Crisis diplomática
Sumar aviva el fuego entre España e Israel
Las ministras del socio del PSOE jalean el boicot a La Vuelta por parte de los abertzales y con un exmiembro de ETA de portavoz
Las relaciones entre España e Israel llevan tiempo deslizándose por el precipio de la ruptura. Dos ministras de Sumar, Sira Rego y Mónica García, han abierto otro incendio precisamente por jalear el boicot violento a La Vuelta ciclista perpetrado por la extrema izquierda independentista vasca.
La situación es especialmente controvertida puesto que el portavoz de las acciones de boicot es Ibon Meñika, un ex miembro de la banda terrorista ETA. Aun así, para ambas titulares del Consejo de Ministros se trata de una «lección de humanidad» de la que se sienten «orgullosas». Las hostilidades del Ejecutivo hacia Tel Aviv son una constante desde que se desató el conflicto entre Israel y Hamás.
El propio ministro de Exteriores, José Manuel Albares, se limitó a opinar que debería apartarse al equipo de Israel (Israel-Premier Tech). Pero no quiso ir más allá, consciente de que en las relaciones internacionales hay que medir mucho las palabras. El problema, según fuentes diplomáticas, lo crea la izquierda del PSOE, porque utiliza el altavoz del Gobierno para señalar a Israel sin medida alguna. Precisamente, los ministros de Sumar reclamaron al ala socialista del Ejecutivo que aplique sanciones al primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, y a dos ministros de su gobierno: Israel Katz Itamar Ben Gvir y Bezalel Yoel Smotrich.
Es más, demandaron que todos ellos sean declaradas personas «non gratas» y que se les impida, en su caso, la entrada al país «por su incitación al odio, a la hambruna forzada y la limpieza étnica» del pueblo palestino.
Sin ir más lejos, Izquierda Unida –coaligado dentro de Sumar– apretó aún más la tuerca y pidió ayer al Ejecutivo que rompa relaciones de una vez con el Estado hebreo, como también le demanda Podemos para sentarse a negociar los Presupuestos Generales del Estado.
Al coordinador del partido, Antonio Maíllo, se le queda corto que Sumar pida la retirada de la embajadora española, así como la opinión de Albares al respecto. La ofensiva de la izquierda española contra Israel es total.
Aunque lo cierto es que está plenamente alineada con la posición política de Pedro Sánchez. No obstante, fuentes gubernamentales admiten la imposibilidad de romper del todo las relaciones con Israel.
Fuentes de Exteriores recalcan que son más útiles otras herramientas de presión. Lo único encima de la mesa es el compromiso de no efectuar compraventa alguna de armamento desde el 7 de octubre de 2023, aunque algunos informes de organizaciones civiles jaleados por los propios socios del PSOE, aseguran que todavía hay procesos pendientes de anulación.
El presidente del Gobierno reconoció el año pasado a Palestina y Tel Aviv respondió con la retirada de la embajadora en Madrid. Desde entonces, España carece de representación diplomática israelí al más alto nivel.
Aunque sí hay un responsable de negocios al frente de la embajada que en este tiempo ha sido convocado en dos ocasiones por Exteriores para manifestarle el rechazo español a las acciones del gobierno de Benjamín Netanyahu. Ya a finales de 2023, Sánchez fue acusado por Tel Aviv de «apoyar el terrorismo» tras visitar la zona en plena escalada bélica.
En cualquier caso, en el PSOE hay sectores que consideran que el presidente está utilizando la confrontación con Israel para tapar su debilidad interna. Cabe recordar que el líder socialista propició el reconocimiento de Palestina en plena campaña de las elecciones europeas, de manera «precipitada», según las fuentes consultadas en el PSOE.
El núcleo duro de Moncloa usa las relaciones exteriores para obtener rédito interno. Sánchez reveló el lunes que ha ofrecido al presidente palestino, acoger la conferencia de la ONU sobre Palestina que fue aplazada y que se iba a celebrar en el marco de la Asamblea General después de que Estados Unidos revocara su visado para asistir.
Tras estallar el conflicto entre Israel y Hamás por el ataque terrorista en territorio israelí, se celebró una cumbre internacional en Egipto a la que se desplazó Pedro Sánchez. El líder socialista volvió poco después para realizar, junto con el primer ministro belga, Alexander de Croo, una gira por Israel, Palestina y Egipto.
En esa visita, Sánchez se entrevistó con las principales autoridades, entre ellas, el presidente y el primer ministro israelíes, Isaac Herzog y Benjamin Netenyahu, respectivamente; el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abás; y el presidente egipcio, Abdel Fattah Al Sisi.
Esa gira provocó la primera gran crisis diplomática con Israel precisamente por la dura posición de Sánchez, que reclamó a Tel Aviv que respetara el derecho internacional en su respuesta a los ataques de Hamás para evitar el sufrimiento de la población palestina. Fue entonces cuando el presidente abrió la puerta al reconocimiento unilateral del Estado palestino que consumó meses después. Los enganchones con Israel siguen.