Gente
Bigote Arrocet y “su Teresita”, en vías de reconciliación
Edmundo y María Teresa Campos se han puesto en contacto y han aclarado las cosas
Teresita, “su Teresita”, se ríe de las fotos publicadas en la portada de una revista en la que Edmundo Bigote Arrocet aparece con una atractiva rubia. Por algo será. No le preocupan las imágenes porque, según una fuente cercana a María Teresa Campos, “los dos ya se pusieron en contacto hace unos días y han aclarado las cosas. Solamente queda que se vean fuera del alcance de los paparazzi… No descartamos una reconciliación”.
La veterana periodista aportaba pistas de sus deseos de futuro, ayer por la tarde, durante el desfile de la nueva colección de Mila Ximénez para Agatha Ruiz de la Prada, que supone el debut de la tertuliana de ‘Sálvame’ como diseñadora.
Por sus palabras, y leyendo entre líneas, se adivina que sigue enamorada del humoristay está dispuesta a abrirle de nuevo las puertas de su casa. Teresa dio a entender que no falta mucho para ese reencuentro con Arrocet y que “una mora no se limpia con otra mora, porque a lo mejor quieres seguir con lo que tenías”.
Más claro, el agua. Y, repetimos: al preguntarle si había visto las fotos de Edmundo con la rubia de turno, respondió, irónica y divertida: “me da la risa”, con el convencimiento de que entre esos dos existe algo que nos confirmaba también ayer la amiguísima de Bigote, Gema Serrano, “una simple relación profesional, estarán colaborando en algún negocio”.
La posibilidad del reencuentro ya lo adelantamos en nuestro periódico hace una semana, y no nos hemos equivocado. Teresita echa de menos a su “Mundito”, como ella le llama cariñosamente, y le perdona todo, incluso las huidas y las ausencias, no le importan los rumores de infidelidades varias, está tan enamorada que es capaz de pasar página. Pero, en este caso, es Edmundo quien tiene la última palabra.
Lo que no acaba de cuadrar es para qué se está comprando el artista en los últimos días muebles y objetos de decoración. Son de bajo coste y no encajan en el estilo del mobiliario del casoplón de la Campos. Bigote es un fan de los bazares chinos. ¿Querrá redecorar su apartamentito, ese del que sus amigas entran y salen habitualmente? El culebrón no tiene fin. Aun recuerdo cuando comí en el piso que tenía en La Moraleja antes de fallecer su esposa, me preparó una ensalada y una lasaña vegetariana, rodeados de un insólito decorado que simulaba un “imaginario” marroquí. Imaginación, le sobra.
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