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Isabel Díaz Ayuso: el vestido como arma política
La presidenta de la Comunidad de Madrid rescató para la final de la Supercopa un vestido del pasado verano. Su imagen en el podio, sin pañuelo y mostrando las muñecas, ha dado la vuelta al mundo
No es la primera vez que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, lleva el vestido de flores con el que apareció en la final de la Supercopa, pero sí que es la primera vez que ese sencillo diseño protagoniza tantos titulares. El calor imperante en Arabia Saudí (en la ciudad de Yeda, donde se disputó el partido, los termómetros superaban los 25 grados), hizo que optara por rescatar de su armario uno de los vestidos que lució este verano varias veces. Se trata de un modelo camisero, con manga larga y cinturón con el mismo estampado que le ceñía la cintura. Suele llevarlo con varios botones desabrochados y sandalias negras, aunque en Yeda prefirió unos zapatos de tacón.
Lo que hizo especial este vestido fue la ocasión elegida: la final de la Supercopa, que enfrentaba al Real Madrid y al Atlético de Madrid en un país musulmán por primera vez. La propia final ha sido muy criticada, así como la decisión del presidente de la Real Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, de optar por llevarse esta competición a un lugar como ese. Se ha puesto sobre la mesa en los últimos días la idoneidad de jugar en un país donde los derechos de las mujeres son bastante limitados y, de hecho, se tuvo que llegar a un acuerdo para que ellas pudieran acceder a los estadios mientras durase este evento, algo que no suelen hacer habitualmente. Ayuso vistió el domingo como si el partido se hubiera celebrado en Madrid. Sorprendió que no se cubriera la cabeza con un pañuelo, algo que sí hacían las otras mujeres presentes en el podio, pero en Arabia Saudí las extranjeras no están obligada a cumplir este precepto (aunque muchas veces se accede a ello como detalle con el país anfitrión).
Pero, como si esto no fuera suficiente, la presidenta de Madrid también se remangó las mangas, dejando ver sus muñeca e, incluso, el tatuaje que tiene en su brazo izquierdo. Pese a toda la polémica generada alrededor del look, lo cierto es que el atuendo de Ayuso sí cumplía las exigencias de la etiqueta saudí: cubría los brazos hasta el codo y las piernas hasta los tobillos. Era también una vestimenta amplia, como indican las normas del país, que coinciden, además, con los gustos de la presidenta. La jefa del ejecutivo madrileño cuenta con una gran colección de este tipo de vestidos y es común verla con ellos. Y, por si fuera poco, tampoco se le olvidó el tema de las tendencias: este estampado floral ha estado muy de moda este verano y tampoco estaba de más, en un lugar como Arabia Saudí, tan fanático por el lujo y la moda, hacer un guiño a este campo (sobre todo, teniendo en cuenta que Madrid busca colocarse como un destino de compras de referencia mundial).
Lo que más ha pesado ha sido la potencia de la imagen de Isabel Díaz Ayuso vestida a lo occidental en una final donde las mujeres casi eran invisibles. En cambio, ella optó por tomar un papel protagonista y plantear una reflexión a la audiencia árabe. Y eso no deja de ser un paso más en la conquista de los derechos de la mujer, ya sea occidental o de los países musulmanes.
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