
Gastronomía
Así se vive la fiesta más antigua de Galicia en honor al pan
Esta villa reunirá a cientos de personas en una cita que exalta su producto más emblemático, con venta de pan y empanadas, música y un gran comida popular

El pueblo coruñés Neda volverá a convertirse este domingo, 7 de septiembre, en capital del pan gallego con la celebración de la 35ª edición de la Festa do Pan, declarada de Interés Turístico de Galicia.
Desde primeras horas de la mañana, el Paseo Marítimo se llenará de puestos de panaderías locales (La Nueva, Panificadora Germán, Santa Rita y Paca Castro, junto a otras colaboradoras) que ofrecerán al público panes, empanadas y dulces recién horneados. Junto a ellos, se establecerá un concurrido mercado de artesanía.
El día comenzará los pasacalles de gaiteiros y cabezudos de Viqueiras, que darán paso al esperado Concurso de Empanadas. Los premios, valorados en 200, 150 y 100 euros en vales de compra, se entregan tras el pregón oficial de la fiesta y antes de la sesión vermú que será amenizada por Los Zares. La música, de hecho, será un ingrediente esencial de la jornada.

Uno de los momentos más esperados es el tradicional xantar popular, bajo una gran carpa junto al albergue de peregrinos. Por 22 euros, los asistentes podrán disfrutar de un menú compuesto por pan y empanada de Neda, paella, churrasco, postres locales y café, todo acompañado de animación musical a cargo de la Charanga da Carmiña.
La tarde se reserva para propuestas familiares, desde una exhibición de break dance con Urban Galicia Breaking y el bboy Amor, nombrado deportista del año en Neda, hasta un taller infantil de pan y el espectáculo de clown de Arturo Cobas, “Nono”. El broche final lo pondrá la música folk del grupo ferrolano Lenda Ártabra.

Una tradición con historia real
La Festa do Pan es un homenaje a la tradición panadera que durante siglos dio fama a la villa. Desde la Edad Media, los molinos del río Belelle generaron harinas de gran calidad.
Tanto fue así que Felipe II impulsó en Neda las Reales Fábricas de Bizcocho para abastecer a las Armadas españolas, produciendo toneladas de pan marino que se conservaba durante meses en los viajes transatlánticos.
Con los siglos, Neda y la vecina Xuvia llegaron a ser conocidas como el “hórreo de Galicia”, un papel que consolidó su pan como símbolo de identidad y de riqueza local. Aunque su producción perdió peso a mediados del siglo XX, en 1989 los vecinos recuperaron con esta fiesta la esencia de aquel legado, reivindicando un producto único que se distingue por su sabor intenso, su miga consistente y su sorprendente capacidad de conservación.
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