Psicología

La vida es pura incertidumbre

¿De dónde nace entonces la sensación de confianza?

La incertidumbre nos lleva a veces a reaccionar de algunas maneras, muy humanas, pero que no son saludables para afrontarla lo que se presenta y menos para tu salud psicológica y emocional.
La incertidumbre nos lleva a veces a reaccionar de algunas maneras, muy humanas, pero que no son saludables para afrontarla lo que se presenta y menos para tu salud psicológica y emocional.Ana Asensio

De creencias, de experiencias previas satisfactorias, y de expectativas o ilusiones…pero en realizad la certeza de lo que sucede sólo es en cada momento presente.

El cuerpo humano no está preparado para pensar todo el rato en ello y por eso hace generalizaciones de experiencias previas, o de mensajes que tenemos en nuestro programa mental en base a lo vivido, lo aprendido , lo visto en otros o lo escuchado…

¿Esto es modificable? Claro que si, y además entrenable: pero es importante saber que para desarrollar confianza es necesario integrar la incertidumbre, no destruirla.

La incertidumbre no es algo negativo , ni malo, es incómodo porque estamos educados o entrenados para vivir las situaciones con control o con la sensación de control y eso nos produce confianza, nuestro cerebro siente calma y eso genera placer.

Pero en realidad si te paras a pensarlo la vida es una incertidumbre.

Las sensaciones negativas asociadas a la incertidumbre nacen precisamente de la exigencia y la necesidad de control y eso es antinatural, no es posible, y Es precisamente la dificultad para aceptar lo incierto lo que conduce a utilizar la preocupación como una estrategia de control.

Ante una situación, nos imaginamos todas las posibles eventualidades, con el fin de obtener una respuesta adecuada para cada una. De alguna manera, mantener la mente ocupada alivia la inquietud del «no saber».

El no saber qué va a pasar y la inseguridad que esta sensación nos crea, nos impulsa hacia un intento de controlar el futuro e imaginar probabilidades que no siempre son de nuestro agrado, aquí cada uno pone de su “cosecha particular”.

Parece entonces que exista una necesidad de control, que además nos genera placer, pero además mentalmente, tenemos asociado que el lado opuesto del control es el descontrol, y esto es lo que realmente nos asusta. Aquí es donde me gusta comentar que la polaridad del control, no es el descontrol, la polaridad del control es el No control, y ahí no tiene por qué producirse descontrol.

El descontrol es el que nos lleva a que va a ocurrir lo peor y nos lleva a angustia a ansiedad y a vivir la incertidumbre como algo negativo, difícil e incómodo, haciéndonos sentir muy inseguros.

Cuando entendemos que el no control no tiene que ser descontrol, comenzamos a caminar en la línea de la confianza, donde nuestra cabeza trabajará por pensar en presente, y redireccionar aquellos pensamientos o situaciones que están fiera de mi control a otros pensamientos positivos que me encaminen a acciones que si puedo controlar, como ayudarme a mantenerme en calma, o realizar acciones que vayan a mi favor y dependan de mi, como es la actitud.

“El que sufre antes de lo necesario, sufre más de lo necesario”: el hecho de anticipar situaciones que no sabes si ocurrirán o no, pero que te generan inquietud, y no puedes parar de pensarlas porque sientes que así se activará el control es todo lo contrario, activamos el miedo con descontrol y activamos el pensamiento obsesivo que nos llevará al sufrimiento, que como me gusta decir a mi, es evitable. Por lo tanto desarrolla tu actitud en la dirección de permanecer en calma y con serenidad.

La incertidumbre nos lleva a veces a reaccionar de algunas maneras, muy humanas, pero que no son saludables para afrontarla lo que se presenta y menos para tu salud psicológica y emocional.

Preocuparse es quizás el síntoma o la conducta más relevante en personas con intolerancia a la incertidumbre y, por tanto, con altos niveles de ansiedad, pues se pasan el día dando vueltas a las cosas sin llegar a un fin razonable.

Pero hay otros como, evadir, evitar ciertas situaciones personas, momentos…porque generan inseguridad o no saber a qué atenerse.

Revisar, con la necesidad de comprobar y confirmase una y otra vez y la necesidad de buscar certezas y comprobar. Buscar seguridad con el fin de aliviar el sentimiento de inseguridad y la angustia que provoca, suelen ser conductas de preguntar y reafirmar. Hacer listas continuamente con el propósito de no olvidar nada, hasta sobre las cosas más triviales. O incluso No poder delegar por la dificultad que comprende dejar el control en manos de otro, y la ansiedad y desconfianza con la que se conecta.

