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María Teresa Campos reniega del “difunto” Bigote Arrocet
La Campos se encuentra muy centrada en buscar una nueva residencia y vender su mansión
Se acabó. María Teresa Campos reniega de una vez por todas de quien ella denomina “el difunto”, un Edmundo Bigote Arrocet que parece jugar al despiste con su ex.
La periodista le lanza un mensaje muy claro: “a ver si recoge de una vez sus pertenencias, y el día que venga a por ellas llamaré a la Prensa para que tenga constancia de ello”.
Está muy harta del hombre con el que convivió durante seis años. Hubo un momento en el que no descartó una reconciliación, incluso un amigo de ambos intentó mediar para que se citaran y aclararan las cosas, pero Teresita, como la llama cariñosamente Bigote, ya reconoce que está “muy feliz” con su nueva vida. No necesita al humorista ni para apoyarse en su brazo.
Una amiga de la comunicadora, que la ha visto llorar de pena e impotencia en los últimos tiempos, nos desvela que “Teresa no se merece los desprecios de ese hombre, se está portando fatal con ella, es un desagradecido, mal pago le da a quien le dio cariño y cobijo durante años. Todas las amigas le decimos a Teresa que ni se le ocurra volver con él. Sería una gran equivocación…”
La Campos se encuentra en estos momentos muy centrada en buscar una nueva residencia y vender su mansión, y en llegar a un acuerdo para regresar a televisión con un programa de entrevistas en Canal Sur.
Bigote Arrocet empieza a formar parte de un pasado que su protagonista femenina prefiere olvidar. O por lo menos eso es lo que aparenta en sus últimas apariciones públicas. Y nunca la he visto tan enfadada con su particular “piticlín”. Al final, desgraciadamente, este culebrón tendrá mala conclusión.
Y no porque quiera María Teresa Campos, quien está demostrando la mayor cordura en esta historia. Es una cuestión de agotamiento emocional.
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