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Torra urge a reunirse con Sánchez para hablar de los presos y la autodeterminación

El separatismo clama por un nuevo fiscal general que atenúe la situación judicial de sus líderes

Quim Torra saluda a un guardia civil a su llegada hoy a la cárcel madrileña de Estremera/Efe
Quim Torra saluda a un guardia civil a su llegada hoy a la cárcel madrileña de Estremera/Efelarazon

El separatismo clama por un nuevo fiscal general que atenúe la situación judicial de sus líderes.

El presidente de la Generalitat de Cataluña, Joaquim Torra, ha insistido este lunes en que es "urgente"que mantenga un encuentro con el nuevo presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, porque para el Govern es "muy importante"saber qué plantes tiene tanto sobre los políticos independentistas en prisión preventiva como sobre la autodeterminación de esta comunidad autónoma.

"Nos hemos intercambiado mensajes y hemos quedado para vernos lo más urgente posible. Es urgente. Vivimos momentos muy excepcionales en este país, me consta que el señor Sánchez lo comparte y lo que quisiéramos saber nosotros con qué PSOE o con qué presidente del Gobierno nos vamos a encontrar finalmente", ha señalado.

En declaraciones a los medios a las puertas de la cárcel de Estremera (Madrid), donde ha visitado a los líderes independentistas en prisión preventiva, Torra se refería a si cuando mantengan esa reunión, se va a encontrar con el Pedro Sánchez que quiso despenalizar la convocatoria de referendos o con el que votó a favor del 155.

"¿Qué PSOE nos vamos a encontrar? Nos parece muy importante conocer el proyecto que tiene el señor Sánchez para Cataluña, no sólo en términos de 'presos políticos' sino también en términos del 'derecho de autodeterminación en Cataluña", ha afirmado.

Según ha dicho, para él "lo importante es que España tome conciencia"de la necesidad de "que se haga justicia y no escarmiento".

El presidente de la Generalitat, Quim Torra, ha llegado a las once de la mañana a la cárcel madrileña de Estremera para visitar por segunda vez en quince días a los exconsellers Oriol Junqueras, Jordi Turull, Joaquim Forn, Josep Rull y Raül Romeva.

La visita de Torra a los políticos independentistas presos se produce dos días después de que los nuevos miembros del Govern prometieran el cargo, y con ello se levantara la aplicación del artículo 155 de la Constitución, y de que tomara posesión el nuevo presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

El súbito ascenso de Pedro Sánchez a la presidencia del Gobierno no sólo ha dado un inesperado vuelco a la política española, sino que ha inoculado amplias esperanzas en las filas independentistas. Por ello, con la expectativa de obtener algún rédito de este nuevo escenario, el separatismo está centrando la mayor parte de sus demandas en una mejora de la situación judicial de los políticos presos y fugados. El objetivo es la liberación e impunidad para todos ellos, pero, como primer paso, todo parece indicar que se va a solicitar el acercamiento de los encarcelados a prisiones catalanas para, así, facilitar principalmente las visitas de los familiares. Ésta será la primera prueba de fuego para Sánchez, ya que el Gobierno tiene potestad para ello y deberá decidir si accede a la petición o no.

La segunda será la designación del fiscal general del Estado. Sobre esta cuestión está presionando sumamente el separatismo en las últimas horas, ya que sería capital para poder liberar y dejar impunes a los líderes independentistas. El portavoz del PDeCAT en el Congreso, Carles Campuzano, insistió el sábado en pedir que el elegido permita «encarar la agenda catalana», mientras que el portavoz de ERC, Joan Tardà, reclamó directamente que éste retire las acusaciones. En este sentido, el presidente de la Generalitat, Quim Torra, no fue tan explícito y pidió a Pedro Sánchez que «asuma riesgos».

Sin embargo, Sánchez, parece poco dispuesto a entrar en cuestiones judiciales y su mano tendida con el Govern de Torra pretende centrarse en lo político. En ese terreno, estaría dispuesto a abordar las leyes sociales suspendidas por el Tribunal Constitucional o la célebre lista de 45 puntos con demandas de diferentes ámbitos. En todo caso, para avanzar en cualquier área, será esencial un primer encuentro entre ambos dirigentes. Y en ello están trabajando desde la Generalitat, que en los próximos días tiene previsto plantear una reunión a Sánchez, un gesto que confirman desde la Generalitat sin querer especular con posibles fechas.

Las discrepancias entre el círculo del ex president y la formación que lidera Marta Pascal sobre la estrategia a seguir influirán en Quim Torra, quien deberá contentar a todas las partes con sus reclamaciones al secretario general del PSOE. Para empezar, el independentismo pide destensar las relaciones y llegar a una hipotética «normalidad institucional» rota entre los Ejecutivos de Puigdemont y Rajoy. El propio Campuzano ha hablado ya de «abrir una nueva etapa para destensar los climas sociales y políticos».

A juicio del PDeCAT y Esquerra, así como del president Torra, este deshielo debe empezar por una «negociación de carácter bilateral» entre Madrid y Barcelona, de «Gobierno a Gobierno». Dentro de esta primera fase, el independentismo incluye la petición de que se levanten controles que está ejerciendo el Ministerio de Hacienda a las cuentas de la Generalitat al margen del artículo 155 y la anulación del decreto aprobado por el Gobierno de Mariano Rajoy para la facilitar la salida de empresas, dos condiciones que el PdeCAT ya ha puesto sobre la mesa.

Esta semana, además, el presidente de la Generalitat ha abrazado la propuesta de los empresarios catalanes de pedir «más autogobierno» para Cataluña de la mano de un nuevo Estatut con rango de «norma constitucional». Aquí se blindarían competencias como la lengua, la educación, la cultura, la ordenación territorial o la financiación. Una fórmula que Torra pidió trasladar al Gobierno, ahora en manos del PSOE.

En este sentido, los socialistas catalanes ya se han mostrado en más de una ocasión partidarios de recuperar el Estatut previo a la sentencia del Tribunal Constitucional. Sin embargo, ni este extremo ni la reforma en clave federal que plantea el PSOE convencerían a gran parte del electorado independentista.

Más a largo plazo, la hoja de ruta pasa por el «derecho de autodeterminación» de Cataluña con un hipotético referéndum como objetivo final, un extremo que ni el PDeCAT ni Esquerra mentaron en el Congreso durante la moción de censura.

El objetivo final del soberanismo es llegar a un acuerdo que incluya a los dirigentes presos y a los que se marcharon a Bruselas y a Ginebra para evitar ir a declarar ante la justicia. La Generalitat, además, puede responder al PSOE con el «proceso constituyente» anunciado por Torra durante su investidura. Es decir, mantener el pulso con el Estado y perpetuar el conflicto territorial con la amenaza permanente de un adelanto electoral en Cataluña, muy contrario a los intereses socialistas.