Entrevista

Miguel Ángel Lurueña: "Es importante saber de dónde vienen las grasas, azúcares o calorías de los alimentos que consumimos"

El escritor de “Del ultramarinos al hipermercado” atiende a LA RAZÓN para ayudarnos a encontrar unos hábitos alimenticios más sanos en base a cómo hemos cambiado nuestra alimentación con el paso de los años

El escritor de “Del ultramarinos al hipermercado” explica cómo encontrar unos hábitos alimenticios más sanos en base a cómo hemos cambiado nuestra alimentación con el paso de los años
El escritor de “Del ultramarinos al hipermercado” explica cómo encontrar unos hábitos alimenticios más sanos en base a cómo hemos cambiado nuestra alimentación con el paso de los añosCortesía

Con el paso de los años, hemos ido variando nuestros hábitos alimenticios. Ya no compramos como antes, nuestra manera de cocinar es distinta y, por ende, hoy en día tendemos a comer de una forma diferente. De este modo, Miguel Ángel Lurueña (Béjar, 1978), también conocido como @gominolasdepetroleo, atiende a LA RAZÓN y recorre a través de su nuevo libro "Del ultramarinos al hipermercado" los sabores, recuerdos y costumbres de toda una generación, con el fin de ayudarnos a comprar y alimentarnos de manera saludable, informada y eficiente.

Nuestra relación con la comida ha cambiado en muchos aspectos, aunque la alimentación saludable sigue siendo una asignatura pendiente. En sí, alimentarse es mucho más que nutrirse y va más allá de los típicos consejos dietéticos.

Pregunta: Nuestra forma de alimentarnos, ¿ha mejorado con el paso de los años?

Respuesta: La respuesta es compleja, y al final es según lo mires. En algunos casos estamos mejor, como en la seguridad alimentaria, etiquetado o la información y conocimientos que recibimos acerca de la alimentación. Como consumidores estamos más concienciados y preocupados por lo que comemos. Ya no solo nos preocupa consumir alimentos, sino también su origen o el impacto ambiental que tenga. Pero sí es verdad que en otros aspectos hemos perdido, como el tiempo que dedicamos a cocinar o la elección de los alimentos que hacemos debido a la mayor oferta de productos poco saludables. Sí que es verdad que también hay cada vez más productos sanos, pero la tendencia nos lleva a no comer de una forma sana.

P: Dentro de su libro dice que la oferta alimentaria no está condicionada enteramente por nuestras decisiones, ¿puede explicar por qué?

R: La oferta alimentaria está muy determinada por nuestras decisiones, por supuesto, pero eso no es al 100%. Me explico, influyen múltiples factores. Por ejemplo, comprar un producto por la necesidad de tenerlo, sin que realmente sea necesario para nuestra vida. Es decir, la oferta no está solo condicionada por lo que necesitamos, sino por lo que creemos que necesitamos, por ejemplo, por su publicidad. En la alimentación se refiere a que podemos ver un yogurt que mejore nuestras defensas, y solo por eso, lo compremos, aunque en verdad decidiéramos previamente que no nos hace falta.

"Que los productos más saludables tengan un precio mayor es uno de los motivos por lo que los niveles de obesidad o la diabetes son cada vez más altos"

P: ¿Qué me dice de los precios en los supermercados? Nos podemos encontrar los mismos productos con precios diferentes en función de si llevan o no azúcares o son bajos en grasas, ¿eso puede influir en el comprador a la hora de alimentarse?

R: Sí, además, el precio también es un determinante para nuestras compras, no solo porque nos podamos privar de comprarlo debido a nuestro poder adquisitivo, sino también porque en otras ocasiones, creamos que cuanto más caro es mejor. El hecho de que los productos más saludables tengan un precio mayor es uno de los motivos por lo que los niveles de obesidad o la diabetes son cada vez más altos, y que este tipo de enfermedades, se asocien a sociedades menos favorecidas y con un nivel socioeconómico menor. No obstante, la gente tiene que ser consciente de que, pese a los precios, podemos comprar productos baratos y sanos. Solo tenemos que saber qué comprar.

P: ¿Y en los restaurantes? Cuando vemos el menú, encontramos ensaladas y productos saludables a precios elevados en comparación con otros productos más grasos…

R: Los alimentos poco saludables, como los ultraprocesados, acaban siendo muy baratos, debido a que las materias primas e ingredientes con los que se hacen son muy baratas, además son poco perecederos. Sin embargo, en los alimentos saludables ocurre lo contrario, pues la producción acaba siendo más cara y son muy perecederos. Esa es la mayor razón de esa diferencia de precios.

P:¿Debemos acostumbrarnos a mirar el etiquetado del valor nutricional en cada producto que vayamos a comprar?

R:La información nutricional es importante, pero también debemos fijarnos esencialmente en los ingredientes. Muchas veces nos olvidamos de ello y nos preocupamos por el número de calorías o azúcares, pero eso es un error. Es importante saber de dónde vienen esas grasas, azúcares o calorías. Por ejemplo, las almendras pueden tener más calorías que una carne roja, pero obviamente el valor nutricional y los ingredientes que llevan no son los mismos. Lo importante es saber si estamos ante unos ingredientes sanos o no.

Crear un entorno sostenible y saludable, obtener habilidades culinarias o planificar nuestras comidas, las mejores claves para ser sanos

P:En su libro también menciona la amenaza del cambio climático... ¿Cómo nos alimentaremos en un futuro ante la amenaza del cambio climático o cómo debemos alimentarnos para revertirlo?

R:La situación es complicada. Se están tratando de buscar alternativas más sostenibles ante situaciones como la sequía como la carne cultivada o el consumo de insectos, pero hay que estudiarlo con detenimiento. A muchas personas les genera rechazo esta idea por motivos culturales, pero también debido a que hay mucha desinformación en torno a este aspecto. Al final son alternativas que pueden ser positivas. Los insectos, por ejemplo, forman parte de la dieta de muchos países y se han consumido desde hace miles de años. Pasa, por ejemplo, al igual que cuando en España comemos cerdo, que aunque nosotros lo veamos como normal, a personas de otros países o culturas les puede extrañar.

El cambio climático, lo que va a hacer, es sentar unas bases para poder producir en función a esas restricciones, y nos lleva a centrarnos en situaciones cómo poder cultivar sin agua, porque la sequía nos dejaría sin muchos cultivos. En sí, las lluvias torrenciales o el aumento de las temperaturas nos obligará a cambiar y adaptar la producción de alimentos.

P:Comencé la entrevista preguntándole si hemos mejorado en nuestra forma de alimentarnos. Ahora, según su opinión, ¿qué tenemos que hacer para alimentarnos mejor?

R:Tratar de crear un entorno sostenible y saludable y rodearnos de alimentos saludables. Es importante saber cuáles son, priorizar los de origen vegetal y añadir otros de origen animal como los huevos o el pescado. También debemos tratar de obtener habilidades culinarias y dedicar tiempo a cocinar en casa, para saber qué cocinamos y los productos que utilizamos. Es recomendable tratar de planificar nuestras comidas y compras para saber lo que vamos a comer y no dejarnos llevar por momentos de hambre, lo que nos lleva a tener más posibilidades de consumir alimentos no saludables. Además de esto, siempre es conveniente tratar de acudir a establecimientos donde predominan los alimentos sanos.