
Tribunales
El juicio en Vigo por una violación y robo en 2013 se celebra a puerta cerrada por la actitud violenta del acusado
El procesado comenzó a lanzar insultos, amenazas y golpes nada más comenzar la vista

La sección quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra acordó hoy celebrar a puerta cerrada el juicio contra un hombre acusado de violación y robo con violencia a una mujer en 2013. La medida fue tomada “por motivos de orden público” después de que el procesado exhibiera una actitud violenta y agresiva desde el inicio de la vista oral.
Según informa Europa Press, el acusado, trasladado desde la prisión de A Lama, donde cumple otras condenas, comenzó a proferir gritos e insultos en cuanto los periodistas entraron en la sala para tomar imágenes, siguiendo las indicaciones de la magistrada. Se enfrenta a una petición de casi 17 años de cárcel.
“Sí, tengo un problema, no quiero fotos, no quiero que salga nada. ¡Que se vayan!”, gritó al tribunal, pese a que la presidenta le recordó que el juicio es público y que no sería fotografiado si así lo solicitaba. Acto seguido, golpeó con violencia uno de los asientos y, en un momento dado, se levantó de manera brusca para dirigirse hacia los reporteros gráficos: “¿Qué estás grabando? ¡Te rompo la cámara, me cago en tus muertos!”.
Los dos agentes de la Policía Nacional que lo custodiaban debieron sujetarlo para evitar que se abalanzase contra los periodistas. Tras suspender momentáneamente la sesión, el tribunal decidió continuar la vista sin presencia de público ni medios de comunicación.
Antecedentes del caso
El acusado está procesado por hechos ocurridos en 2013, cuando, según la acusación, abordó a una mujer de madrugada en Vigo, la amenazó con un objeto punzante, le robó dinero y joyas, y posteriormente la agredió sexualmente en repetidas ocasiones.
La víctima reside actualmente en una residencia y no ha podido declarar en el juicio debido a su deteriorado estado de salud, circunstancia avalada por un informe forense.
La acusación particular, ejercida por la familia de la perjudicada, reclama penas cercanas a los 17 años de cárcel, la misma cifra que solicita la Fiscalía. Por su parte, la defensa pide la libre absolución.
El acusado fue detenido casi diez años después de los hechos, cuando una coincidencia de ADN lo vinculó con los restos encontrados en una prenda en el escenario de un robo, lo que permitió identificarlo como el supuesto autor de la agresión cometida en 2013.
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