El pueblo más complejo de España es también el de Feijóo

Os Peares es el lugar donde el Sil desemboca en el río Miño, al que se suma también el Búbal, noveno afluente del gran caudal gallego por su margen derecha. Una confluencia atravesada por seis puentes que marcan el inicio de la Ribeira Sacra y anticipan, de modo natural, la complejidad de un pueblo hoy conocido por ser la tierra natal de Núñez Feijóo.

Pero a esa fama más tardía se suma otra acorde a su complejidad, que va más allá de los ríos y afluentes siendo, en esta ocasión, obra del hombre. Porque el pueblo de Os Peares, siendo una sola parroquia, la de Nosa Señora do Pilar, se reparte entre dos provincias (Lugo y Ourense), cuatro ayuntamientos (Carballedo y Pantón, en Lugo; y Nogueira de Ramuín y A Peroxa, en Ourense), tres partidos judiciales (Monforte de Lemos, Chantada y Ourense), dos diócesis y tres comarcas.

Este maravilloso nudo gordiano de la administración y de la vida convierte a Os Peares en el pueblo más complejo de España. Un lugar que ha sabido adaptarse y readaptarse, poniendo orden en un galimatías que hoy se integra en el Consorcio Local de Os Peares.

La entidad, formada a finales de siglo pasado por la Xunta, las diputaciones de Lugo y Ourense y los cuatro ayuntamientos, nació, como indica en sus propios estatutos, con el objetivo de “articular la cooperación de las administraciones citadas a la efectividad de los servicios y actividades de interés local y garantizar la prestación integral e idónea de estos en los lugares de los municipios mencionados que integran la zona conocida por Os Peares”.

Os Peares más allá del caos

Algo que, a tenor de lo visto durante estos últimos años, parece haberse conseguido. Al menos en parte. Porque lo cierto es que, más allá de ese aparente caos de figuras y entidades, Os Peares es hoy un lugar de referencia del rural gallego, una especie de punto turístico de acceso a la mencionada Ribeira Sacra que se extiende a lo largo de la confluencia de sus ríos.

Allí la naturaleza encuentra su propio ecosistema, y de la mano de la obra de los hombres, ofrece al visitante bellas estampas que no atienden a la complejidad administrativa que las rodea.

Entre ellas destacan, por ejemplo, el puente de hierro de estilo Eiffeliano por donde cruza el tren, la unión de las aguas del Miño y el Sil -que desde ahí continúan ya sólo como Miño en busca del azul infinito del Atlántico-, o el complejo del embalse de Os Peares con las viviendas construidas en paredes verticales y el agua cayendo por el muro de la presa.

También cuenta con diversas casas singulares, una playa fluvial en el Búbal -compuesta de zonas verdes a ambos lados de este afluente y una zona de merendero-, y, en la zona de la estación de tren, un conjunto de murales artísticos, actuación acometida en 2016 por el Consorcio de Turismo Ribeira Sacra y la Agencia de Turismo de Galicia.

El resultado ofrece al visitante 9 murales de grandes dimensiones realizados por Doa Oa, Xoana Almar y Miguel Peralta.

Este último es el autor del mural principal, titulado ‘La golondrina ahogada emigra’, con un marcado carácter ferroviario; mientras que el resto se componen principalmente de motivos vegetales y animales.

En el año 2020 se añadió un nuevo mural, realizado por el colectivo artístico Espazo Lupa.

En este mismo lugar se encuentra una escultura en memoria de Rodolfo Prada, intelectual galleguista, fundador de las ‘Irmandades da Fala’ y gran valedor de Castelao en su exilio en Argentina.

Pinceladas de un pueblo difícil de desentrañar. Un antiguo núcleo que se adapta a las abruptas laderas de los ríos Miño, Sil y Búbal repartiéndose entre municipios, comarcas, diócesis y partidos judiciales.