Brad Pitt cumple 56 años y le felicita hasta Pablo Iglesias

Si Hollywood fuera un hombre tendría los ojos azules, el pelo rubio y se apellidaría Pitt. Puede que su físico cumpla muchos (por no decir todos) de los requisitos que la sociedad pide para calificar a una persona como “guapa”. Ya lo ha dicho Pablo Iglesias hoy en un tuit que ha colgado para felicitarle en su 56 cumpleaños: “Lo malo de ser tan guapo es que algunos se olvidan de lo buen actor que eres”. Pero Hollywood es, por encima de las fiestas, la belleza o el lujo, cine. Y Brad Pitt es una parte inherente del séptimo arte.

Menos de diez minutos en la serie “Thelma y Louise” le bastaron para conquistar a la audiencia en 1991. Desde entonces no ha desaparecido de las pantallas. Cuesta creer que la Academia no haya encontrado el momento oportuno para concederle un Oscar por sus interpretaciones, aunque estuvo cerca hasta en tres ocasiones gracias a sus papeles en “Doce monos”, “Moneyball” y “El curioso caso de Benjamin Button”. Este año le hemos visto brillar en “Érase una vez en Hollywood”, el film de Quentin Tarantino que le llevará a competir por la estatuilla en la categoría de Mejor Actor de Reparto, para la que parte como favorito. Parece que este año sí.

Es difícil imaginar que un buen físico pueda suponer barreras a la hora de triunfar, pero lo cierto es que se ha empleado tanto tiempo en alabar su belleza que en ocasiones sus dotes de interpretación han quedado relegadas a un segundo plano. También han influido sus tormentosas relaciones con el alcohol, al que recurría para intentar calmar las guerras que vivía en su interior, que según sus propias palabras, siempre estaban ahí “para bien o para mal”. Tocó fondo en 2016, cuando se separó de Angelina Jolie, con la que compartió once años de relación. Esta ruptura sentimental le abrió los ojos y decidió ponerse manos a la obra para solucionar sus problemas con la bebida.

Hoy cumple 56 años y parece estar luchando para conseguir lo único que hasta ahora se le ha resistido. No es ni la fama ni el éxito ni la belleza ni el dinero. Brad Pitt ahora pelea para conseguir la tranquilidad consigo mismo, algo que no le otorgará premios ni portadas, pero que le permitirá disfrutar más y mejor de una vida que, pese a todo, sigue pareciendo envidiable.