Cerco judicial al PSOE

Santos Cerdán asoma la cabeza en Milagro tras salir de la cárcel

El ex secretario de organización del PSOE insiste en que la Guardia Civil ha plagado sus informes con falsedades

Santos Cerdán ha asomado este jueves la cabeza en Milagro (Navarra), su pueblo natal. Salía de su casa, un día después de quedar en libertad provisional, tras casi cinco meses en la prisión de Soto del Real. El juez entiende que el riesgo de destrucción de pruebas está “seriamente mitigado”. Él, por ahora, se limita a dejarse ver.

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El "ex número tres" del PSOE apareció por el garaje, al volante, con gesto pétreo y con gafas de sol. Solo. Sin esconderse ante los medios que han vigilado la escena. Pero sin una palabra. Ni una. Ni la intención de frenar. Su única frase, por ahora, quedó en la puerta de la prisión: “Soy inocente” y “la verdad se impondrá”.

Fue detenido el 30 de junio por el caso Koldo, hoy rebautizado —y no sin motivo— como la trama del 2%. En su salida de la cárcel, Cerdán insistió en que todo es una lectura retorcida de los informes de la UCO, en los que hay “mentiras y manipulaciones”, pese a las más de 200 páginas del último que dibujó un retrato desolador para el PSOE y para el Gobierno.

Y ese retrato tiene nombre propio: Servinabar. Según los investigadores del instituto armado, de ahí habrían salido hasta 9 millones de euros en mordidas para Cerdán. Todo mientras él aseguraba no tener sociedades y reducía los documentos a un “borrador”. La empresa, con menos de diez empleados, gestionó contratos por más de 100 millones, enchufó a amigos y familiares y, de paso, engrandeció el nivel de vida del exnúmero tres del PSOE y de su familia. Para la historia queda ya el supuesto gusto de su mujer, Paqui, por El Corte Inglés.

La UCO lo detalla sin rodeos. Acciona pagaba y Servinabar cobraba un 2% en comisiones. Y a Cerdán le pusieron una tarjeta para “gastar, gastar, gastar”, según las conversaciones intervenidas, de la que estuvo haciendo uso hasta el día antes de ser enviado a prisión. El listado impresiona: más de 50.000 euros en alquileres de dos pisos —Chamberí incluido, con 8.000 euros en muebles— y otros 33.574 euros cargados a una tarjeta vinculada a su socio en Servinabar, Antxon Alonso. Restaurantes, compras, caprichos. Un ecosistema de lujos camuflado en una empresa mínima.

El cuadro está trazado. Ahora solo falta —como repite Cerdán— que “la verdad se imponga”. El problema para él es cuál será la que quede en pie.