en funciones asegura que el acuerdo con los soberanistas «se puede, se debe y se va a alcanzar»
La apertura del curso político marca la estela estratégica que se ha trazado para el corto y medio plazo. No hace tanto, Pedro Sánchez se rodeaba a principios de septiembre de los empresarios y cabezas visibles del IBEX 35 para dar el pistoletazo de salida a la actividad tras el parón estival. El objetivo era, entonces, proyectar una imagen transversal y moderada, cuando el giro al centro era una ambición de cara a capitalizar ese codiciado espacio electoral para armar grandes mayorías. Ahora, inmerso en las conversaciones con los partidos independentistas y nacionalistas para ser investido, el mensaje ha sido otro. Muy distinto, pero igualmente interesado.
Pedro Sánchez está dispuesto a intentarlo y, tal como publicara ayer este diario, buscará su oportunidad una vez fracase el intento del líder del PP. En este sentido, confirmó que se lanzará a esa investidura «sin dilación», en cuanto acabe «el tiempo de espera inútil» con el que –dijo– Alberto Núñez Feijóo ha decidido «entretener» a la sociedad española. La seguridad del líder socialista de que conseguirá su objetivo es total. «Se puede, se debe y se va a alcanzar», señaló sobre la posibilidad de concitar el apoyo de hasta seis partidos políticos, algunos, rivales directos en las urnas.
El presidente en funciones exhibió el optimismo, del que ha hecho partícipe también a su entorno más cercano en los últimos días, sobre sus opciones de ser investido. Dar por hecho que mantendrá su sillón en La Moncloa supone tanto como aceptar que las exigencias que trasladan sus interlocutores –y que hoy Carles Puigdemont oficializará desde Bruselas– son asumibles para conseguir este fin. Si bien Sánchez evitó hacer pedagogía o referirse abiertamente a la amnistía que le piden sus socios para garantizarle sus votos, sí subrayó que su Ejecutivo seguirá trabajando por la convivencia con un proyecto que respalda «sin fisuras» la Constitución y habló a modo de eufemismo de la necesidad de «pasar página». Sánchez reivindica cada vez que tiene oportunidad su hoja de ruta para Cataluña, una estrategia que –desde la concesión de los indultos hasta las reformas de la sedición y la malversación– en el PSOE creen que ha quedado legitimada por los resultados electorales del PSC en Cataluña el pasado 23J: primera fuerza con 19 escaños.
Por ello, el presidente en funciones apostó por «seguir avanzando» con «diálogo» en la defensa de la «pluralidad de España», porque «la próxima legislatura debe ser la que deje atrás definitivamente la fractura que vivimos en 2017», sentenció, con la seguridad de que será él quien pilote la acción gubernamental para ello. Al margen de las referencias a Feijóo, para criticar un «mecanismo constitucional» del que está «aprovechándose» para «mantener su puesto en su partido», Sánchez aprovechó para reiterar su intención de seguir al frente de Gobierno, aunque para ello haya que buscar un «alivio penal» para los encausados del «procés».
El líder socialista insistió en que mantiene su «absoluto compromiso» con el proyecto «progresista, reformista y europeísta» que ha marcado la acción de su Ejecutivo y, por tanto, su firme «compromiso» de «darle continuidad en esta nueva legislatura» en la que es consciente de que no podrá gobernar un único partido. Pero se trata de un momento, dijo, en el que «todos» los partidos son «perfectamente conscientes» de que «la tarea de acordar y de investir un nuevo gobierno va a ser compleja y exigente». «Por eso quiero aprovechar la ocasión para agradecer de antemano a todas las fuerzas con representación parlamentaria la altura de Estado que están demostrando en su voluntad de negociar y entenderse con el PSOE y con Sumar», manifestó en un gesto a aquellos con los que ya negocia discretamente.
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