¿ y qué puedo hacer para ayudarme?

1.Recuerda que tus preocupaciones son sólo pensamientos, y que tú no eres tus pensamientos. Puedes ayudarte de muchas maneras, distraer tu mente para frenar tus rumiaciones con actividades alternativas, como leer una revista, ver una película, jugar, practicar mindfulness y atención plena, meditar, o realizar tareas cognitivas para entrenar el cerebro y que te requieran atención, al mismo tiempo distracción y además ejercites positivamente tu cerebro…es cuestión de voluntad y saber que en realidad te ayudas y eso si depende de ti.

2. Atiende a los mensajes que te das, a tu diálogo interior, y piensa qué podrías decirte para sentirte más tranquilo, y así abordar el dialogo interno que te haya podido estar ocasionando sufrimiento.

3. También puedes plantearte como estrategia estar más enfocado en el presente, escríbelo si es necesario, observa tu cuerpo, respira, observa sensaciones cuando comes, en la ducha, muévete, baila, sal a caminar a correr, haz alguna tarea con las manos, cocina, cerámica, pintura…. Cada vez que notes avances en tu bienestar interior, recompénsate por los logros conseguidos en este tema.

4. Usa tu inteligencia racional con la lógica y el sentido común tus dificultades para convivir con la incertidumbre. Reflexiona y respóndete a preguntas que te ayuden a deshacer mitos como por ejemplo:

  • ¿Puedo estar absolutamente seguro sobre algo en mi vida?
  • ¿Cuáles son las ventajas que obtengo al huir d la incertidumbre?
  • ¿Cuáles son las desventajas de necesitar el control pese a todo de lo que sucederá?
  • ¿Es razonable, lógico sensato pensar lo que anticipo una y otra ve?
  • ¿Cuál es la probabilidad de que las cosas que estoy anticipando sucedan de verdad?
  • ¿Hay algunos temas en mi vida en los que tengo un nivel de incertidumbre con el que puedo vivir tranquilo? ¿y qué me lleva a vivirlo así en ese ámbito?
  • ¿Podrías hacer lo mismo que hacen otras personas que resuelven situaciones que te angustian o te generan incertidumbre y lo resuelven adecuadamente en esas situaciones que resultan más difíciles para ti?

5. Acepta que la incertidumbre es parte de la vida, suelta el controlar y querer estar seguro de todo, todo el tiempo, anticiparte y controlar el futuro. Deja ir estas acciones que te llevan a confirmar tu miedo, angustia o ansiedad, suelta estos pensamientos que te aturden y no te dejan en paz, obsérvalos con distancia y amabilidad, no los rechaces, pero tampoco los retengas en ti: apuesta por conectar con la confianza.

6. Si sientes que te abruma la angustia, puedes hacer ejercicios de relajación, visualización y respiración que te ayuden a aceptar las posibilidades que estás imaginando. Imagínate qué pasaría si el desenlace es uno u otro, y luego ve más allá, si pasara el peor de los casos ¿qué harías? Y luego ¿podrías enfrentar eso? ¿De qué manera? Y en el supuesto (poco probable) de que no fuera así, ¿podrías poner en marcha un plan B, algo totalmente distinto para salir de eso que te molesta o dificulta avanzar? Seguro que si te esfuerzas en visualizar las posibilidades, encontrarás más de las que pensabas en un principio: Tener muchas opciones en la cabeza y que todas puedan tener un valor similar, hace que nos calmemos al saber que siempre podremos reaccionar con nuestra actitud frente a las cosas que nos sucedan en la vida, que justamente son las que no podemos controlar.

7. Intenta cambiar alguno de tus comportamientos que repites con el fin de sentirte seguro y reafirmarte, “corre pequeños riesgos” para ti, como no revisar algo permanentemente, o prueba a delegar, o afronta alguna situación que estabas evitando…, cambia, haz algo distinto y luego observa el resultado o cómo te sientes, quizás te sorprendas a ti mismo.

8. Trabaja sobre tu pensamiento negativo, enfocándote sobre el positivo y construyéndolo más fuerte. Existen técnicas para desarrollar un pensamiento más realista, más positivo, recuerda que la actitud positiva parte del realismo y de tomar acción para ayudarte a ti mismo a tener una vida mucho mejor, y finalmente ser más feliz desde la consciencia, y la madurez, que es lo que todos deseamos.

Ana Asensio

Psicóloga y Doctora en Neurociencia

Fundadora de Vidas en Positivo