
Investigación
Un paso más cerca de curar el cartílago: la UDC investiga nuevos sistemas para reparar tejidos con terapia génica
El proyecto, financiado por el Ministerio de Ciencia, busca revolucionar la medicina regenerativa con niosomas no tóxicos y seguros

En ocasiones, la ciencia avanza a través de grandes descubrimientos; otras veces, sin embargo, actúa gracias a pequeñas y constantes conquistas. Algo así como lo que está logrando la investigadora Ana Rey, al frente del Grupo de Investigación en Terapia Xénica e Celular (G-CEL) en el Centro Interdisciplinar de Química e Bioloxía (CICA) de la Universidade da Coruña.
Su proyecto, centrado en el diseño de nuevos sistemas no virales para la transferencia de genes en células madre, ha sido recientemente seleccionado en la convocatoria 2024 de la Agencia Estatal de Investigación, dentro del programa estatal para incentivar la consolidación investigadora.
Con una financiación cercana a los 200.000 euros, el trabajo de Rey se centra en desarrollar niosomas, pequeños vehículos celulares estables y no tóxicos, capaces de transportar genes y medicamentos directamente a células madre mesenquimales. El objetivo final: encontrar estrategias que permitan la regeneración del cartílago articular, un tejido que, hasta el día de hoy, no puede sustituirse de forma natural.
Cartílago que no se regenera… todavía
El cartílago articular, que recubre las articulaciones para permitir el movimiento fluido y sin dolor, tiene una capacidad reparativa muy limitada. A diferencia de otros tejidos, su escasa actividad metabólica y su compleja estructura extracelular lo hacen prácticamente irrecuperable tras una lesión o desgaste. Los tratamientos actuales sólo permiten formar un tejido fibroso, que no ofrece las mismas propiedades ni funcionalidad.
Ahí es donde entra este ambicioso estudio, que se propone reeducar a las células del cartílago para que puedan regenerarse. Según explica la propia Ana Rey, “el reto es guiar la actividad celular para que la sanación sea posible, sin recurrir a métodos invasivos o con efectos secundarios”.
Ciencia de vanguardia con sello gallego
Este trabajo es fruto de una trayectoria iniciada en 2018, cuando Ana Rey se incorporó al CICA y fundó su propio grupo de investigación. Desde entonces, G-CEL ha crecido combinando biología celular, química y nanotecnología, y esta nueva financiación supone, en palabras de la investigadora, “un paso más allá”, no sólo para mejorar la eficiencia de los sistemas diseñados, sino también para consolidar su carrera científica. La ayuda llega en un momento crucial, ya que su contrato Ramón y Cajal finaliza en octubre, y esta resolución garantizará la continuidad del proyecto en los próximos años.
Durante el periodo de ejecución, el grupo trabajará en incrementar la eficiencia de los sistemas de transfección no virales, explorar nuevas composiciones y validar su uso en cultivo celular, con la vista puesta en una futura aplicación clínica.
El proyecto no avanza en solitario. En el marco interdisciplinar del CICA, Ana Rey colabora estrechamente con Roberto J. Brea, también investigador Ramón y Cajal, perteneciente al grupo BioNanoChem, especializado en química de lípidos para usos biomédicos. Su aportación permitirá modificar y optimizar la composición de los niosomas que se utilizarán en el laboratorio.
Además, el equipo aplicará técnicas de microfluídica, una tecnología puntera que permite manipular pequeñas cantidades de líquidos en canales microscópicos, facilitando la generación de nanosistemas más homogéneos y precisos, fundamentales para su uso como vehículos de terapia génica.
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