El viaje de Aragonès: del "España ens roba" de su juventud a exigir todos los impuestos desde la Generalitat

Corrían los años 2000. Un joven Pere Aragonès García se convertía en el jefe de las juventudes de Esquerra, las JERC, tras varios años vinculado como miembro de la base. Justamente cuando el mismo mes de diciembre de 2003 en que se constituyó el primer gobierno de la Generalitat desde la instauración de la democracia con participación de los republicanos, el tripartito con el PSC e ICV que presidió Pasqual Maragall.

En aquella época de militancia política juvenil impulsó una campaña para acusar al Gobierno de España de sustraer a Cataluña dinero con la recaudación de impuestos y el posterior reparto de fondos a las Comunidades. El lema era tan claro como atrevido: "España ens roba".

Según el cartel con el que posó públicamente Aragonès para presentar la acción política, la Administración centralrecibía de los contribuyentes catalanes450 euros a cada segundo que pasaba en lo que las nuevas generaciones de ERC calificaban de "expolio fiscal".

Por el camino se licenció en Derecho por la privada Universidad Abierta de Cataluña (UOC), cursó un máster en Historia Economía en la Universidad de Barcelona (UB), y se trasladó a EEUU para profundizar su formación en políticas públicas dirigidas al desarrollo económico en Harvard.

Casi 20 años más tarde, un trajeado Aragonès, ya con barba y gafas, se convirtió en el presidente de Cataluña en funciones tras la inhabilitación de Quim Torra por el Supremo.

Él era hasta entonces su vicepresidente y se convirtió en el candidato a las elecciones autonómicas que se celebraron en febrero de 2021. ERC quedó como segunda fuerza por detrás de los socialistas, pero retuvo el poder en un tercer intento de investidura gracias al apoyo de la CUP y Junts. En aquel momento era considerado en su momento la mano derecha de Oriol Junqueras.

Ya sí habiendo pasado 20 años, Pere Aragonès exigió a Hacienda este mismo martes un nuevo modelo de financiación autonómica para Cataluña parecido al 'cupo' del que disfrutan País Vasco y Navarra.

"Esta idea centralista de España no hace más que agudizar un deficit fiscal que sufren los ciudadanos de Cataluña", dijo este miércoles en un desayuno organizado en Madrid por Europa Press.

Lo fundamental que reclamó el presidente catalán al Gobierno de Sánchez es pasar a tener la competencia recaudatoria y gestora del 9% a la práctica totalidad de los impuestos que tienen que abonar los habitantes de la región, exceptuando los que tienen un carácter local.

Unos ingresos para la Generalidad que se colocarían en los 52.000 millones de euros cada año, lo que es el doble de lo que ingresan con el modelo actual de financiación. No prevé el documento presentado, sin embargo, ningún tipo de compensación para la caja única y el resto de Comunidades que dejarían de contar con varias miles de millones de euros.

Rechazan fijar la prioridad en el referéndum de autodeterminación pactado con el Estado, y se vuelcan otra vez en la batalla fiscal como discurso político de cara a las catalanas del próximo 12M para intentar colocarse la medalla de haber conseguido que la Administración catalana reciba el doble de fondos a costa del resto del país, los gestione y tengan que dar a cambio a Hacienda una compensación más que ventajosa.

Se embolsaría directamente las cuentas del Gobierno catalán la cantidad montería que se paga en Cataluña por las grandes figuras tributarias como el IVA, IRPF, el de sociedades o los especiales. También ostentaría la absoluta capacidad normativa para regularlos e introducir en ellos las modificaciones que consideraran.

Como ocurre con los regímenes forales vasco y navarro, la administración catalana tendría que aportar una cantidad negociada con el Ejecutivo central a modo de compensación por el especial tratamiento fiscal que recibiría.

Que Cataluña pase a tener un nuevo modelo de financiación encaminado mejorar para la autonomía las condiciones es uno de los puntos centrales del acuerdo que para la investidura de Pedro Sánchez como presidente suscribieron ERC y el PSOE, como también lo son la condonación de la deuda.