Tribunales
Telefónica no aporta a Peinado la versión final del software de Begoña Gómez
El juez rastrea si el programa se finalizó y acabó en una web a nombre de la mujer del presidente, pese a que es de la UCM
Telefónica cumple con el juez Juan Carlos Peinado y se convierte en la primera de las empresas desarrolladoras del software de la cátedra de la esposa del presidente del Gobierno en enviarle los datos clave del programa informático bajo investigación.
La compañía ha remitido, en concreto, el código fuente de la parte de la plataforma que se encargó de elaborar, después de que el propio instructor del "caso Begoña Gómez" se lo requiriese a esta y a Google, Indra, Devoteam y Deloitte.
El gigante español de las telecomunicaciones aclara al titular del Juzgado de Instrucción número 41 de Madrid que se encargó de crear dos funcionalidades para el producto tecnológico: un recomendador de objetivos de desarrollo sostenible y otro recomendador de proyectos.
Asimismo, tal y como ha podido confirmar LA RAZÓN de fuentes jurídicas, la empresa asegura al juez Peinado que no posee la versión definitiva de su aportación al software, dado que el código fuente de esta fue volcado por su equipo directamente en un espacio virtual en remoto compartido con el resto de las colaboradoras en el proyecto.
"Cuando concluimos nuestra aportación, el código escrito por nuestro equipo quedó en ese espacio virtual. En aquel momento no descargamos una copia de esa versión definitiva en nuestros sistemas. Y, por tanto, no contamos ahora con tal copia de la versión definitiva ni podemos aportarla", apunta.
En consecuencia, Telefónica solo le ha hecho llegar al instructor una copia de la "versión inicial" de los trabajos que llevaron a cabo hasta febrero de 2023 para un programa que se indaga si se pudo apropiar indebidamente la esposa de Pedro Sánchez.
Pese a ser un producto destinado a ser propiedad al 100% de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), acabó siendo ofrecido en una página web a nombre de la mujer del jefe del Ejecutivo, sin que la universidad nunca hubiese hecho valer legalmente sus derechos sobre la plataforma.
La Complutense nunca se registró como su titular, ni patentó la marca vinculada, que, en cambio, sí que se preocupó por inscribir como de su propiedad Begoña Gómez.
A través del código fuente total del software (la suma de las contribuciones de cada empresa privada que lo desarrolló), el juez Peinado quiere comprobar, por un lado, si se llegó a terminar y estuvo en condiciones de ser utilizado por usuarios y, por el otro, pretende verificar si en su construcción ya se preveía que, tal y como sucedió, acabase siendo alojado en la web de la esposa de Sánchez.
Hay que recordar que el proyecto implicó una inversión conjunta superior a los 300.000 euros que sufragaron de manera altruista las compañías a través de su mano de obra.
Paralelamente en la línea de investigación del software, se analiza si Gómez pudo incurrir en intrusismo profesional al haber firmado los pliegos de la contratación pública por parte de la universidad de los servicios que ofreció Deloitte para este proyecto Deloitte, sin ser ella funcionaria de la UCM ni en un principio estar capacitada técnica y profesionalmente para ello.