Terrorismo

El tunecino que atacó a Vidal y el camionero yihadista siguen en ignorado paradero

Se trata de dos individuos muy peligrosos, un sicario y un potencial terrorista activo

Ayari, el tunecino que atacó a Vidal Quadras
Ayari, el tunecino que atacó a Vidal QuadrasArchivo

Siguen en fuga el autor del disparo contra Alejo Vidal- Quadras, un tunecino-francés, identificado como Mehrez Ayari, de 37 años. Y el camionero Allal el Mourabit Ahammarb, acusado de yihadismo y considerado como un elemento peligroso. Al primero se le pierden las pistas en Portugal, hasta donde llegó ayudado por una mujer en las horas posteriores al atentado. El hecho de que la Audiencia Nacional tardara unos días en dictar la orden de búsqueda y captura internacional pudo haber facilitado su huida el pasado mes de noviembre.

Por lo que respecta al segundo, desde septiembre no se sabe nada de él, cuando se quitó la pulsera telemática que se le había asignado con el fin de mantenerlo controlado. Lo hizo en el parque Salburúa de Vitoria. La pulsera fue encontrada por agentes de las Fuerzas de Seguridad y se puso en marcha un dispositivo para su localización

Todo parece indicar que, en ambos casos, las fugas estaban cuidadosamente preparadas y contaron con ayuda de terceros, en especial en el caso del camionero marroquí, un elemento realmente peligroso, al igual que el tunecino, un sicario de “segunda”.

Ayari eligió Fuenlabrada como “centro de operaciones”, ya que fue en un hotel de la localidad donde pernoctó la noche antes del atentado y donde quemó la moto que había utilizado para huir una vez realizado un único disparo a Vidas-Quadras. El vehículo había sido adquirido por 4.000 euros por el detenido en Fuengirola, al que el juez ha puesto en libertad, ya que, al parecer, desconocía que fuera a ser utilizado para perpetrar la acción criminal.

Por lo que respecta al camionero, su máxima aspiración era integrarse en Daesh (Isis, Estado Islámico) o, alternativamente, emprender una acción suicida. Los investigadores subrayan el hecho de que suele tener en sus manos un camión y recuerdan las masacres cometidas con este tipo de vehículos en Niza y Berlín.

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Durante sus seguimientos y detenciones, pocas veces se enfrentado el Servicio de Información de la Guardia Civil (SIGC) con un caso similar. Saber, por sus investigaciones, que estaban ante un individuo potencialmente peligroso por yihadismo, que, además, conducía, un camión de gran tonelaje por España y fuera de nuestro país. Tuvieron que detenerlo hasta en tres ocasiones. Durante los periodos de libertad, el SIGC se vio obligado a desplegar un equipo de seguimiento e intervención permanente de 50 efectivos, con el coste que supone. Todo ello para garantizar la seguridad de los ciudadanos.

La víspera de su último arresto había colgado, en plan desafiante, un vídeo en el que daba a entender que sabía que iba a ser detenido de nuevo, ya que el jefe de su empresa, que le ha mantenido en el puesto en los periodos en que ha estado en libertad, le había pedido que volviera urgentemente a la base sólo con la cabeza tractora. Aprovechaba para arremeter contra la sociedad española, las Fuerzas de Seguridad del Estado y decir que era un inocente perseguido injustamente

La primera detención fue en Irún en noviembre de 2016. La Guardia Civil le arrestó cuando regresaba con su vehículo de Alemania. Ya se sabía que mantenía contactos con miembros de Daesh en Siria. Ingresó en prisión, pero no estuvo mucho tiempo, ya que, en julio de 2019, los agentes del SIGC tuvieron que volver a detenerle, esta vez en Pamplona, dado que seguía con su labor en el mundo yihadista con un perfil más radicalizado. Había intentado, hasta en dos ocasiones, en 2014 y 2016, integrarse en Daesh y, para ello, viajó a Turquía, según fuentes antiterroristas. Marroquí, de 48 años, se dedicaba a administrar varios perfiles y canales en redes sociales, con una fijación en la justificación de los ataques suicidas como medio legítimo de lucha contra occidente. Se desconoce por qué estaba ahora en libertad, después de su último ingreso en prisión.