¿Un rosado más? O ¿algo distinto? Afinando, afinando, y descartando el aluvión de vinos que cualquier bodegas está presentando con esta hechura, aterrizamos en el Bierzo. Y para indagar sobre la filosofía que anima a este Godelia, leemos en su tablón digital nada menos que los siguiente: «Cuando las medias tintas son la mejor opción».

¿Acaso el vino rosado es un ser de cuerpo medio que vive en la encrucijada? Con estas inciertas declaraciones de intenciones se podría ocultar que estamos ante un vino de bonita factura. Tan bonita que tiene esa difícil facilidad de lo que no se echa cuenta. La uva Mencía es su aliada y su procedimiento es igualmente claro y franco. Así, los consabidos recursos de la buena selección, concreta maceración en depósito, o sangrado de mosto yema, trabajan a favor de la obra y de que la armonía sea el hilo conductor.

Podría calificarse este vino de la bodega familair Godelia -ubicada en la pedanía de Pieros (Cacabelos, León)-, casi como un ejercicio de estilo. O prueba de artista. Vamos, lo que resulta siempre ideal para comprender cualquier obra si nos gusta la línea más armónica. La prueba del nueve que suele ser la nariz, oscila de manera pausada entre lo frutal y lo floral sin que tengamos que anotar picos altos que rompan la melodía suave. Esa que sigue sonando cuando buscamos el fondo de la copa, que en este caso es el masaje del sentido.

Pasear por la comarca leonesa del Bierzo es realmente un privilegio, en especial si uno es amigo de José Silvano, a quien uno echa de menos todos los meses si no tiene la ocasión de pegar la hebra con él. Y para llenar

el vacío que deja cualquier tranco de la existencia, e incluso anhelar el final del verano, mejor que un poquito de queso, paté viajero, o los mejillones al vapor de la infancia, que con este vino hubiera tomado Tintín.

Bodega:

Godelia

Vino:

Rosado 2023

D.O.:

El Bierzo

Pvp:

12,40 euros

godelia.es