Un guardia civil, entre los siete detenidos en una operación antidroga en Galicia

Uno de los siete detenidos en el marco de la operación antidroga desarrollada esta semana en la provincia de A Coruña, en Carballo y A Laracha, es un agente de la Guardia Civil, según han confirmado fuentes de la investigación.

El funcionario, que se encuentra en situación de baja desde hace más de dos años, ha quedado en libertad con cargos tras declarar ante el Juzgado de Instrucción número 1 de Carballo, aunque permanece investigado por delitos contra la salud pública y pertenencia a una organización criminal.

La operación, bautizada como SIXROTO-BELOTES, se saldó con siete detenciones y cinco registros domiciliarios simultáneos en diversos puntos de Carballo -en las zonas de Ponte Rosende, O Sixto, Xoane y Avenida de Fisterra- y uno en A Laracha, en la Avenida de Galicia.

En el dispositivo participaron más de 80 agentes de diferentes unidades, incluidos efectivos del Servicio Cinológico con perros especializados, la Sección de Información de la XV Zona de Galicia, la Policía Local y miembros de la propia compañía de la Guardia Civil de Carballo, a la que pertenecía el agente arrestado.

Durante los registros, las fuerzas de seguridad incautaron más de un kilo de drogas entre las que se encontraban 445 gramos de cocaína, 263,5 de hachís, 8,2 de MDMA, 17,4 de ketamina, 58,35 de heroína y 142 gramos de sustancia de corte. También se precintaron cinco vehículos y se requisaron 33.554,5 euros en efectivo.

A varios de los compradores se les incautaron pequeñas cantidades de droga, lo que confirma que los arrestados se dedicaban de forma habitual a la venta de estupefacientes a un elevado número de consumidores conocidos.

Cinco de los detenidos han ingresado en prisión provisional, mientras que otros dos -entre ellos el agente- han sido puestos en libertad, aunque continúan siendo investigados. Seis de los siete arrestados cuentan con antecedentes policiales y cinco de ellos mantienen relaciones familiares, lo que hace sospechar a la Guardia Civil que estaban integrados en una estructura criminal organizada y estable.

La red desmantelada operaba principalmente en la comarca de Bergantiños, con epicentro en Carballo, y estaba especializada en la distribución de sustancias que causan grave daño a la salud.

Según fuentes próximas al caso, el guardia civil implicado habría utilizado su conocimiento y posición para facilitar información sensible y proteger las actividades del grupo, por lo que además de los delitos contra la salud pública y pertenencia a grupo criminal, también se le podría imputar revelación de secretos y encubrimiento, aunque estos extremos aún no han sido confirmados judicialmente.