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Opinión

Sánchez sin más

Aquel en quien el sentimiento de la vergüenza ha muerto es hombre perdido, dijo Plauto

Comparecencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ayer en el Congreso Alberto R. RoldánLa Razón

Ninguna sorpresa en la comparecencia de Pedro Sánchez para informar de la acción del Gobierno del origen del gran apagón producido el pasado 28 de abril y la gestión realizada. Ni siquiera produce expectación ni interés alguno porque uno ya sabe que va a mentir, a manipular lo acontecido y a presentarse como víctima de la derecha y del poder económico. La única expectativa estaba en averiguar cuánto tiempo tardaría en echar la culpa a la energía nuclear y por supuesto al Partido Popular. Se hizo esperar. No ocurrió hasta pasados cuarenta minutos cuando empezó a arreciar, como si se tratara de una tempestad, ira y odio hacia un gobierno anterior y una etapa pasada que no sufrió ningún apagón.

Es todo tan surrealista que diez días después del apagón general de luz sigamos en el apagón general de información, como onírico el triunfalismo de Pedro Sánchez. En medio de la dificultad reside la oportunidad, frase que se atribuye a Einstein y que sin hacer referencia basó su discurso Sánchez. Las oportunidades fueron muchas. No funcionaban los trenes ni el metro, pero la gente tuvo la oportunidad de andar kilómetros para llegar a casa; no podíamos comunicarnos por móvil, pero la gente salió a la calle e incluso desplegamos solidaridad a raudales con nuestros vecinos.

Se colapsó la península ibérica, pero qué felices fuimos durante doce horas, cenando a la luz de las velas y oyendo la radio a pilas. Qué felices con tan poco. Qué sinvergonzonería y simpleza de un presidente para no dar explicaciones ni asumir ninguna responsabilidad y, sin embargo, aprovecharse del carácter noble del ciudadano español.

Pienso en aquel en quien el sentimiento de la vergüenza ha muerto es hombre perdido, dijo Plauto, que trasladado a la actualidad que nos ocupa sería: Sánchez sin más.